23 diciembre, 2008

5 científicos para 5 grandes retos

Por
José Enrique Villarino

Muy pronto, el 20 de Enero, Barack Obama tomará posesión de su puesto de 44º Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica. Después de un buen discurso de victoria en el Grant Park de Chicago ante sus seguidores, tiene por delante cinco grandes retos, los que han centrado su campaña. Cinco grandes paradigmas a los que se enfrenta este planeta en los próximos años: una nueva economía; una nueva energía; un medioambiente que garantice que la tierra es sostenible, es decir, vivible para nuestros hijos y nietos, y la salud y la seguridad de sus habitantes. Casi nada. Para dar respuesta a ello, se ha rodeado de un puñado de científicos, quizá los mejores en sus respectivas áreas, en lo que puede considerarse como la primera vez que un político echa mano de asesores científicos para resolver, en primera línea de combate, peliagudos y graves problemas. Decir en público algo así como “prometo escuchar lo que me digan los científicos, incluso cuando lo que me digan resulte incómodo, especialmente si resulta incómodo” es, o tomarse en serio su trabajo o ser un farsante, que en poco tiempo se caerá por tierra, nunca mejor dicho, con todo el equipo. John Holdren es físico y se formó en el más prestigioso Instituto Tecnológico del mundo, el MIT, es el mejor especialista en medioambiente y nuevas fuentes energéticas. El Nóbel Harold Varmus es médico y preside uno de los centros más prestigiosos en el campo de la oncología, el Sloan Kettering de NY. Jane Lubchenco es una investigadora en biología marina, formada en Harvard y catedrática de la U. de Oregón. Eric Lander, doctorado en Oxford es un primer espada en la contribución del proyecto Genoma Humano y es catedrático de Biología en el ya citado MIT ( Massachusetts Institute of Technology ). El número cinco es el también Nóbel Steven Chu que estará al frente de la Secretaría de Energía. Quiera Dios que esta nueva experiencia no fracase y que, por una vez, la ciencia, la investigación, la cordura y la honradez nos guíen, frente a tanto atrabiliario, advenedizo, sinverguenza y mangante como hasta ahora nos han buscado, sino la ruina, harto ruina. Que así sea.

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