03 noviembre, 2008

Crisis para rato



Difícil panorama



Malas son las perspectivas económicas y financieras para los próximos años y, como desde FTF venimos diciendo, llevamos todas las cartas como para que el “crack” dure unos cuantos años. Nosotros pensamos que, como poco, tres o quizá cuatro o cinco, con alguna suspensión que otra de cotizaciones en las principales bolsas mundiales. No sería muy aventurado decir que quizá estemos a las puertas de alguna, de manera bastante inmediata. No parece que las medidas hasta ahora tomadas por los principales países occidentales, incluido USA, hayan contribuido a calmar a los inversores bursátiles que con su conducta parecen no creerse mucho la eficacia de las medidas adoptadas.



Siempre es útil volver la vista atrás para aprender del pasado. Los números nos dejan sus huellas y es nuestro quehacer interpretarlos y de ellos extraer las conclusiones pertinentes. El pasado no predice, por si mismo, el futuro pero ayuda a ver las consecuencias que han tenido determinados hechos o tomas de decisiones y ello nos pertrecha de argumentos para entrever que puede ocurrir en situaciones similares. El primer gráfico recoge las cotizaciones mensuales del índice Daw Jones americano a lo largo de casi cuatro décadas, desde inicios de 1973 hasta el 10/10/2008 donde se aprecian claramente el crack de los años 1973-74, la de octubre de 1987, la de 2002 y la actual de 2008, la más profunda y volátil. El segundo, recoge la evolución en lo que va de 2008.

Cada una de aquellas crisis obedeció a una causa principal, acompañada siempre por otras circunstancias colaterales. En unos casos, un encarecimiento generalizado de precios como consecuencia de un alza petrolífero y de otras materias primas. En otros, retraimientos de demanda como consecuencia de eventos políticos y sociales. En la actual, como consecuencia del estallido de una enorme burbuja inmobiliaria en USA y otros países europeos, acompañada por una similar corrupción financiera, propiciada por la venta por un sin fin de entidades de inversión, bancos y aseguradoras de productos financieros basura, consentido por los gobiernos, órganos de regulación y bancos centrales. Es decir, por todos. Al mismo tiempo, una coyuntura de tipos bajos, lanzó a una demanda ávida de poder tener una vivienda junto con otros ávidos de especular y hacer dinero fácil en poco tiempo a una desenfrenada carrera de precios, que durante más dediez años han estado creciendo a tasas anuales acumulativas superiores a másde diez puntos porcentuales. Algo insostenible. Y en éstas estamos atrapados y así seguiremos por un tiempo. Mientras tanto, ayudas públicas –es decir, de todos- para los infractores y para los incautos ¿qué? Leña al mono, desempleo –en nuestro caso de martillear los dientes-, desaucios, penurias y todo lo que estos desastres arrastran.


No hay comentarios: