Del género femenino, por supuesto, porque su intención es rebautizar las estaciones con nombres de mujeres, que a seguro, con la perspectiva dominante van a tener un claro sesgo político. Mientras, tiene su ministerio manga por hombro, haciendo leyes absurdas como la totalitaria de los alquileres y borradores de leyes absurdas como es la Ley de Movilidad Sostenible, lleno de topicazos verborreicos, mientras siguen sin resolverse los problemas de siempre, como son las mercancías por ferrocarril, o atracando a los usuarios con nuevos peajes.
"La estación de Atocha pasará a llamarse Puerta de Atocha-Almudena Grandes. El Gobierno cambiará el nombre de la estación madrileña de Puerta de Atocha por Puerta de Atocha-Almudena Grandes como parte de un plan que prevé iniciar antes de que acabe el año para incluir el nombre de mujeres en las principales estaciones de trenes del país. Así lo ha anunciado la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, durante su participación en un encuentro informativo organizado por Europa Press, pocos meses después de que también se cambiase el nombre de Chamartín (Madrid) por el de Chamartín-Clara Campoamor. "Se trata de visibilizar el compromiso del Gobierno con la igualdad de género. Asignaremos nombres de mujeres a las principales estaciones del país, en un gesto cargado de simbolismo para recordar el nombre de mujeres que en muchas ocasiones la historia ha invisibilizado". (EP)
Me pregunto, ¿quién es una ministra de transportes para bautizar, rebautizar o poner nombre a las estaciones ferroviarias? De toda la vida, la denominación de las estaciones han sido la de las localidades a las que prestan servicio, o bien el nombre, que el llamado vulgo, ha tenido a bien otorgarles.
¿Se ha puesto la ministra en lugar de un trabajador de un centro de control de tráfico de un puesto de mando de Adif o de cualquier operadora ferroviaria que en vez de decir Chamartín tenga que decir "Chamartín Clara Campoamor", o Málaga María Zambrano?, ¿cree la ministra que estas nomenclaturas son las más apropiadas para una gestión del tráfico en tiempo real, o a un controlador aéreo diciendo "Aeropuerto Madrid-Barajas Adolfo Suárez, miles de veces al día?
Ministra, la política o las ideologías sean de género, feministas, de memoria histórica, democrática o como diantre quieran denominarlas, no deben invadirlo todo. A las estaciones les pone nombre el pueblo, los pueblos y su nombre a secas hace que muchas localidades sean conocidas por todos los españoles y la ideología que la ministra profese debe de quedarse al margen de las instituciones públicas.
Si la ministra quiere resaltar la excelencia de mujeres que a ella, a su partido y a las chusmas con las que gobierna les parecen ilustres, utilicen otros lugares simbólicos y dejen a las estaciones con su denominación de toda la vida que la gente corriente les ha tenido a bien adjudicar.
Por cierto, ministra, ¿le parece a usted apropiado que al nombre de Puerta de Atocha se le añada el nombre de una escritora, que unos pensarán que haya sido una buena escritora y otros todo lo contrario, y que se ha distinguido por manifestar de manera clara su ideología?.
¿ Le parece bien que una estación lleve el nombre de una escritora que ha dejado por escrito (EL PAÍS 24/11/2008) respecto de una religiosa violada por el Frente Popular en la Guerra Civil «¿imaginan el goce que sentiría al caer en manos de una patrulla de milicianos jóvenes, armados y -¡mmm!- sudorosos?», o que en la columna titulada Paracuellos (El PAÍS), la escritora consideraba que la matanza de los 5.000 hombres, mujeres y niños (276 menores de edad) por parte de Santiago Carrillo, son simplemente una «anomalía histórica y moral»?, ¿o cuando dijo que «fusilaría todas las mañanas a los que no pensaban como ella»?
En este foro pensamos y deseamos que todos los muertos descansen en paz, lo que por supuesto queremos para esta escritora y para todos. Pero tampoco ha de ocultarse lo que dejó escrito sea encomiable o todo lo contrario. En este caso consideramos que no es procedente que una estación que centenariamente lleva como nombre Atocha, con raíces agrarias, nombre con una solera y arraigo, sea contaminado con una ideología y una escritora que ha escrito lo que ha escrito.
Dejen los políticos de poner cada cual sus "cagaditas" para intentar pasar a la historia, cuando lo que hacen es pasar a los chistes de la revista El Jueves. Ministra, dedíquese a trabajar y haga política en los foros en que debe hacerla y deje en paz a las estaciones, cuyos nombres y toponimia nos pertenecen a TODOS los españoles.
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ADDENDA
Además de dejar en paz a las estaciones y no hacer política con ellas, ¿sabe usted la cantidad de dinero que supone su payasada? Pues, cientos de miles sino millones de euros en cartelería exterior, folletos, nuevas rotulaciones, papelería oficial, nuevas mensajerías en estaciones y en trenes, etc, etc.
Esta es una de las consecuencias de nombrar a ágrafas y ágrafos, "incompetentas" e "incompetentos" para puestos que les vienen grandes no, diez tallas más.
3 comentarios:
No pueden dejar de politizar la vida de los españoles estos hijos putativos de Putin. Es su forma de hacer proselitismo. Para algunas renegadas odiadoras de hombres, es una conquista de reconocimiento justa. También hay hombres, que van de progres, bien pagados, más que de feministas y traicionan la independencia de la mujer, haciéndonos creer que lo consideran adecuado, y todos sabemos que les pagan para que sigan con el proselitismo. Y esto no es igualdad, pero entre unos y otras están subvirtiendo todos los valores de nuestra sociedad. Quieren hacernos creer que mujeres son sólo las que ellos quieren hacernos creer que son. Almudena Grandes no fue Agustina de Aragón, ni Teresa de Cepeda, aunque estaba más en línea con Dolores Ibárruri.
Ya ha dicho la mujer presidentE de la comunidad de Madrid, que la estación de Atocha ya tenía nombre de mujer: "Lo que sabemos es que el Gobierno quiere dar nombre de mujer a otras estaciones y ponerles el nombre de una mujer y yo lo que creo es que la Virgen de Atocha ya era mujer", ha manifestado. El 8 de marzo las mujeres de la ministra de igualdad, saldrán a gritar consignas, acompañadas de algunos hombres de dudosa condición y no se querrán dar cuenta de que la mayoría de las mujeres ucranianas están reivindicando su igualdad al lado de los hombres, con la misma valentía y decisión y sin perder un ápice de su feminidad. Las que viven de la sopa boba de la política, sin más oficio y con el beneficio de los setenta y tantos mil euros al año, no pueden dar lecciones de nada, a nadie y menos a Isabel, que avergüenza con su trabajo, con su talento, con su feminismo y su feminidad, a todas estas cigarras estivales, que son analfabetas, mezquinas y ruines. Los madrileños tienen una presidente 10 y se la quieren cargar hasta los hombres apocados de su propio partido.
Tengo curiosidad por saber qué estación rebautizarán con el sobrenombre de Leire Pajín, que fue ilustrísima miembra del Psoe, con cargo de ministra. Son éstas las mujeres abanderadas que quieren los partidos políticos para rellenar el 50% de los cargos. Son las representantes del pueblo y con su propia tarjeta de presentación ya se descalifican solas. ¿Cuántas Pajines, Adas Colaus... están ostentando cargos, a cargo de los contribuyentes del Estado? Y una gran parte del pueblo consiente, sin inmutarse. Y la sanidad va como va, traspasada o no a las autonomías, con lo que sobraría un ministerio de sanidad, ya que cada autonomía se lo gestiona como mejor puede y lo mismo con todas los demás ministerios con competencias traspasadas. Y en vez de eso, aumentan innecesariamente el número de ministerios y de ministros y de ministras, para contentar a los que mantienen en el poder al presidente Sánchez. Y el PIB no le cambian para mejorar.
Si Almudena Grandes no hubiese escrito esas indecencias, como la de la religiosa violada, entre otras, la izquierda política no hubiese reparado en el ¿valor? literario de los escritos de Almudena, ni siquiera con sus incursiones en temas erótico-sexuales. La Gran Vía es la Gran Vía y no la Avda. de José Antonio. La idea de este gobierno socialista de cambiar la historia cambiando las cosas de nombre y los acontecimientos de veracidad histórica, (como hacen con los libros de historia de la educación básica) no va a cambiar lo ocurrido ni con Franco, ni con Negrín, ni con Largo Caballero, ni con Indalecio Prieto, ni con Azaña, ni con Alcalá-Zamora, por mucho que quieran reactivar el odio entre los bandos de la 2ª República y la guerra civil. Hasta Santiago Carrillo estuvo más acertado evitando acrecentar el odio entre las dos Españas.
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