16 septiembre, 2008

A propósito de este aciago 15 de Septiembre de 2008

Crisis vs delincuencia económica


Por

José Enrique Villarino Valdivielso

Economista


Hoy es un día aciago para todos. No es el primero ni será el último. Pero la quiebra de Lehman Brothers, y como consecuencia la caída de todas las bolsas del mundo, el batacazo de nuestro Ibex35, la compra de Merrill Lynch a precio de ganga y otras muchas cosas negativas más, marcan un hito que no me atrevo a decir si es más o menos aciago que el célebre jueves de octubre de 1929. Qué más da. Lo que sí es cierto es que los bancos centrales –la Reserva Federal o el BCE- han salido al socorro de unos agentes financieros, en unos casos sí y en otros no, y en lo que va de año han inyectado al sistema financiero internacional no menos de 3,2 billones de dólares. No obstante, la confianza –que es la base esencial de la economía- no está restituida, ni mucho menos.


Al menos formalmente, todo tiene su origen en una mala práctica financiera basada en prestar dinero a bajo precio, porque las autoridades bajaron los tipos de interés hasta límites reales negativos –nuestro caso- y muchos agentes financieros se lanzaron a una alocada carrera hacia delante, aún a sabiendas de que la inmensa mayoría de los destinatarios de los préstamos eran insolventes, con unas garantías objetivas de muy escaso valor, y no iban a restituir, en tiempo y plazo, sus deudas. Como cabe de esperar, el tiempo lo ha confirmado y las subprime, los préstamos basura se convirtieron en bonos que han circulado de mano en mano por todo el circuito, sustituyendo a los dineros y activos financieros limpios, de curso legal. Dicen que en la segunda o tercera derivada ya nadie sabía adonde iba aparar el dinero que había invertido esa misma mañana o la procedencia de los activos que esa misma tarde había comprado. La basura inundó la red de alcantarillado y el hedor ha comenzado a rebosar por todas las bocas de la red de saneamiento financiero mundial. Consecuencia: no hay crédito, ni caro ni barato, hay déficits y pérdidas de empresas que financiar y hay deudas de familias y personas. Algo más que una tragedia.


Pero, no nos confundamos. Este ha sido el caldo de cultivo que ha propiciado que problemas económicos habituales y cotidianos se hayan activado en casi todos los países y hayan aflorado a la superficie. Algo así como los efectos de una grave pandedemia en una población en la que unos ya tenían problemas cardíacos, otros inmunológicos, los de más allá alérgicos, etc. Cada país tiene su crisis económica a la medida de sus peculiares circunstancias y sus problemas estructurales. En el caso de España nos ha pillado con casi todo tocado. Crecimiento basado en el consumo interior, monocultivo del ladrillo, baja productividad, alta inflación, despilfarro del superavit del estado, enorme déficit por cuenta corriente, etc. Durante años y años hemos estado financiando nuestro crecimiento con recursos del exterior y el grifo se cortó. Como corolario, nuestros males ya existían, lo que pasa es que eran durmientes -en el argot policial- y de súbito se despertaron con los truenos de la tormenta de las subprime.


Todavía es pronto para evaluar los costes, de todo tipo, de esta gran debacle, porque, entre otras cosas, no ha hecho más que empezar. Pero, todavía, que sepa, nadie ha invocado código penal alguno, de ningún país, para empezar a hacer justicia de tanto atropello, de tantas tropelías, de tanto robo, de tanta mala fe. Quizá se me diga que, en cada caso, actuarán las justicias respectivas mediante los procedimientos ordinarios de cada caso y cada país. No me vale. La naturaleza de esta gran estafa nada tiene que ver con lo ocurrido en 1929, ni su magnitud es comparable ya que por afectar a un mundo globalizado ha extendido la metástasis hasta los últimos rincones del planeta. Lo ocurrido requiere de procesos penales acordes a los enormes perjuicios causados, similares a aquellos de Núremberg al fin de la II Guerra, o los del TPI en los últimos conflictos nacionalistas, aunque suene fuerte. Una cosa es la legítima búsqueda del beneficio y otra el engaño y el robo a gran escala. Hacen falta penas ejemplarizantes y justas. Por grandes que tengan que ser. Porque tanta y tanta irresponsabilidad tiene que ser remediada, no hay otra forma, por los recursos que tantos y tantos contribuyentes –empresas y personas- de tantos y tantos países han depositado en manos de sus respectivos sistemas financieros. Ahora somos, a la vez, perjudicados y los únicos “solucionadores” del problema. ¡Qué gran e injusta paradoja!


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Con lo de la Globalización, parecer ser que aunque en España, (la tierra de los mil países y los mil gobiernos cainitas,) hubiésemos hecho bien los deberes, estaríamos sufriendo la misma ¿crisis? ¿recesión? ¿o crecimiento negativo?

Bien. El Estado no nos va a poder hacer a todos funcionarios y no va a socializar como en Cuba, como en China, todas las empresas y toda la riqueza nacional.
Será la iniciativa privada, como la del ladrillo, la que saque a España de su falta. Detrás del ladrillo ¿vivían? (¿ya no viven?) muchos alcaldes, concejales...,con el embolso del 3% (o del 20%, sin mayores proezas, como las de Marbella, por ejemplo), aparte de empresarios. Y la especulación no benefició a quien compraba el piso y ahora tiene que pagar la hipoteca. Y no se han depurado responsabilidades.

Habrá que estimular a los empresarios y no a los del ladrillo, para que den trabajo, para que no se lleven sus empresas fuera de España…, pero habrá que evitar que tantos políticos vivan a sus expensas.

¿Es este el gobierno que nos merecemos?

Hay mucho trabajo que hacer, pero comportándose como la Aído con su padre este país no va a remontar, por muy bien que viva la Aído y su padre.

Si este es el Socialismo que quieren los españoles... y nos quejábamos de Franco!

Anónimo dijo...

Economía Española:
- Ladrillo: Kaput
- Turismo: Cada vez más caro y de peor calidad con la costa enladrillada ¡que paradoja!
- Industria: En cuanto nos descuidemos las fabricas de Seat, Renault y compañia las trasladan a Marruecos
- Educación: Mala

SOLUCIÓN:
- Más ladrillo dicen nuestros líderes al unisono: uno VPOiza pisos sin vender, otro quiere subir la desgravación por compra de ladrillo

FUTURO
- Negro, o más bien naranja lardillo