11 agosto, 2009

FTF ya se refirió al respecto de los empleados públicos de FOMENTO

¡Quién fuera funcionario...!

Publicado el 11-08-09 , por Expansión

Hay dos tipos de empleados. Los que trabajan para las empresas privadas y los funcionarios. Los primeros pueden convertirse en parados en cualquier momento, y si tienen suerte sólo les congelarán el sueldo o se lo rebajarán. Los empreados públicos, por su parte, tienen trabajo fijo para toda la vida y sus salarios aumentarán este año una media del 3%. Con ellos no va la crisis. Con 4 millones de parados y en medio de una severa recesión, cada vez es más insostenible contar con un sector público que, con 3 millones de funcionarios, emplea a uno de cada seis trabajadores. Mimar a los empleados públicos es una tentación de los gobernantes para reducir artificialmente el paro y crear un importante nicho electoral. Así se explica el aumento salarial medio del 3% –en Andalucía se eleva al 3,6%– que este año van a tener los funcionarios de las administraciones estatal, autonómica y municipal.

Esta cifra contrasta con la moderación salarial que se intenta implantar en las empresas privadas para afrontar la crisis. Un país como España no se puede permitir gastar 108.000 millones de euros en salarios públicos y seguir engordando la bola de nieve de los costes públicos, porque ello hipoteca al país y reduce su competitividad. No es extraño que ahora la mayor parte de los parados quieran ser funcionarios, y de hecho está habiendo una gran cantidad de personas que se apuntan a academias privadas para preparar unas oposiciones y tener acceso así al gran maná de la función pública. Ser funcionario se ha convertido también en la máxima aspiración de muchos jóvenes universitarios. Desde hace años, todos los dirigentes que llegan al poder han apelado infructuosamente a la necesidad de racionalizar el tamaño de la Administración, pero en lugar de esto al final han hecho todo lo contrario.

El Gobierno debería tener las agallas de fijar políticas dirigidas a adelgazar el aparato burocrático, y de establecer una congelación salarial para los funcionarios acorde con la inflación, que este año podría situarse en el -0,1%. Sería una decisión, sin duda, impopular, pero en una situación de sangría laboral como la que sufrimos resulta necesario que todos nos apretemos el cinturón. También los funcionarios.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Algunos ferroviarios, que no son funcionarios, padecen todas las perrerías de las empresas privadas y ninguna de las ventajas de los funcionarios ad hoc.
Si bien es cierto que hay ciertas categorías que pueden ejercer presión, en el salario y en el modo de trabajo, -como los maquinistas- también es cierto que personas preparadas con titulación universitaria han tenido que dejar esta empresa porque no se les promociona ni reconoce su capacitación y a la vez se contrata gente de la calle con esa titulación que estos marginados tiene. Y no es menos cierto que se les abren las puertas a ciertos ‘ejemplares’ que han tenido una cierta ‘notoriedad’ en la privada y vienen aquí, a gozar de una jubilación anticipada y se les pone de director de cualquier cosa, con sueldos anuales de 8 a 12 millones de pesetas, o su equivalente en €. Ya no hay escuelas de aprendices ni prácticos de ferrocarriles, pero sí hay forma de meter a los amigos de los amigos, aunque no se puedan meter a los propios hijos. Para eso ésto es una empresa que se mantiene de los presupuestos del Estado.
¿Ponemos nombres?

Anónimo dijo...

Al Anónimo anterior:

En primer lugar. ¿Titulado en que? Es muy posible que no se promocione a un licenciado en filologia si lo que hace falta es un abogado (es decir licenciado en Derecho con experiencia judicial)

En segundo lugar. Titulado no es lo mismo que capacitado. Hay muchos no titulados mejores que un titulado. Por otra parte tener un titulo universitario no es equivalente a valer más o estar mejor capacitado. El título de licenciado en derecho quiere decir que la persona ha aprobado unas asignaturas. Tal y como está nuestro sistema universitario el título no quiere decir que el licenciado sepa utilizar adecuadamente esos conocimientos que supuestamente ha adquirido y retiene.

Desconozco su caso particular pero si conozco muchos casos particulares de licenciados que no servirian para ejercer como tales.