11 marzo, 2023

11-M: a un año de prescribir la causa, nada se conoce de su autoría y quizá nunca se conocerá

                                                                                                                                                                          El fatídico 11-M de 2004 quien esto escribe trabajaba en Cercanías en la Avenida Ciudad de Barcelona nº 8. Viví de cerca la tragedia producida por el brutal y criminal atentado terrorista de las explosiones casi simultáneas en cuatro de nuestros trenes, que provocaron ciento noventa y dos muertes y casi dos mil heridos de muy diversas consideraciones y gravedad. 



A las dos legislaturas de Aznar, todos los sondeos electorales de última hora, le iban a dar la victoria a un Rajoy elegido a dedazo, pero tres días antes se produjo el mayor atentado terrorista de Europa, que dio un vuelco a las expectativas electorales en favor del Psoe, que una vez producido, desató una campaña de confusión e intoxicación a la opinión pública, que dio la victoria electoral a Rodríguez Zapatero. 

Han pasado diecinueve años y todavía nada se conoce a ciencia cierta quiénes fueron los autores que ordenaron las citadas masacres ni quienes las ejecutaron. Lo que sí parecen ser certidumbres son, uno, las pruebas falsas creadas desde algunos órganos policiales, mediante la denominada mochila de Vallecas, dos, que la metralla encontrada en dicha mochila, nunca fue encontrada en ninguno de los cuerpos de las víctimas en las autopsias oficiales realizadas y, tres, el dudoso y televisado suicidio en el piso de Leganés de la mayoría de moritos que pululaban por el barrio de Lavapiés.

Lo que yo puedo añadir, esta sí como certeza indubitable, es la prisa que se tuvo en destruir y quitar de en medio los coches afectados por las deflagraciones con el abanico de pruebas de todo tipo que ellos contenían. Yo oí en directo el comentario de que "de muy arriba" se dio la orden de quitar los coches afectados de en medio y achatarrarlos a la mayor brevedad posible. No obstante, años más tarde aparecería uno de los coches "volado" en la estación de Santa Eugenia en Villaverde. 

Según sentencia A. N.  65/2007 de 31 de octubre de 2007 (página 476): (Sobre la petición en el Juicio de una prueba ocular de los trenes): "En todo caso, será en la valoración de la prueba donde se determine la trascendencia de la imposibilidad que ha tenido la parte de examinar los trenes que, como consta en el rollo de Sala, fueron desguazados el 13 de marzo de 2004.

Así mismo, la sentencia Nº: 503/2008, de 17/07/2008. T. Supremo  sobre el Juicio 11-M, (página 651):"La prueba cuestionada fue admitida inicialmente como inspección ocular de los vagones. Si no fue practicada finalmente fue a causa de la imposibilidad material derivada de la destrucción del objeto con anterioridad. Como recuerda el Ministerio Fiscal, los trenes y su estado fueron objeto de pericial y la inspección ocular sobre los mismos fue objeto de grabación. A pesar de ello puede resultar sorprendente una tan apresurada destrucción, que impidió un estudio posterior más reposado y en profundidad, e incluso su reiteración de haber sido necesaria, de aspectos que pudieran haber resultado de interés para la investigación"

Aparte de todas las múltiples conjeturas sobre la implicación de servicios de inteligencia extranjeros, la banda terrorista ETA, a la que un mes antes se le interceptó una furgoneta con explosivos camino de Madrid, intereses electoralistas de aquel momento, etc, etc, todas ellas alojadas en el cajón de las conspiranoias, todas las instrucciones judiciales en especial las realizadas por el izquierdista juez Del Olmo y la fiscal del "vale ya" plagadas de lagunas, acabaron con un sonoro carpetazo judicial que nadie se cree.

Las víctimas ya han sido olvidadas por todos los gobiernos habidos y por haber y por nuestra corta memoria de pez, que antepone entre sus preferencias la basura de los programas rosas del duopolio de comunicación dominante en España, a hacer frente a la realidad que desde aquel fatídico 11 de Marzo de 2004 se nos ha escamoteado y exigir que se esclarezca quienes fueron los verdaderos criminales. Dudo mucho que ni un potencial nuevo gobierno entrante, ni mucho menos el actual, van a mover un dedo para que se conozca la verdad del por qué, ni quienes nos causaron 192 muertos, 2.000 heridos y muchos más familiares y amigos afectados.

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