05 junio, 2007

El carácter empresarial de RENFE

España Líder Mundial en Vías de Alta Velocidad ¿Y Renfe? (II)

El carácter empresarial de RENFE

Por
CIUDADANO

La primera de las claves para que Renfe pueda competir en un mercado liberalizado y convertirse en una empresa líder a nivel mundial radica en reconocer ese carácter empresarial. Para ello, en primer lugar, es necesario separar la labor social de algunos de los servicios que presta Renfe, como las Cercanías, del carácter empresarial del AVE. Igual que los low-cost aéreos reciben subvenciones por operar en aeropuertos que de lo contrario serían deficitarios, Renfe debería recibir también subvenciones por los servicios y paradas del AVE que no obedezcan a criterios económicos.

En segundo lugar, es necesario abandonar la antigua concepción de Renfe como una herramienta de política económica. Durante el siglo pasado, fruto de esa concepción, Renfe desarrolló un importante papel generando empleo y estimulando el desarrollo de industrias auxiliares y suministradoras. Sin embargo, una de las claves del éxito en cualquier industria liberalizada y abierta a la competencia es la eficiencia y eficacia; lo cual exige seleccionar los proveedores desde una óptica exclusivamente empresarial. En un mercado liberalizado no es posible competir con éxito si tus competidores siguen esa máxima y tú no. No hay más que ver a las antiguas líneas aéreas de bandera que se están esforzando por optimizar flotas heterogéneas que, en muchos casos, fueron seleccionadas por motivos adicionales a los meramente empresariales, para poder competir con los low-cost aéreos, una de cuyas claves de éxito es operar con un solo tipo de avión.

Talgo Altaria, AVE Alstom, AVE Talgo, AVE Siemens, Alvia CAF, etc. son, sin duda, una pesadilla operativa y seguramente fuente de grandes costes que van a contracorriente de las técnicas modernas de gestión. En un entorno de competencia y liberalización del sector ferroviario en la Unión Europea, Renfe no puede ser competitiva si compra trenes a todos los fabricantes en territorio español; los cuales, como bien sabemos, llegado el momento no dudan en cerrar sus fábricas o trasladarlas a China o al país más competitivo de turno. El caso Delphi es buena muestra de ello.

Del mismo modo que las compras de Renfe permitieron el desarrollo de importantes empresas como Talgo y CAF; que ahora son empresas competitivas y operan en todo el mundo; ahora Renfe sólo puede plantearse comprar aquellos trenes y servicios que le permitan ser competitiva y operar también en todo el mundo. Cualquier decisión que choque con un objetivo de eficiencia y competitividad aleja a Renfe del camino seguido por Telefónica y le acerca a la lista de las empresas candidatas a desaparecer o ser absorbidas.

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