La ministra metida a casera

                                                                                                                                                                              Ministra, es usted ministra de muchas cosas. Que si del transporte, que si de la movilidad, que si de la agenda urbana, que si de la vivienda, aunque está última no figure en los membretes oficiales.

 Por cierto, ¿de qué transporte?, porque de las mercancías no, porque están a punto de recibir la extremaunción. La movilidad, tampoco se recupera como ustedes esperaban. Oiga ministra, ¿nos puede decir qué es eso de la agenda urbana? Pero vamos a centrarnos en la vivienda.

Ayer 1 de Febrero, el consejo de ministros ha aprobado el proyecto de Ley de Vivienda, pese al informe preceptivo en contra del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), y remitirá el texto al Congreso para su tramitación de urgencia. Las tropelías cuanto antes se perpetren mejor, porque así antes se olvidan.

Mire ministra, a ustedes les gusta mucho inmiscuirse en todo. Controlarlo todo y descalabrarlo todo, que es lo que acaban haciendo con todo lo que tocan. Son intervencionistas de siempre, pero hasta no hace mucho lo eran por su tradicional falta de preparación, pero ahora ya lo hacen a sabiendas del daño que hacen, que no es otro que destrozarlo todo a los dictados de otra agenda.

Dicen ustedes ser muy respetuosos con las leyes, pero una vez sí y otra también se pasan por la entrepierna lo que es habitual en cualquier parlamento de un país democrático que es el que las leyes las hagan los legisladores, elegidos directamente por los ciudadanos (no los partidos) y no gobernar en un 90% a manotazo de decreto-ley.

El CGPJ ya les advirtió recientemente que su proyecto de ley de vivienda que ustedes pretenden sacar adelante, no es conforme a derecho porque se inmiscuye en las competencias de las CCAA y de ahí se puede derivar inseguridad jurídica para los ciudadanos. Pues, parece que a usted la opinión de los jueces le importa un pepino y vuelven a insistir en llevarla nuevamente al parlamento y aprobarla con el rodillo de la patulea en que se apoyan.

Le decimos a usted en el titular que es una ministra metida a casera porque van a fijar el precio de los alquileres sí o sí ciscándose en el mercado inmobiliario, porque a quien no la quiera alquilar le obligarán a ello para no perder la vivienda, porque los Ayuntamientos puedan aplicar el recargo del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) a viviendas vacías durante más de dos años que podrá alcanzar el 150 %, porque es un «gran tenedor», persona física o jurídica que sea titular de más de diez inmuebles urbanos de uso residencial o una superficie construida de más de 1.500 metros cuadrados (m2), todo ello sin haber movido un músculo en ir conformando un parque de alquiler de vivienda pública en suelo público que a mayor oferta contribuiría a bajar los precios.

¿Por qué llaman ustedes zonas tensionadas a aquellas en que el precio medio de las hipotecas o de los alquileres de la zona, más los gastos y suministros básicos (luz, agua, gas, telecomunicaciones, impuestos vinculados al inmueble y gastos de comunidad), debe superar "el 30% de los ingresos medios o de la renta media de los hogares. ¿Por que el 30% y no el 40 o el 50%? Por otro, en estas áreas, los precios de compra o alquiler deben haber subido en cinco años más de cinco puntos por encima del IPC autonómico ? ¿quiénes establecen cuáles son las zonas tensionadas?, ¿cuál es el concepto de vivienda asequible incentivada? Y así podríamos seguir señalando arbitrariedades que hacen de la ley un instrumento intervencionista, entre los que destaca la invasión de competencias estatales en las autonómicas.

En fin, regulaciones, recargos y medidas que lejos de incentivar la puesta en alquiler de nuevas viviendas y el abaratamiento de los alquileres van a lograr todo lo contrario. De nada les sirve aprender y escarmentar en cabeza ajena. Bastaba con echar una ojeada a lo que ocurrió en países tan "chulísimos" como Alemania o Inglaterra.