11 noviembre, 2010

UNA NUEVA CLASE BUSINESS SUSTITUYE A LAS CLASES CLUB Y PREFERENTE DE RENFE OPERADORA

"CLASE BUSINESS", EL FIN DE UN DESPROPÓSITO


Por fin RENFE Operadora va a abolir la clase "club" de los trenes AVE´s, refundiéndose ésta y la clase preferente en una sola clase, denominada clase "business". Las tres clases anteriores eran un sinsentido no sólo desde el punto de vista comercial sino desde el económico. Desde el punto de vista comercial, basta acudir a los datos estadísticos de ocupación de la clase club para ver su escaso éxito entre los viajeros de estos servicios, que, prácticamente, era demandada por los viajes de negocios y que por su elevado precio era prohibitiva para el resto de los mortales. Hasta ahora, un error empecinaba a los diseñadores del marketing y la estrategia de los productos: el que la clase club era un distintivo diferenciador de la mayor calidad de los servicios a bordo en comparación con el resto de operadoras europeas y de otros continentes. Nunca hemos creído que esto fuese así, pero, además, se trataba de un lujo asiático, que sólo podía ser soportado a golpe de subvención. Mañana, en que estos servicios van a tener que rendir cuentas en números negros, no aguantan tanto glamour. La mayoría, por no decir la totalidad, de las empresas europeas y foráneas lo entendieron así hace muchos años.

Desde el punto de vista económico el despropósito ha sido todavía, si cabe, mayor. En las cuentas globales del tren la clase turista ha estado financiando la insuficiencia económica, es decir, las pérdidas de la clase club y también en buena parte de los casos, de la clase preferente. Por otro lado, dedicar una buena parte de la superficie útil del tren, la de la clase club, a un negocio ruinoso es no sólo un lucro cesante por no dedicarlo a otra clase con mayores índices de ocupación y mayor rentabilidad, sino que podríamos denominarlo como la necesidad de un "lujo cesante".

Se trata ahora de definir bien las prestaciones de las dos clases y de realizar un buen enfoque de precios. No basta, como recogen los periódicos, decir que creando esta nueva clase, con idéntica denominación de la existente tiempo ha en la aviación comercial, el producto ya está listo. No, no es esto. Cambiar el nombre no hace un producto nuevo. A parte de dar, o no dar, de comer en el asiento, mejor o peor comida, hay otras muchas cosas que los clientes agradecen, tales como evitar molestias innecesarias en el embarque con la aplicación de tecnologías adecuadas, evitar al viajero presentar redundantemente el título de transporte, evitar encaminamientos tediosos, aglomeraciones y colas en fechas punta. Una atención y acogimiento activos y no como ahora pasivos, en la puerta del coche, dirigiéndose proactivamente hacia los viajeros más débiles por razones de edad, minusvalía o dependencia, ... y así un largo etc. Presidente, ¿para cuándo la implantación de una gestión inteligente y optimizadora de los ingresos, el tan cacareado "yield management"? No sabemos por qué, pero tenemos una intuición y mucho nos tememos que se haga dejación de técnicas y visiones avanzadas y modernas que no ha mucho se intentaron implantar en la Alta Velocidad. Gastar en conocimiento, no es gastar, es invertir,y ello es mucho más necesario cuando la crisis nos aprieta. Aunque parezca una paradoja.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Todavía creéis que renfe va a cambiar solo porque se está hiendo a pique? Ilusos...

Anónimo dijo...

Pues pagar los viajeros de turista los lujos de los de club y preferente, a eso, ¿cómo se le llama? Es el colmo que los impuestos sirvan, entre otros muchos desvaríos, para pagar lo que el precio del billete no cubre de comidas, e incluso, copas de los viajeros de club y preferente.

el lince ibérico dijo...

Si ahora que se avecinan tiempos de liberalización y/o privatización se toman estas medidas, ¿por qué no se tomaron antes? Esto me lleva a concluir que los presidentes anteriores despilfarraban porque tiraban con pólvora del rey. Así llegó la deuda de RENFE a dónde llegó. Nuevamente lleva el mismo camino.

Anónimo dijo...

¿Por qué no hay una clase única básica y el que quiera compra luego servicios? Comer, bebida, TV, WIFI, etc ....

Anónimo dijo...

Me he enterado: Isaías Táboas, Secretario de Estado de Transportes, Dios mío,Dios mío ... Qué gobiernos .....

Anónimo dijo...

He visto el diseño de la clase business y creo que hay espacio desaprovechado, demasiados m2 por viajero. Se podían poner 6 plazas más que por coche. Eso son muchas plazas al año y como 10 millones de euros.

Francisco Miranda dijo...

Brillante artículo.En realidad se había vuelto a las tres clases de los antiguos trenes. Probablemente compense que haya una clase única mejorada para todos.