09 marzo, 2020

Pensiones impagables

En bastantes ocasiones anteriores nos hemos referido al negro futuro de las pensiones si la clase política no se lo toma como una grave cuestión de estado y se decide a tomar decisiones, más duras o menos duras, para poner remedio, o al menos algún paliativo, para el desastre al que estamos abocados los pensionistas actuales y   -no digamos-  los futuros.



Los datos recientes: una retrospectiva de dos años atrás

La nómina mensual de pensiones contributivas de la Seguridad Social alcanzó los 9.872,32 millones de euros el pasado 1 de febrero, lo que supuso un crecimiento del 3,23% respecto al mismo mes del año pasado. Este incremento incluyó la revalorización del 0,9% establecida por el Real Decreto-ley 1/2020, de 24 de enero, que se aplicó por primera vez en febrero.

La pensión media del Sistema, que comprende las distintas clases (jubilación, incapacidad permanente, viudedad, orfandad y a favor de familiares), fue de 1.006,85 euros mensuales, con un aumento interanual del 2,2%. De esta forma, superó por primera vez los 1.000 euros de mensualidad.

En concreto, la pensión media de jubilación ascendió a 1.156,26 euros mensuales y la de viudedad se situó en 722,65 euros. En cuanto a las nuevas altas, la pensión media de jubilación, cuyo último dato disponible es el de enero, fue de 1.380,85 euros.

En conjunto, el Sistema de Seguridad Social abonó en febrero 9.805.148 pensiones contributivas, un 1,01% más que en el mismo mes del año pasado. El 62,2% fueron prestaciones por jubilación, 6.102.437 concretamente; el 28% fueron pensiones de muerte y supervivencia, (2.361.066 corresponden a prestaciones de viudedad; 339.765 a orfandad y 43.057 a favor de familiares) y el 9,8% restante, 958.823, fueron prestaciones por incapacidad permanente. Tanto la nómina como el número de pensiones crecieron en todas las comunidades autónomas, salvo en Asturias, donde el número de prestaciones disminuyó en febrero un 0,2%.



Regiones pobres, pensiones pobres

Como ha sido bien aireado por los medios, no hace mucho se volvió a subir recientemente después de la anterior del 23%, el SMI (Salario Mínimo Interprofesional) hasta los 950 €/mes.

A Febrero de 2020, la pensión media según los datos de la SS era en España de 1.006,85 €, siendo sólo superiores a esta cifra la registrada en ocho de las diecinueve regiones y C. Autónomas existentes. Si la línea de corte la fijamos en el valor del SMI, son once de las diecinueve regiones las que su pensión media supera el nuevo máximo del salario interprofesional.

El gráfico adjunto, muestra con toda claridad que son las regiones españolas más desarrolladas o las que tienen pensiones especiales en su región, com el caso de la minería en Asturias, las que superan ampliamente la media.

Es el caso (de mayor a menor valor) la ya citada de Asturias, Vascongadas, Madrid, Navarra, Cantabria, Aragón, Cataluña y la ciudad de Ceuta, ligeramente superior a la media.

Las ocho regiones, que no superan ni siquiera el SMI, coinciden con las regiones menos desarrolladas (de menor a mayor pensión media): Extremadura, Galicia, Murcia, Andalucía, Canarias, siendo excepciones los casos de Valencia y las Baleares, que a pesar de ser regiones con un PIB  relativamente alto, presentan pensiones que no llegan al SMI como consecuencia quizá de tratarse de pensiones provenientes mayoritariamente del sector turístico, cual es el caso también de Murcia y Andalucía por el sector agrario.

El actual sistema es insostenible

Dentro de nada, a mediados de la década ya habrá llegado la avalancha de pensionistas que tuvieron su nacimiento como consecuencia del baby-boom de los años 60-70 del siglo pasado.

Ya lo hemos manifestado en ocasiones anteriores: que el sistema de Seguridad Social en los términos actuales es inviable en un quinquenio, como mucho.

La evolución que nos muestran los datos es de un crecimiento sostenido, que no es que se mantenga en el tiempo sino que es manifiestamente creciente.

Y esta tendencia se va a incrementar todavía más en tres aspectos: uno, el número de pensionistas va a ser marcadamente creciente, con una pendiente  mayor que la observada hasta ahora, por la incorporación de nuevas cohortes de nuevos pensionistas. Dos, la prestación unitaria por perceptor también va a ser creciente, porque los nuevos pensionistas se incorporan con pensiones más altas, como consecuencia de haber sufragado unas mayores aportaciones. Tres, la vinculación de las pensiones al IPC, resucitada recientemente, va a encarecer año tras año la factura global.

Corolario de lo anterior, es que con más pensionistas, con pensiones más caras, con pensiones anualmente actualizadas, da como producto una factura más elevada y con elasticidad de crecimiento cada vez más al alza.

Esto es, a grandes rasgos, lo que es previsible respecto de los costes del sistema. ¿Que va a ocurrir con los ingresos?

Como es conocido, la caja de las pensiones se nutre fundamentalmente de las aportaciones de los afiliados a la SS, sean trabajadores, sean empresarios, sea el Estado cuando los gastos en prestaciones superan a los ingresos y se produce déficit. ¿Y de qué depende la cuantía de estas aportaciones?

Pues de dos factores: por un lado, del nº de cotizantes, de afiliados a la SS y, por otro, la aportación media por afiliado. El nº de cotizantes crece cuando la economía va bien y se reduce en tiempos de crisis y la cotización media está vinculada al nivel de los salarios, que desde que se desató la crisis de la que aún no hemos salido, se han precarizado muy notablemente.

Tanto por el lado de los gastos como por el de los ingresos, las expectativas a corto y medio plazo son bastante desastrosas ya que hemos entrado en una nueva crisis económica, aún no superada la anterior que va a incrementar los gastos de desempleo, el coste de las prestaciones al incorporarse una avalancha de nuevos pensionistas, con pensiones más caras. Respecto de los ingresos también pintan bastos, ya que disminuirán los cotizantes que directamente engrosarán las listas del paro y seguirán o se incrementaran las cotizaciones bajas.

Si ahora mismo el sistema de la SS está quebrado y soporta un déficit de más de 50.000 M de € (52.445 al cierre del 3º trimestre de 2019), dentro de poco será mucho más abultado y el problema no se resuelve, como pretenden algunos, trasladando pensiones no contributivas a los presupuestos del estado, sino que simplemente se maquilla ya que lo único que se hace es trasladar el déficit de estas pensiones al del estado, acrecentando éste, salvo que se suban los impuestos en igual cuantía. Puro maquillaje.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El problema de las pensiones es un problema de gestión política, de mala gestión. La gente que trabaja por lo legal, cotiza. En la economía sumergida no se cotiza y las autoridades no persiguen esta economía. Se puede cobrar una pensión sin haber cotizado nunca. Y los que han cotizado durante 40 años, se pueden morir a partir de los 70 años, para que el Estado se ahorre pensiones. Y los jóvenes bien preparados se tienen que ir de España para encontrar un trabajo. Hay dinero para subvencionar películas de Almodóvar y otros correligionarios, pero no hay dinero para pensiones, porque el dinero de las pensiones se guarda en otra caja. Las empresas públicas no pueden dar trabajo a todos los ciudadanos, por eso el gobierno debe favorecer la implantación de empresas debe favorecer que el capital aflore, el nacional y el extranjero. Si hay lobbies que presionan para que se compren productos extranjeros, las empresas españolas cierran. No por culpa de la economía, es culpa de la política del gobierno, no se si de su ignorancia, pero sí creo que es por los intereses que les dan a los políticos para favorecer a un determinado lobby. ¿Es mejor que coticen personas de 60 años, a que lo hagan personas de 27-30 años? Y lo mejor es que el dinero no se pierda por malversación.

Anónimo dijo...

No puede haber pensiones si no hay cotizaciones. La solución no es subir impuestos. La solución es explotar nuestros recursos y generar otros nuevos que favorezcan un intercambio comercial y cree puestos de trabajo. No es cuestión se socializar la miseria. Los ideales del 15 M murieron, Y algunos de aquellos abanderados, hoy son casta, mucho peor que la casta que criticaban en ciertas TV. Aquellos perroflautas de entonces hoy no son parte de la solución porque son parte del problema que hay. Culpo a su ignorancia y a su arribismo. Y a todos los que de una manera y de otra, se lo permiten.