Mérito, capacidad y un agujero del quince. Sólo así se podría explicar las oposiciones de Aeropuertos Españoles y Navageción Aérea (AENA) para cubrir una plaza de Técnico de Planificación y Gestión Estratégica en Gran Canaria. El caso ya está en manos del Juzgado de lo Social número 4 de Las Palmas de Gran Canaria. Y este martes, el principal perjudicado, número uno de la bolsa de candidatos de reserva que por ley y convenio colectivo tiene derecho al puesto, pone su situación en conocimiento de la Inspección de Trabajo. ¿Por qué? Simplemente porque AENA se ha saltado a catorce suplentes para contratar a la candidata que ocupó el puesto número 15 (seguir leyendo) |
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Y a estas alturas a quién le sorprende, si esto es nuestro pan de cada día, ya sea en empresa privada o en empresa paraestatal. Si lo hacen en una privada, el dueño responde de su capital y puede meter a quien quiera. En una empresa que se paga con el presupuesto que sale de los impuestos de los españoles…, pues lo mismo, porque cada empresa estatal tiene su ‘reino de taifas’ y estos son privilegios que dan ciertos cargos.
Al que le dan el puesto por enchufe le hacen un favor, pero frustrarán las buenas relaciones con todos los demás trabajadores, que despotricarán del sistema que mantienen sus jefes, que llegarán al trabajo amargados, que no tendrán más motivación que para hacer lo estrictamente lo imprescindible, que pueden poner en entredicho la valía y la autoridad de sus superiores que han podido llegar al cargo, no por otros méritos, si no por el de conocer a un cacique, que le hace un favor y lo peor muchas veces, sin tener los conocimientos profesionales suficientes y necesarios para estar a la altura de la responsabilidad que el cargo conlleva, pero el sueldo se lo lleva limpio, mientras los otros le tienen que hacer su trabajo.
Y esta empresa se presta a todo eso y todos podríamos poner algún nombre en una interminable lista de ‘favorecidos’ en todos los estatus y niveles salariales de la empresa. Luego, cuando les dan la patada para poner a otro tenga ‘mejor’ padrino en su lugar, se van en silencio, humillados y ofendidos por el mismo sistema que les colocó y aquí se les quita el cargo, no el sueldo, como a los ministros.
Y luego hacemos como que nos sorprendemos con el caso Gürtel, pero si tuviesen más poder llegarían a más que Gürtel y si no, recordemos el caso Carlos Penit, alcalde de Pinto por Izquierda Unida, que empezó de sindicalista de CC.OO., en la empresa de Frenos y Señales Knorr, y todo lo que ha sucedido después en este pueblecito, sin necesidad de irse a Marbella. Y todo el mundo lo sabe y nadie denunció nada a tiempo de evitarlo. Y si lo denuncian, los sindicatos, que son empresa, lo consienten.
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