15 junio, 2007

Non plus ultra o ¿Valladolid, Finis terrae de la Alta Velocidad?

Por
Foro del Transporte y el Ferrocarril


El 1º de Enero próximo está previsto que la Alta Velocidad de RENFE Operadora llegue a Barcelona-Sants, Málaga y Valladolid. Como decíamos en anterior ocasión, si todo va bien. El caso es que cuando a estas tres efemérides nos referimos y a ellas se refieren los medios de comunicación y de ellas hablan los políticos, suele ser: primero Barcelona, luego Málaga y después Valladolid. Por algo será o algo subconsciente pondrá de manifiesto esta ordenación o jerarquía al uso de las tres ciudades. Algo difícilmente explicitable y concretable, pero palpable, perceptible. Incluso, en lo que a las polémicas se refiere: en Barcelona que si túnel de Sagrada Familia sí, que si no, que si el Prats sí, que si el Prat no, etc. Algo menos respecto de Málaga y nada de Valladolid. Excepto que está prevista su llegada para el próximo 1º de Enero, poco o casi nada más se conoce, fuera del ámbito ministerial y de reducidos círculos locales.

Para los vallisoletanos la Alta Velocidad va a llegar pronto a su ciudad y de eso se trataba y de ello nos congratulamos. Pero así como Barcelona es claramente un punto de destino de un corredor y Málaga de otro, de negocios y ocios más el primero y de turismo y sol más el segundo, Valladolid es un destino sólo en parte. Más allá de Valladolid se puede ir a León, al País Vasco, a Santander, a Asturias, a la Coruña, a Lugo, a Orense, a Pontevedra, a Vigo, a ....

La Alta Velocidad a Valladolid es, a la vez, destino y tránsito hacia otros destinos y hablar de ello y de ellos resulta engorroso y hay que adentrarse en explicaciones contradictorias y donde dije antaño que así, digo hogaño que asado. Por eso los políticos que apoyan a este gobierno y el gobierno procuran pasar de puntillas y no airean mucho la efemérides de las vías de Alta Velocidad a Valladolid, porque, a poco avieso que sea el interlocutor, se ven abocados a hablar, no de Valladolid, sino del más allá de Valladolid. Y eso es una papeleta, una nebulosa, lo más parecido a los números fuzzy´s –léase, difusos-, algo inconcreto, algo molesto, algo que, a ciencia cierta, nadie dice conocer bien y menos sobre lo que mojarse.

Más allá de Valladolid hay un mare mágnum – nunca mejor dicho- de licitaciones que un día –legislatura- eran de altas velocidades y que han pasado a ser de velocidades altas al/a la siguiente; de trazados indefinidos e inconclusos, de promesas que fueron y ya no lo son, de proyectos retrasados, de improvisaciones. Hoy por hoy Valladolid es el finis terrae de la larga peregrinación de la alta velocidad al norte y noroeste peninsular. Plus ultra –más allá- de Valladolid el piélago, el abismo, el océano brumoso, el llanto y crujir de dientes. Así de tenebroso es el futuro de la Alta Velocidad para esas tierras del norte y occidente hispánico. El gobierno actual, al igual que el senado romano de entonces, castiga sin calzadas férreas veloces a las tribus de ártabros, vacceos, gallaecios, astures, lugones, cántabros, etc. Después de tantos años, ¿por qué será?

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