J. Enrique Villarino Valdivielso
La variante está dividida en varios subtramos y ayer se anunció la licitación de los dos primeros: el tramo Taboadela-Túnel de Rante y el que cubrirá el trazado Rante-Conexión Seixalbo. Mientras tanto, el acceso habrá de producirse por la infraestructura actual.
Cuando esto escribimos se acaban de cumplir ocho años de la tragedia ferroviaria de Angrois y todavía perviven en la memoria de las víctimas que milagrosamente salvaron sus vidas, de sus familiares y amigos y de otra mucha gente las consecuencias de un inmenso despiste y la irresponsabilidad de políticos de todos los signos y técnicos serviles a sus intereses bastardos . La justicia todavía no ha sido incapaz de celebrar un juicio justo y los políticos, unos y otros, si te he visto, no me acuerdo para con las víctimas.
No deja de ser un sarcasmo, que la responsable técnicamente de la obra de acceso a Galicia, más tarde directora general de Adif y ahora a punto de ser secretaria de estado del MITMA, aparezca sin mácula ni responsabilidad alguna en la inmensa tragedia y sea ascendida a desempeños de mayor responsabilidad.
Sea desde aquí, nuestro homenaje a las víctimas y nuestras condolencias a sus allegados en este aniversario.
Parece, que en el último trimestre de este año asistiremos a una pseudo inauguración -entre el tramo Pedralba de la Pradería en Zamora y Orense- como la que se produjo en Angrois, cuando se pregonó a los cuatro vientos que la alta velocidad había llegado a Galicia, mentira plasmada en una fotografía de la ignominia que dio la vuelta a medio mundo.Según avanzan los responsables de las obras de acceso a Orense, parece ser que, como muy pronto, hasta dentro de tres años no estará en servicio el nuevo acceso. Mucho nos cuesta creerlo, si nos atenemos a cómo han ido los plazos de esta obra con todos los gobiernos que han sido.
En Angrois, bastó una fatídica curva, A Grandeira, que todos, políticos y técnicos, permitieron que allí estuviera indebidamente para que un despiste se convirtiese en una tragedia, porque esos irresponsables permitieron que no existiese protección alguna que amparase la circulación del tren e inutilizaron las disponibles por razones puramente comerciales.
El tren de la tragedia entró en la curva que estaba a la salida de una recta en túnel a 180 km/h, cuando el radio de la misma era de 400ms y velocidad de entrada no debería haber superado los 90 km/h.
Basta echar una ojeada al gráfico adjunto, que reproduce el trazado del acceso actual y el previsto y que hemos ilustrado con los radios de las principales curvas de su trazado, para que se nos hayan encendido todas las alertas. La inmensa mayoría son curvas con radios como la curva de A Grandeira, e incluso alguna es inferior. Son 14 km, plagados de trampas, una detrás de otra.
De acuerdo que en la actualidad están haciendo este recorrido los Alvia, sin que hasta ahora hayan trascendido incidencias relevantes, o al menos no se han hecho públicas, pero las características de diseño de estos kilómetros antes de entrar en ciudad son mucho más adversas que la curva de Angrois. Son 10 curvas como la de A Grandeira y los riesgos y la fatalidad son compañeros de viaje.
Mire, ministra y mire señora presidente de Adif, déjense de inauguraciones y pongan todo el cuidado del mundo, con la señalización adecuada y los sistemas de protección necesarios para que no tengamos un Angrois2. Como poco, la línea de alta velocidad no estará disponible antes de tres años, que seguro, serán algunos más. Mientras tanto, los trenes, por mucho que sean los Abriles de Talgo, tendrán que circular por una vía llena de peligros. No es un problema de trenes, es un problema de infraestructura que escasamente va a permitir velocidades superiores a 90 km. No tienten de nuevo a la suerte.
1 comentario:
Leyendo el artículo sólo queda desear que no ocurra ninguna fatalidad. Las inauguraciones son propaganda para ese gobierno. Los gobiernos quieren bombo y platillo para ganar votos y si ocurre alguna desgracia, ellos sólo pasaban por allí en ese momento y por eso salieron en la foto: no tienen responsabilidad de nada, pero quieren todos los méritos en una placa, por lo menos, que mantenga su nombre a través del tiempo. Bien que inauguren, pero obras terminadas con toda las garantías de seguridad, sean tramos de vía, de carreteras, sean edificios o servicios públicos. Los que inauguran y los partidos que les han puesto en ese cargo, pueden perder la confianza de los votantes si las obras o servicios son un fraude, un tente mientras cobro, un engañabobos. Deberían tenerlo en cuenta antes de precipitarse.
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