13 julio, 2016

SEMAF: sigue la represión y la caza de brujas


Hace menos de un mes ya hemos advertido ( AQUÍ ) de la caza de brujas entre sus afiliados que SEMAF había iniciado con motivo del conflicto del mes pasado.

Nunca hemos tenido, ni tenemos nada contra la profesión de maquinista, de trenes, en este caso, que nos parece bonita y sacrificada aunque menos que aquellos señores del vapor. Pero, sí tenemos mucho en contra de grupos de presión, de mafias, de sectas, de quienes, en definitiva, usan a sus compañeros y toman por rehenes a los viajeros que con el importe del billete que pagan  pueden dar de comer a sus familias.

A nosotros acuden profesionales para que seamos su voz, la voz de los discordantes, de los que no siguen las consignas de ese sindicato monopolista, gremial y verticalista y para ello estamos y estaremos siempre a su lado. Aunque sea como la voz evangélica de quien clama en el desierto. Para que a la verdad no la acalle nadie.

Ya lo dijimos: SEMAF sigue una política suicida y urge su regeneración porque como decía el clásico  "algo huele mal en Dinamarca".

En pleno siglo XXI al más despreciable y deleznable estilo nazi y fascista, desgraciadamente sigue la caza de brujas, pasando factura a los compañeros que no han seguido en las huelgas pasadas al pie de la letra las consignas del sindicato y han osado ejercer la libertad de hacer lo que les haya dado la real gana y no seguir las amenazas y consignas del miedo.

Veamos algunos testimonios, negro sobre blanco:

Correos amenazadores
Como maquinista, en estos días de huelgas que tuvimos, me ha tocado recibir cartas de servicios mínimos, la empresa hacía llegar estas cartas por burofax, SMS (facilitando datos de horarios y numeración de trenes), incluso a veces se daba la circunstancia que las entregaban en mano, un día antes o dos, en alguna ruta con rotación, sin embargo Semaf por otro lado nos enviaban correos electrónicos con instrucciones muy duras, agobiando, teniendo que estudiar dichas cartas al pie de la letra, y si faltaba una coma, rechazarlas, así ha ocurrido que mucha gente ha seguido esas pautas y ha rechazado las cartas.
El testimonio es muy revelador, pero no es el único.

Represalias con prohibiciones en el acceso a la web y otras funcionalidades
...  conozco gente, yo soy uno de ellos, que no seguimos esas instrucciones, cojimos las cartas, por miedo a  un expediente, o por opinión particular, o porque estás en tu obligación (cada uno puede hacer lo que le venga en gana), ahora después de la calma y haber solucionado los problemas, se están dedicando a bloquearnos las cuentas de acceso a su web y a otra que tenemos para descargar documentación, llamada fuendirecto, que gestiona semaf.
Represión a los afiliados díscolos que no siguieron sus consignas 
Acabo de llamar al que gestiona esta web y me ha dicho claramente que se trata de un "castigo" a los que no tragamos con la represión de Semaf, hacia sus afiliados y compañeros y cogieron cartas de servicios mínimos.
Listas negras 
....  nos tienen fichados a los que teníamos cartas y trabajamos, ellos deciden quien entra y quien sale, ahora están comportándose como una SeMAFIA.

Más claro, agua.

7 comentarios:

Emilio dijo...

FTF, me vas a perdonar el taco, o no, pero es que si no lo digo reviento. ¿Y que cojones hacen esos "maquinistillas" afiliados a Semaf? ¿Son masocas? ¿Cómo carajo se firma una carta de servicios mínimos por SMS? Y lo que es peor, entiendo que si yo mañana desde el CTC les ordeno rebasar una señal de entrada sin telefonema, encima de material y, a 100 km/h también tragan. Con semejante personalidad................

Anónimo dijo...

Ni poniendome irónico puedo hacer comentarios sobre el último atentado en Niza, ni sobre los actos del Semaf. Cada uno ve las cosas desde su punto de vista. Nunca se pueden justificar acciones acciones a la tremenda: no se pueden dejar tirados a los pasajeros en los aeropuertos, en las estaciones de tren. Una cosa es un accidente de tren y otra son acciones coercitivas contra la empresa, atentando contra la libertad de los viajeros. Y el trabajador que no los secunda es perseguido hasta derribarlo. Hoy no se pueden justificar huelgas por salarios de hambre, ni excesos de jornada: son pulsos que el sindicato le echa a la empresa. El gobierno debe actuar con contundencia, como contra los comentarios que se regodean con la muerte del torero, como contra los violadores de San Fermín, como contra los sindicatos mafiosos. Pero a río revuelto, siempre hay alguien que sale ganando, incluso la oposición política (hasta que sea gobierno, claro y no permita entonces que 'esos' le chuleen).

Anónimo dijo...

Lo cierto es que muchos aún sabiendo que son una mafia no se desafilia por miedo al qué me pasará si me ocurre algo y hay que mover papeles.
Hay que tener en cuenta también que muchos de los maquinistas de solera piensan que gracias a semaf ganan lo que ganan y disfrutan de buenas condiciones.

Anónimo dijo...

Afiliados todos los maquinistas en activo al Semaf, son una minoría respecto al resto de los trabajadores de la empresa. El Semaf va por libre. Si tal como va el desarrollo de la tecnología y de la privatización del ferrocarril, pronto dejarán de ir en cabina, pronto dejarán de hacer huelgas caprichosas, pronto se extinguirá esa categoría profesional. No se si el resto de los trabajadores de la empresa llorará su extinción, no son sus compañeros: son absolutamente insolidarios, van a los suyo. Que encuentren tanta paz como descanso dejan. RIP

Anónimo dijo...

El origen del sindicalismo es uno y no es precisamente el de aumentar las diferencias entre los trabajadores -y menos entre los de la misma empresa-. Hay colegios profesionales que vigilan el buen hacer y el intrusismo dentro del gremio. Hay colegiados en medicina, hay colegiados en enfermería y el médico y el enfermero no colegiado no puede ejercer libremente. El caso del sindicato es otra cosa. En el caso del Semaf es el engendro que ha consentido la empresa a través del gobierno para no enfrentarse a las demandas de un grupo muy concreto de trabajadores en una empresa estatal. No se si hay un sindicato que aúne a todos los transportistas, lo cual, en esencia me parece muy bueno porque velaría por las condiciones de trabajo de todos los afiliados, impediría los abusos por parte de la patronal sobre los trabajadores de este sector tan expuesto. El caso de los trabajadores ferroviarios es distinto y el Semaf es un sindicato gremial dentro de una empresa cuyo patrón es el gobierno. Las condiciones son muy distintas a las de los camioneros. El colmo es que este sindicato chulee al resto de los sindicatos que hay en la empresa y que negocie condiciones exclusivas para este sector, parando el transporte. La huelga de pilotos de aviones puede ser semejante. Si las azafatas no están trabajando con todas sus reivindicaciones satisfechas, los aviones pueden seguir volando: hay quien tiene la sartén por el mango. Entonces es el Gobierno de la nación quien debe tomar cartas en el asunto e impedir los abusos de poder de gremios estratégicos. No son precisamente los que menos ganan, los que peores condiciones laborales disfrutan, los que están reivindicando. Si los jueces paran el sistema en toda España, afectaría menos a los ciudadanos que una huelga de transporte. Sabemos de los retrasos en las listas de espera que acarrea el sistema sanitario, pero no nos imaginamos una huelga de médicos y que no nos asistan si nos tarazamos una mano cortando jamón. Es imprescindible que el gobierno regule los servicios públicos para no estar en manos de los se quieran permitir condiciones muy ventajosas por estar en un puesto laboral muy concreto, aunque se esté afiliado a un sindicato mafioso. Que seguro que si el gobierno le retira las subvenciones, dejan de tocar lo que cuelga a ciudadanos y resto de trabajadores de la empresa. Esta sería una de las primeras encomiendas al gobierno entrante.

Anónimo dijo...

El SEMAF recibe unos 4 o 5 mil euros en subvenciones del Estado. Ese no es el problema.

Anónimo dijo...

Mientras los maquinistas mantengan un sindicato como el Semaf, el gobierno no podrá intervenir en asuntos internos como la caza de brujas que se menciona en el artículo. Seguramente a los lectores de este blog se le pueden ocurrir soluciones contra la represión a los compañeros que no acatan la voluntad del sindicato. Muchas veces los que instigan son sindicalistas liberados aforados e intocables por a empresa, ni por la justicia común, sea civil o penal.