03 junio, 2009

¿NUCLEARES? CON LAS DE FRANCIA NOS ABASTECEMOS, GRACIAS.



Por
Ciudadano Disidente.

Ante las declaraciones que el ministro de Fomento ha realizado el 27-05-09, en su comparecencia en la Comisión de Fomento del Congreso de los Diputados, un servidor, desde su visión de ciudadano se pregunta si es la ¿crisis? la que origina se planteen ahora estas medidas, o son los intereses creados los que han impedido se desarrollen antes estas ideas.
Desde su ministerio de Fomento, con la autoridad conferida dice que "se apuesta decididamente hacia modos de transporte más sostenibles". Desde este punto de vista se cree que todo el mundo estará de acuerdo en fomentar la sostenibilidad con transportes que contaminen menos, menor número de coches y camiones en las ciudades y en las carreteras, vehículos que contaminen menos y mayor utilización de transporte público colectivo con energías más ecológicas, pero no se entiende cómo hacer esto sin que se perjudique a nadie. ¿Cómo se puede fomentar el transporte público subvencionado y a la vez subvencionar el transporte privado a través del cambio de coche con otro plan renove? Uno no entiende cómo se dice que se favorece al ferrocarril sin que los autobuseros se echen encima, aunque ellos también reciban subvenciones, ni cómo los fabricantes de coches se echen encima, a pesar del plan renove. Y si hacemos referencia a las mercancías, los camioneros también se pueden levantar en armas por sentirse agraviados respecto al transporte por ferrocarril.
Según Fomento, el sector del transporte es el responsable del 25% de las emisiones de gases de efecto invernadero, pero siguen interesando los coches en circulación, y los autobuses y los camiones…La empresa Renfe que es el principal consumidor de energía del país, con 300M de € de gasto anual, con la nueva política de fomento se quiere reducir la emisión de hasta 115.000 TM de CO2 a la atmósfera. Un servidor no entiende la relación entre consumo y contaminación si quien produce la energía no es Renfe, sino las centrales eléctricas, según las normativas y restricciones ‘moratorias’ del gobierno.
Si el combustible, no ya de coches y camiones, sino de las centrales que producen energía, está intervenido –más que regulado- por el gobierno; si en la generación de energía eléctrica se utilizan un 64% los hidrocarburos, petróleo-carbón-gas; un 19% de energía hidráulica y energías renovables y un 17% se obtiene de la fisión del átomo por reacción en cadena; si los problemas con los hidrocarburos desde su extracción, transporte, refino… son conocidos y ocasionan incrementos de precio y faltas en la política de suministro; si el carbón puede tener un papel relevante a pesar de sus efectos ambientales, gracias a sus abundantes reservas; si las ‘alternativas renovables’ son caras, necesitan subvenciones del gobierno y no compensan la demanda; esta situación no es muy ‘sostenible’ con la política medioambiental y eso que en la narración no se ha tenido en cuenta la contaminación por los gases que expelen los animales herbívoros y la contaminación por volcanes, ni se ha tenido en cuenta la deforestación por intereses inmobiliarios o madereros, cuando los bosques son los principales ‘convertidores’ de CO2 en O2.
Si todo esto es así, se le debe pedir al Estado una legislación que regule, de manera imparcial, los principios de la vida pública en vez de ‘intervenir’ a su conveniencia y subvencionar partidos políticos, sindicatos, compras de coches, producciones cinematográficas y la S.G.A.E. no nos saque, por ejemplo, más de lo que nos da. Y que también legisle en materia de energía nuclear, que aunque hagamos oídos sordos, hay unas 440 centrales nucleares y Francia tiene el mayor porcentaje de producción de energía atómica del mundo, con un 78%, porque se ha demostrado que el precio por Kw/h es competitivo.España produce el 20% y va a menos, por la moratoria y sus connotaciones sociales y bélicas -desde una perspectiva pacifista, ignorante y moralmente hipócrita-. Y España le compra a Francia energía eléctrica producida en sus centrales nucleares instaladas cerca de los Pirineos. Y así la contaminación que produce el tren por el consumo de energía eléctrica-nuclear-, será mucho menor y no emitirá CO2, ni cenizas a la atmósfera. También existe un riesgo de radio-contaminación en los hospitales y clínicas donde se hacen radiografías, donde médicos y técnicos están expuestos diariamente al peligro y no dan la voz de alarma por acumulación de radiación en su organismo.

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