07 septiembre, 2022

No es "invierno demográfico", es "extinción" demográfica

                                                                                                                                                                       Recientemente, hacíamos referencia en otro medio de prensa de la situación crítica en que se encuentra la demografía en España, que a nuestro juicio va más allá de lo que se ha venido en llamar el "invierno demográfico" español.



Hemps preferido sustituir la expresión "invierno" por la de "extinción" dada la gravedad que para el futuro poblacional de España muestran ya los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística, todos ellos de carácter negativo, sea la baja fecundidad que se traduce en menos nacimientos, sean las tasas negativas de reposición, que hacen que el stock poblacional decrezca año a año, salvo que la inmigración cubra parte de las pérdidas de ciudadanos españoles hasta llegar a una sustitución total, que esperemos no se produzca, a pesar de la tozudez de los números..


La proyección del INE 2018 - 2068

La proyección de población de España a largo plazo elaborada por el INE constituye una simulación estadística del tamaño y estructura demográfica de la población que residiría en España en los próximos 50 años, en caso de mantenerse las tendencias y comportamientos demográficos actuales. 

Se trata, por tanto, de una extensión al largo plazo, para el total de población nacional, de la proyección de población a corto plazo recientemente publicada. 

De esta forma, estos resultados muestran, básicamente, el efecto que en el largo plazo tendrían la evolución recientemente observada de la fecundidad, la mortalidad y las migraciones. Además, la simulación se ha elaborado en base a un flujo inmigratorio anual constante de 400.000 personas desde 2019.

Según el INE en el próximo medio siglo el stock poblacional actual se verá reducido en torno a 5 millones de personas. Esta proyección, hay que decir que se alcanza teniendo en cuenta una aportación anual de 400.000 nuevos inmigrantes. En efecto, de los algo más de 40,5 millones de habitantes en 2018 se pasaría a 35,5 millones en 2068.

Proyecciones  2018 - 2118



El análisis de regresión es una herramienta de frecuente uso en estadística. La cual permite investigar las relaciones entre diferentes variables cuantitativas. Esto, mediante la formulación de ecuaciones matemáticas, cuyo principal propósito es predecir futuros resultados o probar una hipótesis

Mediante el análisis de regresión y en base a la serie de la proyección 2018 - 2068 se ha procedido a ajustar dos funciones polinomiales. 

La primera de ellas (f(x)1) de grado 2 y la segunda (f(x)2)de grado 3, presentando ambas un muy alto grado de correlación con los valores de la proyección INE original y lo que es más importante un coeficiente de determinación (R2) también muy alto, superior al 99% en ambas curvas.

El coeficiente de determinación es la proporción de la varianza total de la variable explicada por la regresión. El coeficiente de determinación, también llamado R cuadrado, refleja la bondad del ajuste de un modelo a la variable que pretender explicar.

Es importante saber que el resultado del coeficiente de determinación oscila entre 0 y 1. Cuanto más cerca de 1 se sitúe su valor, mayor será el ajuste del modelo a la variable que estamos intentando explicar. De forma inversa, cuanto más cerca de cero, menos ajustado estará el modelo y, por tanto, menos fiable será.

En cifras de tres decimales, la segunda función f (x)2 presenta un mayor ajuste que la primera, cuyas diferencias en valores pueden verse en el gráfico adjunto. Asi mismo, en el gráfico se muestran las funciones polinomiales de ambas opciones y sus correspondientes coeficientes de determinación.

Si consideramos la primera función o alternativa, la población descendería de los 40.458.369 de 2018 habitantes a 23.800.000 en 2118, con una pérdida en la centuria de 16.658.369 (41,1%)  efectivos. La segunda función rebaja la población para 2118 hasta los 12.600.000 de habitantes y una pérdida de 27.858.369 (68,9%).

Como ya he dicho a la entrada de esta nota estas proyecciones se realizan a partir de la del INE a 50 años, que es la base de partida, con el supuesto de una aportación anual de 400.000 nuevas personas, procedentes de la inmigración (*). De igual forma, la proyección asume de forma invariante las tasas actuales de natalidad y mortalidad para todo el período de la proyección, asunción cuanto menos discutible, ya que a medida que desciende la población se produce un progresivo envejecimiento de ésta, con el consiguiente incremento de las tasas de mortalidad. El comportamiento de la natalidad a futuro es de difícil previsión ya que ésta se comporta de forma tendencial y se ve muy influida por modas y decisiones de carácter social y político.

Evidentemente la extinción demográfica no supone que la población llegue a ser cero ya que mucho antes la población originaria (en este caso la española) es progresivamente sustituida por importantes contingentes inmigratorios, en el caso de que estos se produzcan, que dadas las condiciones económicas mundiales es de esperar que sí, tanto en el corto como en el largo plazo. 

Si suponemos que las dos proyecciones definen los umbrales optimista y pesimista entre las cuales se mueve la opción realista, podemos decir que pérdidas poblacionales entre el 40% y el 70% respecto del año base suponen que mucho antes del año horizonte de la proyección la población española sino se ha extinguido carece del menor dinamismo para sobrevivir. Con ella habrán muerto y desaparecido progresivamente los valores, tradiciones y costumbres de hoy que serán ya historia el día de un lejano mañana.
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(*)   El hecho de la incorporación de 400.000 efectivos de inmigrantes al año tiene más visos de ser una injerencia de tipo político que una hipótesis plausible que ningún demógrafo plantearía o apoyaría.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Con el Covid se ha dado una tendencia por encontrar casas en la España despoblada, en las zonas rurales, aunque esos propietarios no se deshagan de sus casas en la gran ciudad, que si no tienen un trabajo 'deslocalizado', no pueden dejar de ir. Los parados no tienen ese inconveniente, pero si no tienen dinero... Si esta vuelta a las zonas despobladas sirve para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, ya es un logro. Aparte de los inmigrantes, los españoles saben hacer hijos, si se dan las condiciones adecuadas, que el aborto a los 16 años es una nuestra (de que saben) pero no es la solución para repoblar la España abandonada. Pero los políticos no van a apostar por estas zonas que les dan pocos votos.