22 marzo, 2010

LA EMPRESA FUZZY



Sería algo así como la empresa difusa, borrosa. Lo que otros han venido en llamar la empresa distribuida. La que está localizada en múltiples sitios -léase paises- porque sus empleados suelen trabajar en su lugar de residencia. No confundir esta modalidad de organización empresarial con el trabajo en casa o también llamado teletrabajo. Este último, se refiere a una empresa convencional en la que la mayoría de sus empleados trabajan en una misma sede y algunos, o una parte, de sus empleados desempeñan su trabajo en casa durante una serie de días, normalmente no todos, acudiendo a trabajar en la sede uno, dos, o más días.

La empresa que llamamos fuzzy está formada por profesionales y/o empleados que trabajan en sus respectivos paises o lugares de residencia y que conforman la mayoría de los miembros de la misma. Esto es lo que dice Toni Schneider en su blog y que cita varias ventajas que se pueden resumir en las siguientes: "mayor satisfacción de los trabajadores, el acceso a un mercado de trabajo mundial con muchos más y mejores especialistas al no limitarlo únicamente a una zona geográfica, el uso de herramientas de comunicación mejores y más eficientes, la posibilidad de seguir manteniendo genuinas interacciones sociales, y la organización de la oficina central como un sitio de interacción mucho más interesante que el típico entorno de oficina."
Todo ello lo permiten las nuevas tecnologías de la comunicación y la ganancia en eficiencia, frente a las organizaciones convencionales, es evidente.

El futuro de las grandes corporaciones de servicios, todos juntos en una gran sede tiene los días contados. Las medianas y pequeñas empresas van a ser en breve de esta guisa. O no serán. La eficacia, eficiencia, innovación y creatividad que potencia este modelo no tiene parangón con el de la empresa con un domicilio y todos trabajando en una única sede. El modelo se parece al de las abejas currantes que se distribuyen a lo largo de un amplio espacio para hacer cada cual su trabajo y vuelven a la colmena cuando han acabado su trabajo, llenas de néctares. Los únicos que permanecen sin salir son los zánganos. La sede de una empresa distribuida sería algo parecido a una colmena virtual.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No se si como zángano de colmena…, pero la idea me parece muy atractiva. Seguramente por aquí tendrá que ir el futuro.
Imaginémonos lo que sería Madrid sin ese hervidero en las horas punta, o sin ese ‘hormiguero’ de gente en Barcelona, yendo y viniendo al trabajo, o ese bulle-bulle de Valencia, Sevilla…y tantas otras ciudades que necesitan una flota de transportes públicos para mover esa masa, que como una marea humana, va y viene, al menos, dos veces al día. Se ganaría calidad de vida, aunque los de las empresas de transporte viesen grandes pérdidas en sus negocios. Serían ciudades más transitables, más respirables, más para el ocio…
Y no se si deberían empezar a dar ejemplo los grandes mastodontes de la Administración, que tiene un montón de sucursales repartidas por todos los pueblos de España. Las multinacionales serian otra opción… Las pequeñas empresas lo van a elegir por pragmatismo. Las empresas no pagarían por el tiempo de ‘enclaustramiento’ de sus empleados, sino por su ‘talento’ para resolver problemas a los demás. Las empresas se ahorrarían mucho en edificios, en instalaciones, en mantenimiento…y los trabajadores en desplazamientos, tiempo, dinero y algún accidente ‘in itinere’.
Aparte de a las empresa de transporte urbano e interurbano ¿a quién perjudicaría?
A mí me gustaría disfrutar de esta modalidad, antes de jubilarme.

Anónimo dijo...

Con un modelo así de empresa distribuida ¿no sería más fácil contratar a personas eficientes, sin mayores complicaciones?