¿Adónde van los sindicatos, RENFE y ADIF?

Estos días la prensa trae titulares relativos a los sindicatos de RENFE y ADIF reclamando importantes incrementos de las respectivas plantillas de estas empresas públicas ferroviarias. Pero, aunque de forma no expresa, las empresas también están de acuerdo en este crecimiento del empleo público.

Como siempre, el principal y único argumento es la reposición de los efectivos que se jubilan, prejubilan o se dan de baja mediante una desvinculación incentivada. Estas prácticas, que son onerosas para los contribuyentes por el sobrecoste que tienen para las arcas de la Seguridad Social, se vienen practicando en estas empresas desde tiempo inmemorial, año tras año.

Es de todos sabido que el sindicato de los maquinistas, SEMAF, no está por la labor de arrimar el hombro en favor de una mayor productividad en la operadora y en concreto en la actividad de conducción de trenes y que, como sindicato gremial, le interesa mucho más el poder en la empresa, sus afiliaciones y los negocietes aledaños al sindicato.

El sindicato no se corta en decir abiertamente sus intereses, que no son otros que los ya descritos, al instar a la empresa a retomar el Plan de Empleo y convocar las ofertas públicas de empleo necesarias para "recuperar los trenes que se han perdido" en el último año, porque "el covid no puede servir de excusa para mermar el servicio". Parece que SEMAF desconoce, o se hace a andanas, de los datos que pintan los dos gráficos adjuntos que muestran cómo la pandemia en su primera fase llevó a cero el nº de viajes en todos los productos y que en la actualidad, la MD  haya perdido el  65 % de la demanda pre-pandemia, el AVE y el tráfico aéreo peninsular el 75% y  el resto de LD el 66%.

Este escenario está condenado, sino a empeorar, cosa nada descartable, sí en prolongarse por algunos años. ¿Con este panorama creen los sindicatos y la empresa que se pueden recuperar los trenes que se han suprimido, salvo incurrir en déficits abismales? Y si es imposible mantener la demanda pre-pandemia, será imposible mantener la oferta pre-pandemia y el empleo pre-pandemia. Es de cajón.

Mientras tanto los periódicos nos cuentan que: "Renfe aprobó en 2020 la contratación de 1.158 personas, de las que 550 fueron maquinistas, mientras que el sindicato de maquinistas Semaf ha pedido a la compañía que recupere empleo cuanto antes, puesto que entre el pasado año y este se perderán, según sus cifras, 581 puestos de esta categoría."

¿Por qué no prueban  -sindicatos y empresa-   a incrementar un poquito su productividad de tiempo efectivo de conducción que es bastante  y manifiestamente mejorable?  Pero "entre 2019 y 2020 la tasa de reposición total supuso la aprobación de 2.190 nuevas incorporaciones a Renfe, de las que 1.000 fueron maquinistas."

Veamos ahora ADIF:

El gestor ferroviario se ha comprometido con los sindicatos a poner en marcha una primera convocatoria de oferta de empleo público (OEP) antes del próximo 31 de mayo para incorporar a los 667 trabajadores previstos en los planes de empleo de la compañía para 2021. 

Pero, no sólo ésta será la única OEP, sino que "Adif lanzará varios procesos de selección a lo largo del año para contratar alrededor de 2.000 personas, entre empleos fijos y temporales". Así por ejemplo, "antes del 15 de noviembre lanzará una segunda OEP, de carácter extraordinario, que ofrecerá 1.000 plazas más, con el fin de contribuir a acometer con mayor garantía el relevo generacional que afronta actualmente la empresa pública."

No estaría de más, que ya que los sindicatos no lo van a hacer la empresa o Transportes pusieran las cifras de ambas compañías sobre la mesa de la opinión pública y publicada, y lo más importante, sobre el parlamento, para que todos podamos conocer si estas nuevas contrataciones son procedentes o no.

Visto desde fuera y con imparcialidad, no parece que sean tiempos de alegrías, sino de apretarse los cinturones e ir tirando con lo que hay, sin hacer mucho ruido y como dijo el santo: “En tiempo de desolación no hacer mudanza” Pues, eso.