12 diciembre, 2013

La puntilla para P.Pio.- Adif pone en concesión a 50 años más de 6.000 m2 necesitados de remodelación


Célebres "torreones" de la histórica Estación del Norte


Fachada principal y patio con los coches de punto
A la tercera, va la vencida, que dice el dicho. La cantidad de despropósitos que se han perpetrado sobre esta bella estación madrileña, cuando lo era, son incontables. A cada cual, peor. Los males le vienen a esta veterana estación cuando desapareció el último tren, allá por los años 93 en que salió el último expreso gallego. Cuando algo se queda sin la funcionalidad para lo que fue concebido, se estropeó la cosa.

Eso es lo que le ha ocurrido a la estación de Príncipe Pío en Madrid, la antigua estación del Norte, cuya propietaria antes de la nacionalización en 1941 era la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España S.A. Resumiendo, podemos decir que sus principales males tienen su origen en otras tantas, todas, las intervenciones a que se ha visto sometida.

Vista del intercambiador "disuasorio"
El primer desastre, puede decirse que se corresponde con la remodelación sufrida para hacer el intercambiador de transportes. De acuerdo con que esta estación fuese receptora de un intercambiador metropolitano de transporte, no era necesario dinamitar, irremediablemente, la estación. Es difícil encontrar un intercambiador con una funcionalidad tan desastrosa como éste. Además de antiestético. Los bellos andenes bajo la espléndida marquesina sucumbieron lamentablemente, para dejar paso a un demencial laberinto de pasos y contrapasos a distintos niveles, en una chapuza de diseño impropia de un facultativo en arquitectura.
Múltiples niveles, "favorecedores" de los intercambios
La manía de los gestores de Renfe de  poner chiringuitos en todos los sitios que puedan dar un duro de alquiler se ve coronada en este intercambiador con un quiosco en pleno intercambiador. O uno se conoce bien los encaminamientos que debe realizar para ir a donde desea ir, o el paseo laberíntico está servido.





Ni la esfinge, guardiana de las pirámides,supera esta decoración imperial
Al tiempo que se llevaba a cabo esta remodelación se llevó a cabo la restauración de otras partes de la estación, que no merece otro calificativo que el de desastrosa. Se han eliminado elementos arquitectónicos singulares importantes, arrasando la escayola todo lo que encontraba a su paso, que es lo que ha ocurrido tanto en el interior como en el exterior de los dos bellos torreones. Otro tanto lo que se ha hecho en los espacios que la circundan, de forma especial en los patios que en su día comunicaban armoniosamente espacios y desniveles. Dos ceros, uno a su remodelación y otro cero a su restauración y otro más, a un intercambiador, que a lo que invita es a quedarse quieto.

Un bello centro comercial.embutido para disimular una "esperpéntica" marquesina
El segundo desastre: no contentos con este esperpéntico intercambiador, alguien debió pensar que la cosa no podía quedar así. Con el mismo afán de hacer algo de caja, poca, porque luego resulta que a la gente le cuesta, o no puede pagar, los expertos patrimoniales decidieron que justo al lado del bodrio de intercambio se localizase un centro comercial.

Lo que se dice una perfecta simbiosis de estilos
A este centro comercial ya le hemos dedicado hace algunos años en este blog  nuestros comentarios. Un disparate total. El símil que se nos viene a la cabeza es el del estómago de una gran ballena que albergara un barco que se hubiera zampado. Bajo una bóveda de gran belleza, aparece una jaima con tenderetes, con total visibilidad de sus partes traseras, en las que pueden verse cajas, cajones, trasteros, almacenes, cuartos de la limpieza, etc.

En definitiva, es como si bajo una catedral, en su nave principal, metiésemos dos pisos de viviendas de los antiguos poblados de absorción de la Obra Sindical del Hogar.

Emulando algo a la pirámide de la place Pompidou del Louvre francés
La tercera agresión, lo que puede ser la puntilla, está a punto de perpetrarse con el anuncio de ADIF de alquilar los más de 6.000m2 de locales. Veremos que cosas, negocios, negocietes, tiendas, etc se van a establecer en las antiguas dependencias ferroviarias . Nos tememos que nada bueno, vista la experiencia del llamado centro comercial, más parecido a un zoco que a otra cosa. Quien alquile estos edificios y sus partes exteriores anejas, tendrá por delante una ardua tarea restauradora, que debe ser vigilada de cerca por los responsables del patrimonio de Renfe y Fomento, Aytº o quien corresponda, para prevenir desastres irremediables semejantes a los ya perpetrados.

Lo que se dice una señora remodelación y la interior en ciernes, si Dios no lo remedia
Como casi siempre, detrás de las rimbombantes palabras oficiales de optimizar los activos ociosos, poner en valor un patrimonio infrautilizado, rentabilizar los activos, recuperar la historia ferroviaria, etc, lo que se suelen esconder son intereses más pedrestres, vulgares y especulativos. Alguien suele dar un pelotazo y si la cosa luego sale mal, si te he visto, no me acuerdo. Y vuelta a empezar.

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