28 diciembre, 2008

X Congreso de SEMAF: Nuevos Estatutos


El SEMAF, la Constitución y la pureza de sangre

El pasado mes de Noviembre el SEMAF (Sindicato Español de Maquinistas y Ayudantes Ferroviarios) celebró en Santiago de Compostela su X Congreso en el que dicho sindicato aprobó la Ponencia que recoge sus nuevos Estatutos. Dejando al margen la calidad de su redacción que deja bastante que desear en cuanto a la sintaxis de los textos aprobados –se empeñan en decir una y otra vez que es “un sindicato de trabajadores al servicio de conducción por ferrocarril”, en vez de la correcta “conducción ferroviaria”- contienen algunas perlas que poseen una más que dudosa constitucionalidad. No es de extrañar que ello sea así ya que estos sindicatos de cuño pseudo-profesional quieren dejar todo, como en el célebre dicho, atado y bien atado para que nada extraño se les vaya a colar por algún pliegue, en su afán de posicionarse en contra de todo lo que se mueva en su derredor y no haya demostrado la pureza de sangre de cristianos viejos o dicho de otro modo, de pureza gremial.

A lo que vamos. Por ejemplo, en el Capítulo III que trata “De los afiliados” en el artº 8º Ingreso, apartado B, se dice: La afiliación de quienes hubieran sido afiliados a S.E.M.A.F. con anterioridad, de quienes ostenten o hayan ostentado puestos de estructura en las empresas ferroviarias o cargos de representación en otros sindicatos, podrá ser denegada.” Aunque tal y como está redactado este artº 8.B. es de difícil legibilidad y legalidad, viene a decir –en voz perifrástica- que el Sindicato se reserva la facultad de admitir como afiliado a quienes hayan tenido algún cargillo en alguna empresa ferroviaria o en otro sindicato distinto de SEMAF, o se hayan ido y quieran volver. El que la hace, la paga. Esto sí que es una aplicación exquisita de la célebre división de poderes que cualquier estudiante de Teoría del Estado o Derecho Constitucional ya conoce en 1º de su carrera, pero, claro, entendida con una pizca de racismo y xenofobia. Bien pensado, esto mismo, sólo que al revés, no estaría nada mal, porque lo que es cierto es que los departamentos de personal –al menos de ADIF y la Operadora RENFE- sí están poblados en sus cargos y altos cargos, de afiliados y antiguos cuadros sindicales. SEMAF parece no querer participar en ese “totum revolutum” de centrales sindicales-empresas-centrales sindicales y tiene razón; pero lo exigido a sus afiliados es inconstitucional.

Lo anterior, se da de bruces con el artº 9º A Derechos del mismo capítulo, que dice: “Elegir y ser elegidos para ocupar cargos de responsabilidad a través de los Órganos competentes de S.E.M.A.F. sin ser discriminados por su ideología, raza, sexo o cualquier otra condición. En los Estatutos y Reglamentos se determinarán las condiciones para acceder a dichos cargos, y en todo caso se deberá acreditar una antigüedad mínima y actual de doce meses de afiliación continuada, que podrá ser excusada en supuestos especiales”. Está claro ¿no?
No estaría mal, srs de SEMAF, que le dieran a esta primera versión de sus Estatutos un pequeño pulido gramatical y sintáctico y, sobre todo, sobre todo, constitucional por aquello de ajustarlos a derecho y quitarles ese tufo de estar a la defensiva de no se sabe qué.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

El tema del bajo nivel de sintáxis en los escritos ferroviarios que paren los sindicatos y las empresas ferroviarias tiene su explicación en el nivel de formación académica de los integrantes de estos colectivos. Se puede comprobar en las webs y en especial las webs sindicales. La mayoría de los empleados de renfe-adif (sic) tienen el graduado escolar como máximo nivel educativo con una formación militar alejada de la formación cultural.

Salud y República

Anónimo dijo...

Demasiado contundente a la hora de comentar la falta de cultura general del Ferroviario. Estos criterios absolutistas conducen a poco, debería dedicarse a corregir más que a criticar esas carencias, si las hubiera.
Sobre los Estatutos, se han expresado ciertos desafueros dando la sensación que todo el proceso obedece a un manteniendo del status sindical del colectivo de conducción y de sus cuadros dirigentes. Bien, no le falta razón, el ideario mantiene un criterio claro que es intentar defenderse contra las injerencias mal intencionado de otros profesionales que buscan en el rédito de los demás, para conseguir el suyo propio.
Señores estamos dando un sentido liberal a la profesión y se intenta alejar de un paternalismo ferroviario que poco sentido tiene en la sociedad actual, tal vez en el pasado hubo una cierta predisposición integradora del ferroviario, pero hoy en día no es así.
Sobre los comentarios vertidos que el texto no se adecua a la constitución les responderé con una pregunta ¿Qué trámite sigue un estatuto para su registro? Deben ser más coherentes con lo que expresan y no sembrar dudas sobre lectores faltos de recursos, que pueden ser claramente influenciados con sus imprecisiones poco veraces.

Anónimo dijo...

AL leer los estatutos me queda claro que se persigue la reelección de sus dirigentes de por vida. Todo un ejemplo para Chávez, allende los mares.
Si tomase ejemplo se perpetuará. Los makis ferroviarios han dado en el clavo.
Pobres afiliados... juas!

Anónimo dijo...

El afiliado SEMAF no es más que una herramienta sindical al capricho de unos intereses, que en ocasiones gozan de paternalismo empresarial y otras de utilitarismo personal.
Es evidente que el afiliado SEMAF es un objeto, bien es cierto que sobre él descansa en última instancia el poder de la coerción, pero solo como simple anécdota temporal.
Hay un escalón insalvable entre el que debe de trabajar para el afiliado, que entre otras cosas goza de una soberbia absoluta y el afiliado que confía y en ocasiones se siente decepcionado.
Es un patrón común el mundo sindical, no nos engañemos, sea SEMAF o cualquier otro. Los que estamos como simple espectadores nos sentimos gratamente decepcionados, pero con ello lo único que se evidencia es el poco sentido liberal que gira en torno a las banderas sindicales, dicho de paso totalmente desfasadas.