(De la web de ADIF)
No sabemos si habrán pasado uds recientemente por la madrileña estación de Príncipe Pío –originalmente llamada ESTACIÓN DEL NORTE, tal y como reza en ambos frontispicios de sus dos fachadas- y, en concreto, por los aledaños de la fachada sur-este, a la que se accedía desde la Cuesta de San Vicente, ahora cerrada al público. Hace poco más o menos 12 años, esta estación fue remodelada por el Ministerio de Fomento con motivo de la entrada en servicio del nuevo intercambiador de Príncipe Pío. Pero fue remodelada sólo en parte, excepto los llamados torreones y la zona que da fachada a la plaza que en su día era la entrada principal de viajeros. Pues bien, de entonces acá -que ya ha llovido- la plaza, acceso y edificio están cerrados al público en un estado deplorable. Un ejemplo: ventanas tapiadas con tablones, las cristaleras rotas, ventanas sin cristales, desconchados en la pintura, basura esparcida por todos sitios, maleza que asoma en la plaza abandonada, cuyo único uso está
destinado a ser aparcamiento exclusivo para los empleados de RENFE y Adif.
¿Para cuándo piensa Fomento y ADIF adecentar –aunque sólo sea un lavado de cara- esta parte de la estación? Los desaguisados que se hicieron en la remodelación citada ya no tienen solución. FTF ya hace tiempo denunció el bodrio de centro comercial que se cargó el espacio bajo la espléndida marquesina con una lamentable zona comercial, hizo desaparecer el grandioso ascensor que daba acceso desde la cota de calle a la de andenes y otras muchas tropelías más.
Señores de Fomento y ADIF: no vale con tirarse el pisto de modernidad ni progresismo en los stands de los eventos a los que acuden a mostrar sus maravillas y la propaganda al uso, al tiempo que se convive con la desidia y la dejadez en las instalaciones como la que hoy denunciamos, en un estado lamentable de conservación, propio de espacios de marginalidad social, “okupaciones” y basureros. La antigua ESTACIÓN DEL NORTE, hoy de Príncipe Pío, emblema ferroviario en el corazón de una bella zona madrileña, no se merece este trato. Destinen menos recursos a la propaganda y empléenlo en lo que lo deben emplear. Por ejemplo, en subsanar esta ya crónica desidia en la maltratada “Estación del Norte”.
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