11 marzo, 2011

"La transparencia facilita la veracidad y ésta es clave para una sociedad justa y eficiente"


Las cuentas públicas y la transparencia (y II) 

por Eduardo Martínez Abascal 
en Expansión


En el artículo anterior mostraba el distinto nivel de transparencia que el Gobierno exige a las empresas privadas y  el que se aplica a sí mismo, y como consecuencia la falta de transparencia en las cuentas públicas. Sigo poniendo  ejemplos. En los años de crisis (2008 y 2009) se han creado miles de organismos públicos (consorcios, observatorios,  fundaciones, etc.), tanto en ayuntamientos, comunidades autónomas o Administración central. La consecuencia es que  se hace difícil saber quién gasta qué. Me parece que tanto organismo no sirve más que para enmascarar el gasto y a  la postre es hacerse trampas al solitario.

Resulta curioso que la partida más grande de los presupuestos del Estado es transferencias, casi siempre caja negra,  pues no es fácil saber a dónde van. Una buena parte va a las comunidades autónomas, vale. Pero es que la partida más  grande de gastos de las comunidades autónomas es transferencias, ¿a dónde van? A Sanidad y Seguridad Social. Pero es  que la partida más grande dentro de la Seguridad Social autonómica es transferencias… Al final no hay quien se  aclare.

Creo que el Estado debería presentar sus cuentas de resultados, consolidadas, en las que se incluya todo, todo. Es  lo que hacen las empresas. Sería muy deseable que los ciudadanos pudiéramos ver en una web sencilla el gasto de la  Administración central, autonómica, local y Seguridad Social y en qué se lo gastan. No es tan complicado, si se  tiene el deseo verdadero de ser transparente.

El sistema de contabilidad pública también es confuso, o por lo menos nada claro, salvo para los que las  confeccionan. Las cuentas, si son públicas y acerca del dinero público, deberían ser entendibles por el público y no  sólo por los especialistas. Sería deseable que esas cuentas se asemejaran lo máximo posible a las cuentas de una  empresa o de una familia: lo que ingreso y lo que gasto. Habría que distinguir gasto de inversión y también ingreso  de deuda. Si te han prestado 1.000 millones, no los incluyas en tu cuenta de resultados como si fuera un ingreso,  pues no lo es. Hay muchos más ejemplos que ahorro al lector para no agotarle.

Por último, el ciudadano debe saber con claridad lo que paga al Estado. Propongo que en la nómina aparezca lo que  realmente pagamos a la seguridad social, es decir el 34% de nuestros salario bruto que nos retiene la empresa. No es  una cifra baladí y conviene saberla. Es una hipocresía que en la nómina aparezca el 1,5% de contribución al  desempleo y se nos oculte el 34%, que es el número gordo. ¡Seamos transparentes!


2 comentarios:

FTF dijo...

La contabilidad de la Administración es una cosa como para personas que padezcan dislexia. Inintelegible. Vean si no uno de los "tochos" de la Intervención General del Estado.

Anónimo dijo...

‘El ciudadano debe saber...’, pero mucho ciudadanos, la mayoría de las veces, no quieren saber nada y por eso estamos ‘disfrutando’ de nuestra actual situación económica, política, social... No hay dinero para pensiones ni para mantener ayudas sociales, pero hay para la casta política y sus adláteres... hay para sufragar a ciertos países... hay para subvencionar... Un socialismo muy peculiar ¿eficacia? ¿transparencia? ¿equidad? ¿justicia?