Todavía, a la altura de los tiempos que corren, los algoritmos de optimización son los grandes desconocidos en el mundo del transporte. En España, de manera especial, salvo honrosisimas excepciones. Yo solamente conozco una. La que llevó a cabo, contra viento y marea el área de Programación y Producción de Cercanías de Renfe en los inicios del milenio.
El experimento acabó, digamos, bastante bien ya que las aplicaciones para la gestión de los gráficos de maquinistas, por un lado, y la optimización del parque de trenes necesarios para la explotación, la segunda, tuvieron distintas vicisitudes pero ahí están las aplicaciones. La primera contó con la oposición frontal del área de personal que, mediatizada por el poder sindical que controla en la práctica la gestión de SUS recursos humanos en el ámbito de la conducción no quería, de hecho, problemas a la hora de racionalizar los recursos de conducción. La segunda experiencia, desarrollada para la propia área de producción fue desarrollada en la cuarta parte de tiempo que la primera y está dando sus frutos. Otra cosa bien distinta es que se esté aplicando. La organización de la empresa y las grerencias territoriales, digamos que gozan de autonomía .... para hacer de su capa un sayo y eludir olímpicamente su aplicación. Donde hay abundancia de subvención ..... para qué apretarse el cinturón.
Salvo este caso y alguna experiencia en las líneas aéreas, poco más que constatar.
Hoy ofrecemos esta referencia a todo aquel interesado en el tema como una aportación divulgativa, aunque sólo sea para ver si a alguien se le pega algo y la optimización cobra cuerpo y praxis en las empresas. Sobre todo en aquellas que ya disponen de aplicaciones al respecto y que han dedicado elevados recursos económicos, horas y esfuerzos de valiosisimos técnicos a ello.
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