17 diciembre, 2006

Offshoring: la externalización de servicios de las empresas españolas se dirigen a las áreas de apoyo. Un caso de lo que no se debe hacer: la última reorganización de Cercanías

Las áreas tradicionales de las empresas españolas tales como las direcciones de finanzas, las de recursos humanos, las compras, los servicios de ingeniería, etc son las candidatas a ser externalizadas, para concentrarse en el núcleo duro de sus negocios.
Cada vez más, las empresas se especializan en sus propios objetivos de negocio, dejando a terceras empresas aquellas actividades que no necesitan una especialización, ni constituyen el epicentro de su actividad.

Esto es lo que se desprende de un trabajo desarrollado por el IESE titulado El offshoring en España: causas y consecuencias de la deslocalización de servicios de los que son autores Joan Enric Ricart y Pablo Agnese.

Mientras esto es así, y las tendencias apuntan en este sentido, el sector de transporte no despunta en los procesos de offshoring. Mucho menos, todavía, en algunas grandes empresas públicas como La Operadora de RENFE que en sus recientes y múltiples reorganizaciones desde mayo de 2004, ha engordado todos sus departamentos de apoyo. Como diría un financiero, se trata de trabajar para el inmovilizado, es decir para la propia empresa, y dejar de lado la actividad de transporte.

La última reorganización de Cercanías, un caso de libro, de práctica nefasta

Les cuento un caso muy reciente, la que ahora se llama Area de Actividad de Media Distancia y Cercanías, que antes se denominaban como los negocios de Regionales y Cercanías, ha creado una división que engloba los núcleos de Cercanías que no son los de Madrid y Barcelona, que por su tamaño de negocio tienen direcciones específicas, y que se denomina Resto de núcleos de Cercanías.

Estas nueve ciudades tienen al frente a cuatro gerentes con sus respectivas organizaciones ejecutivas y de apoyo. Pues bien, en la estructura central se crea una nueva estructura de apoyo para desarrollar el trabajo que antes hacían, de sobra, media docena de personas. Esto pasa porque quienes tienen que estar atentos a que estas cosas no ocurran las permiten y potencian, y desempeñan puestos y responsabilidades para los que no están preparados. Se trata de consolidar intereses personales, a costa del erario público, para dar cancha a sus amiguetes.
Todo lo contrario al rumbo de los tiempos que corren.

Colofón: encima, al frente de estas organizaciones, repetidas, redundantes e ineficaces se destinan a profesionales (?) que han demostrado ampliamente su incompetencia.

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