Viajero
Hacía casi un año que no iba desde Asturias a Barcelona en tren. Ahora se presta el servicio nocturno con coches TALGO, que, en comparación con el servicio anterior resulta una gran mejoría en la comodidad y en la rapidez, ya que el trayecto se hace en dos horas menos. Pues aún así, nos encontramos gente que despotrica del tren, que despotrica de Renfe, que despotrica del servicio prestado por las azafatas, que para mí son un modelo de cortesía. No se revuelven contra el protestón ni le dicen eso de: si tan descontento estás con el servicio, no viajes en esta compañía.
Yo valoro y reivindico su continuidad. Dentro de todas las alternativas, creo que la más equilibrada es ésta del tren, que, aunque no es tan rápido como el avión hay que contabilizar en detrimento de este último el tiempo de desplazamiento al aeropuerto, el tiempo de espera antes de la salida del avión y el tiempo de desembarque, y sumarle luego el tiempo en salir del aeropuerto… Se puede hacer también en autobús, aunque un viaje tan largo, en un asiento –por muy bueno que sea- le deja aq uno el cuerpo como para no enfrentarse después a una reunión de trabajo. Por eso el tren es la mejor alternativa y todavía puede mejorar mucho.
Lo único que le veo mal es el precio, que, en valor absoluto, no en relación con la calidad, me parece caro como para hacer que la gente elija esta opción frente al bus o al avión ya que el coche particular es impensable. Ahora que vienen unos días de vacaciones, el tren debería ser la mejor opción, pudiendo llevar el coche con nosotros, en esas plataformas a tal fin, entregándolo poco tiempo después de llegar a destino, como se hacía un tiempo atrás e, inexplicablemente, ha dejado de hacerlo.
Se entiende que en estos días el consumo de gasolina será mayor y que se puede recaudar más por este método que favoreciendo, desde el mismo Estado otras alternativas, aunque los muertos y los accidentados salgan más caros…, está claro que los pagan las aseguradoras…
Hacía casi un año que no iba desde Asturias a Barcelona en tren. Ahora se presta el servicio nocturno con coches TALGO, que, en comparación con el servicio anterior resulta una gran mejoría en la comodidad y en la rapidez, ya que el trayecto se hace en dos horas menos. Pues aún así, nos encontramos gente que despotrica del tren, que despotrica de Renfe, que despotrica del servicio prestado por las azafatas, que para mí son un modelo de cortesía. No se revuelven contra el protestón ni le dicen eso de: si tan descontento estás con el servicio, no viajes en esta compañía.
Yo valoro y reivindico su continuidad. Dentro de todas las alternativas, creo que la más equilibrada es ésta del tren, que, aunque no es tan rápido como el avión hay que contabilizar en detrimento de este último el tiempo de desplazamiento al aeropuerto, el tiempo de espera antes de la salida del avión y el tiempo de desembarque, y sumarle luego el tiempo en salir del aeropuerto… Se puede hacer también en autobús, aunque un viaje tan largo, en un asiento –por muy bueno que sea- le deja aq uno el cuerpo como para no enfrentarse después a una reunión de trabajo. Por eso el tren es la mejor alternativa y todavía puede mejorar mucho.
Lo único que le veo mal es el precio, que, en valor absoluto, no en relación con la calidad, me parece caro como para hacer que la gente elija esta opción frente al bus o al avión ya que el coche particular es impensable. Ahora que vienen unos días de vacaciones, el tren debería ser la mejor opción, pudiendo llevar el coche con nosotros, en esas plataformas a tal fin, entregándolo poco tiempo después de llegar a destino, como se hacía un tiempo atrás e, inexplicablemente, ha dejado de hacerlo.
Se entiende que en estos días el consumo de gasolina será mayor y que se puede recaudar más por este método que favoreciendo, desde el mismo Estado otras alternativas, aunque los muertos y los accidentados salgan más caros…, está claro que los pagan las aseguradoras…
1 comentario:
RENFE siempre se ha hecho un lío en cuanto la sacas del sota, caballo y rey.Transportar loscoches de los viajeros le ponía delos nervios y lo dejó, porque, además, perdía dinero. No creo que vuelva a ello.
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