Señor Presidente de
ALSA
Estimado presidente,
Leemos en la entrevista que Ud ha concedido al diario EXPANSIÓN del día 06/05/2009 un comentario acerca de la competencia desleal que supone la subvención que hoy percibe el ferrocarril en relación con otros modos de transporte, comentario que no es nuevo en la política de comunicación de la empresa ALSA. A este respecto, deseamos hacerle llegar las siguientes consideraciones:
Es cierto que hoy día el ferrocarril recibe subvención del estado, contemplada en el Contrato Programa que la Operadora Renfe tiene suscrito con el ministerio de Fomento. Buena parte de esta subvención se materializa en las actividades que constituyen una obligación de servicio público, es decir, actividades no rentables en términos de mercado, pero que la sociedad demanda de su existencia para cubrir necesidades sociales no cubiertas por otro u otros medios alternativos. Es el caso de los servicios de Cercanías y una buena parte de los regionales o de Media Distancia. La liberalización de los servicios de mercancías y próximamente de los servicios de viajeros de larga distancia quedarán excluidos de subvención, entre otras razones, por imposición legal al trasladar a la legislación nacional las correspondientes directivas comunitarias. A este respecto, hay que decir que no es sólo la Operadora ferroviaria la que recibe subvención en la prestación de los servicios de transporte ya que empresas no públicas que son concesionarias de líneas de autobuses, de cercanías y larga distancia, también contemplan subvención en la concesión correspondiente, para cubrir aquella parte de los costes que no alcanza a cubrir la tarifa, generalmente intervenida, y/o el mercado, la demanda.
No obstante hay una cuenta que ud, en su argumentario, no realiza correctamente. A partir de la entrada en vigor de la LSF y la segregación de la gestión de las infraestructuras y la gestión de las operaciones, las empresas ferroviarias internalizan en sus cuentas de pérdidas y ganancias nuevos costes llamados cánones en concepto de partidas varias: uso de la infraestructura, uso de las estaciones de viajeros y/o terminales de cargas, aparcamiento de los trenes, reserva de surcos en las mallas de los tráficos, etc. a fin de que no todos los ingresos del Administrador de las Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) graviten sobre el presupuesto público. Por el contrario, el tráfico de viajeros y mercancías por carretera no soporta cánon alguno por el mantenimiento y uso de las infraestructuras viarias, cuyo coste gravita, vía impuestos, en todos los ciudadanos, usuarios o no de las mismas.
Si tiene a bien consultar la Cuenta de Pérdidas y Ganancias de RENFE Operadora, disponible en la última Memoria, correspondiente al ejercicio de 2007, última publicada en la web de la operdora, podrá comprobar que la cuantía de la partida para compensación de pérdidas ascendió en dicho año a 247,66 millones de €, mientras que el coste de los cánones pagados a ADIF ascienden a 334, 25 millones de €, superiores a la subvención. En otras palabras, el ferrocarril paga el uso y mantenimiento de su infraestructura, mientras la carretera no. Porque, si de la cuenta de PyG de Renfe eliminamos del capítulo de costes los susodichos cánones, el resultado sería positivo y no sería necesaria subvención alguna. Señor Cosmen, ¿dónde está la competencia desleal?
Reciba un cordial saludo
FTF, Foro del Transporte y el Ferrocarril
Es cierto que hoy día el ferrocarril recibe subvención del estado, contemplada en el Contrato Programa que la Operadora Renfe tiene suscrito con el ministerio de Fomento. Buena parte de esta subvención se materializa en las actividades que constituyen una obligación de servicio público, es decir, actividades no rentables en términos de mercado, pero que la sociedad demanda de su existencia para cubrir necesidades sociales no cubiertas por otro u otros medios alternativos. Es el caso de los servicios de Cercanías y una buena parte de los regionales o de Media Distancia. La liberalización de los servicios de mercancías y próximamente de los servicios de viajeros de larga distancia quedarán excluidos de subvención, entre otras razones, por imposición legal al trasladar a la legislación nacional las correspondientes directivas comunitarias. A este respecto, hay que decir que no es sólo la Operadora ferroviaria la que recibe subvención en la prestación de los servicios de transporte ya que empresas no públicas que son concesionarias de líneas de autobuses, de cercanías y larga distancia, también contemplan subvención en la concesión correspondiente, para cubrir aquella parte de los costes que no alcanza a cubrir la tarifa, generalmente intervenida, y/o el mercado, la demanda.
No obstante hay una cuenta que ud, en su argumentario, no realiza correctamente. A partir de la entrada en vigor de la LSF y la segregación de la gestión de las infraestructuras y la gestión de las operaciones, las empresas ferroviarias internalizan en sus cuentas de pérdidas y ganancias nuevos costes llamados cánones en concepto de partidas varias: uso de la infraestructura, uso de las estaciones de viajeros y/o terminales de cargas, aparcamiento de los trenes, reserva de surcos en las mallas de los tráficos, etc. a fin de que no todos los ingresos del Administrador de las Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) graviten sobre el presupuesto público. Por el contrario, el tráfico de viajeros y mercancías por carretera no soporta cánon alguno por el mantenimiento y uso de las infraestructuras viarias, cuyo coste gravita, vía impuestos, en todos los ciudadanos, usuarios o no de las mismas.
Si tiene a bien consultar la Cuenta de Pérdidas y Ganancias de RENFE Operadora, disponible en la última Memoria, correspondiente al ejercicio de 2007, última publicada en la web de la operdora, podrá comprobar que la cuantía de la partida para compensación de pérdidas ascendió en dicho año a 247,66 millones de €, mientras que el coste de los cánones pagados a ADIF ascienden a 334, 25 millones de €, superiores a la subvención. En otras palabras, el ferrocarril paga el uso y mantenimiento de su infraestructura, mientras la carretera no. Porque, si de la cuenta de PyG de Renfe eliminamos del capítulo de costes los susodichos cánones, el resultado sería positivo y no sería necesaria subvención alguna. Señor Cosmen, ¿dónde está la competencia desleal?
Reciba un cordial saludo
FTF, Foro del Transporte y el Ferrocarril
3 comentarios:
Ya que se me han despertado unas inquietudes respecto a las subvenciones al transporte, ruego se me permita plantear públicamente algunas de esas cuestiones respecto al tema.
El transporte público, como servicio público ¿es tan servicialmente público el taxi, como el bus y el tren como el avión o el barco?.
Independientemente de lo que digan las leyes -que no dejan de ser preceptos para una comunidad- el concepto de transporte público es universal. Independientemente de la LTP ¿se subvenciona el taxi?, ¿y el avión? ¿Igual que el tren en todas las compañías ferroviarias? ¿O va por nombre de empresa? –es decir, por peso específico-.
Como ciudadano se quiere entender sobre el por qué se tiene que sufragar con dinero del Erario, una actividad comercial (e industrial, por la industria que hay detrás) en función de zonas, provincias, autonomías… o empresas. Se ve que hay empresas de transportes urbanos que tienen una concesión con Alsa y en el pueblo de al lado los autobuses urbanos los regenta una empresa municipal ¿qué sale más barato al pueblo, si el precio del billete es similar? Si unos ciudadanos no usan este servicio, ¿por qué tienen que contribuir con sus impuestos, al mantenimiento de este servicio?.
Esto mismo se puede plantear a nivel nacional. En una economía tan mixta como la que vemos se aplica en este país, dependiendo del capricho del gobierno de turno, habrá razones a favor y en contra para subvencionar una actividad o no, como cualquier otra actividad comercial o industrial, incluida la cinematográfica (que a veces no se recupera en taquilla lo que se ha invertido por parte del Erario en la película). Si yo no voy al cine por que tengo que sostener con los impuestos las películas de Almodóvar.
En función de QUÉ tenemos un Estado proteccionista, o que favorece la libre competencia. ¿En función de la ministra de turno? Cuando se mira cómo o hacen en otros países, es sólo para arrimar el ascua a nuestra sardina, es decir, a la sardina del político de turno.
Como ciudadano de base y a estas alturas de experiencia…, de ignorancia…, casi prefiero un impuesto directo sobre cada servicio-producto que consuma. Incluso se ve bien el Sistema de Copago de la Seguridad Social Universal. También hay quien se puede permitir una sanidad privada … y seguimos creando diferencias de clase entre los ciudadanos con dinero y sin él.
Cualquiera mal pensado podría concluir con este comentario que con las subvenciones que da el Gobierno se puede vivir. Y no.
Pero hay productos y servicios que sí tienen esa ‘ayuda graciable’ dependiendo de las leyes del que está en el poder.
Televisión Española, en sus orígenes, podría tener justificada una dependencia de los Presupuestos Generales del Estado, hoy es justo replantearse si debe continuar siendo así, cuando hay un montón de televisiones privadas que dan un servicio similar, no están amparadas por el Erario y nadie critica si sus directivos y dueños ganan más o menos, si sus presentadores-estrella tienen un contrato blindado, ni si entre sus colaboradores tienen a la ex-mujer de un torero –Belén Esteban, por ejemplo- ganando más en un día que un servidor en un año. En la televisión pagada con los impuestos sí se puede plantear si el vestuario de la Miro –fallecida, para que ningún vivo se sienta ofendido- está pagado o no, con fondos públicos. Porque aparte del vestuario, también habrá una serie de gastos…, que como al final no los tiene que aprobar un dueño…, si lo hace Botín con los beneficios de su banco seguro que mira más por ello. Y uno puede decidir meter su dinero y hacer negocios en el banco de Botín o en de la competencia. Lo mismo valdría para el servicio de correos, que otra empresas privadas están haciendo el reparto de mensajería, con las restricciones que dan las leyes del gobierno. También serviría el ejemplo para la Compañía Telefónica Nacional de España, que con lo de la competencia dejó incluso de llamarse así y se entregó a los amigos del gobierno, lo mismo que la empresa eléctrica dada a buen precio….
Los que trabajan en un sitio así, seguro que se sentirán perjudicados si estas empresa dejan de estar tuteladas por el gobierno. Los que más, los que más ganan…, los que han venido de otras empresas, con sueldos de ejecutivos, por ser amigos de…y pasar por encima de personal técnico cualificado, con más preparación que éstos ‘recomendaos’ que cobran tres veces su sueldo y luego necesitan la ayuda del compañero para que les resuelva su trabajo. Seguro que todos conocemos unos cuantos nombres que encajen en estas condiciones de estar mantenidos por los Presupuestos Generales y las Subvenciones. Y luego criticamos las injusticias y los abusos de las empresas privadas. Botín también le puede dar a su hija un buen puesto en el Consejo de Admón. de sus empresas, pero en estas empresas del Estado hay muchos Botines y con muchos hijos cada uno y así vamos a la bancarrota.
Como dicen en un anuncio de combustible, no es tema de conversación hablar de …de política en los bares, es más propio decidir quién va a ganar la liga. Pues con lo que nos está cayendo encima…, ni el avestruz hunde tanto su cabeza.
Pasó el debate sobre el estado de la nación y nos damos cuenta que la nación está en estado… de buena esperanza, que nos espera un futuro inmejorable, casi tan bueno como el de Leire Pajín.
Pero los que no se mueran de una hartera – de hartazgo- o de un disgusto, llegarán a viejo y seguramente lleguen a discapacitados casi por ley de vida. Y todos tenemos padres, aunque no todos tengamos hijos. Y me pregunto cómo voy a cuidar a mis viejos con el sueldo que tengo –si no me quedo en el paro- si los precios de las residencias son para salarios de Leire Patín. La pensión de mis viejos tampoco es como para pagar la mensualidad. Pero bueno, me alegro que mientras llego al sueldo de Leire Patín me den ayuda para comprarme un automóvil, subvencionado con el dinero de todos los españoles y así me sale más barato. No se si considerándolo bien, me jode más no poder desgravar por vivienda, que la alegría de los 400 €. Con eso 400 € no voy a tener a nadie que venga a cuidarme a los viejos mientras, si no pierdo el empleo, voy a trabajar. Tendré que pedirle al doctor muerte que me alivie, aunque si muere y no trabajo, pierdo su pensión y mi vida será más miserable. Jodido dilema.
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