16 enero, 2021

Ábalos y su deposición

 

Es ya una moda, dicho sea de paso bastante hortera, el hecho de que cada ministro o ministrín quiera pasar a la historia con una o varias deposiciones, entre otras del tipo como la que ahora vamos a comentar. Hemos dicho "deposiciones" por no decir lo que todos estamos pensando. Cualquier ocasión es buena para aspirar pasar a la historia, y que mejor ocasión que renombrando   -con una clara intención ideológica-  una infraestructura.


A la deposición a que hoy nos referimos es al cambio de denominación de la archiconocida estación ferroviaria de Chamartín, que pasa a ser denominada "Chamartín Clara Campoamor, mediante la "Orden TMA/1240/2020, de 8 de diciembre, por la que se modifica la denominación de la Estación de Ferrocarril de Madrid-Chamartín y se modifica la Orden FOM/710/2015, de 30 de enero, por la que se aprueba el Catálogo de líneas y tramos de la Red Ferroviaria de Interés General".

En una peregrina exposición de motivos para justificar dicho cambio se dice textualmente:

"Clara Campoamor mantuvo una gran actividad como conferenciante defendiendo siempre la igualdad de derechos de la mujer y la libertad política. Tras proclamarse la Segunda República, fue elegida diputada por Madrid, por el Partido Radical, en las elecciones de 1931 (entonces las mujeres podían ser elegidas, pero no podían votar). En 1931 formó parte de la Comisión Constitucional que elaboró el proyecto de Constitución y el 1 de octubre y después de un airoso debate frente a Victoria Kent se
aprobó el artículo 36 que posibilitó el voto femenino. Las mujeres pudieron votar por primera vez el 19 de noviembre de 1933 en las elecciones generales".

Pero vamos a ver, claro que Clara Campoamor fue una gran diputada en favor del sufragio femenino en España  -por cierto, que otras diputadas socialistas (Campoamor no lo era) abogaban por negar el voto femenino por estar influido por la religión católica-, pero ¿ello  qué tiene que ver con la estación de Chamartín?  Lo mismo que Adolfo Suárez con el aeropuerto de Barajas, o la estación malagueña con María Zambrano.

Lo que ocurre es que la ideología  y la política tiene que empapar también la toponimia de las cosas y las infraestructuras, para que éstas se asocien a la política, apropiándose las ideologías de cosas que pertenecen a todo el mundo. Muchas estaciones llevan el nombre de los "topos" donde se asientan, de las localidades a las que sirven y se ubican. Añadirles coletillas de personas, por muy insignes que hayan sido o sean, no añade nada y complican su dicción y referencia, largas y que acaban omitiéndose por un principio elemental: la economía del lenguaje. Pero sobre todo, está el ego de los políticos que nada más desea que sean asociados en el futuro renombrando lo que la historia ya ha nombrado de forma espontánea.

No es bueno que los políticos jueguen a cambiar los nombres de las cosas, sean calles, monumentos, edificios, infraestructuras, etc en el intento de borrar, censurar, o cambiar la historia. Son ganas de perder el tiempo, crear división y no aportar nada. A los seres insignes, hombres o mujeres, se les honra mejor divulgando su ejemplaridad, sus obras y sus escritos, que poniéndolos de coletilla de un topónimo ya existente. 

Pues nada, Ábalos ya ha evacuado su deposición. Mejor, se podía dedicar a gobernar su negociado, que lo tiene manga por hombro, hasta el punto que tiene que ir la UME a limpiarle las pistas de Barajas porque los trabajadores de AENA para esas tareas están en Erte. Por mucho que se empeñe ministro, la gente seguirá diciendo Estación de Chamartín y Barajas, y punto. No su ocurrencia. Como le decía anteriormente ministro, por una sencilla ley que se llama economía del lenguaje.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya tenemos sufragio femenino y ministerio de igualdad y la política ¿es mejor que en los tiempos de la Campoamor y la Kent? ¿Era esto por lo que lucharon tan insignes mujeres? ¿No hay mejores cosas que hacer en política que cambiarle el nombre a las calles, que demoler estatuas, que hacer un lenguaje más inclusivo? Bien por la igualdad de derechos y de deberes. A igual trabajo igual salario ¿pero lo de las cuotas al 50 por que sí? El talento no tiene género, pero sería justo reconocérselo a quien lo tiene. Yo estoy a favor de la igualdad. Hay políticos que pasaran a la historia por lo nefastos que han sido y son, porque nos han mentido por la política de partido y no por buscar la equidad social. Ábalos pasará a la historia más por las maletas de la Delcy, que por las buenas obras como ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.

Anónimo dijo...

Bien por el cambio de nombre, si mejora la funcionalidad. Bastaría con concederle el proyecto a Ineco. A muchos pasajeros no les va a importar quien era Clara Campoamor, pero sí les importa la funcionalidad y el confort.

Anónimo dijo...

Una gran mayoría de sufragistas están favor de las gestiones de este gobierno, no se si por ser estómagos agradecidos, aduladores interesados, o no se qué, para no rebelarse contra las malas gestiones de este gobierno. ¿Pensó Ábalos en las máquinas quitanieves para mantener las vías expeditas? Los clientes no olvidarán al zote de Ábalos.