13 febrero, 2010

DESPILFARRO DE RENFE


CARTAS DE LOS LECTORES
"LA VANGUARDIA"
JOSEP MARIA MARTÍNEZ - Barcelona - 13/02/2010


Acabo de recibir en mi despacho el informe anual de Renfe 2008, remitido por el Ministerio de Fomento. Ni mi empresa ni yo tenemos relación con Renfe que justifique la recepción de este informe. Su coste es notable: se trata de un libro de 90 páginas, editado con papel de máxima calidad y de elevado gramaje, a cuatro tintas y en un estuche de cartón lujoso. Además contiene un DVD. Y por si fuera poco, el envío no se ha realizado por correo ordinario, sino por servicio de mensajería urgente. Ignoro cuántos miles de envíos se han efectuado. En su interior leo: "Renfe, tren de valores". Desconozco a qué valores se refiere. Pero aseguro que entre ellos no están ni la austeridad ni la sensatez. En cualquier circunstancia este hecho se podría tipificar como malversación de fondos públicos, pero, especialmente en este momento, despilfarros así claman al cielo. Es evidente que en los ministerios viven en otro planeta, ajenos a lo que sucede en el país. Nos plantean el recorte de pensiones, la subida de impuestos y prolongar la vida laboral, pero para el autobombo y la propaganda no dudan en gastar el dinero público que haga falta. ...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y además toman medidas ridículas como congelar el salario de sus directivos.

Si los directivos son malos deberían ponerles a vender billetes en las taquillas o si, como apunta el artículo, han hacho malversación de fondos deberían despedirlos y meterles a juicio.

Por no subirles el sueldo no se van a arreglar las cosas.

Anónimo dijo...

Si lo directivos son malos, la empresa, o el Estado, deberían buscar unos buenos, que los hay. Y hay que pagarles según rendimiento y logro de objetivos: mejor servicio público y más pasajeros, más remuneración; peor servicio prestado, más reclamaciones, más retrasos, más trenes quitados, más pegas para sacar billetes por Internet, más caos…correctivo a los responsables. Así aquí se dan todas las condiciones para pensar mal, en todos los sentidos. Y lo peor de todo: los de arriba no lo enmiendan por son peores, también en todos los sentidos. Hemos elegido con nuestros votos y nuestra falta de protestas, a esta calaña para que dirijan nuestros destinos. Y la empresa es sólo un reflejo del gobierno de la nación, en todos los sentidos.