09 noviembre, 2020

Los números de ADIF y RENFE en los PGE 2021: más pérdidas, más deuda, .... y más trenes

Cuesta mucho creerse los números de las empresas públicas ferroviarias que para el bienio 2021-2022  se incluyen en el borrador de los PGE (presupuestos Generales de Estado). Parecen obviar cuál es la realidad actual de la pandemia y cuál va a ser, al menos, a un año vista. La pandemia limita la movilidad y por ende la demanda de transporte público, que a su vez se traduce en menos ingresos al tiempo que mayores costes, mayores déficits de explotación y mayores necesidades de endeudamiento. Un círculo perverso.

Más pérdidas, más deuda ....

Efectivamente, como dice el título, el año que viene las empresas ferroviarias van a tener más pérdidas y más deuda para poder financiar nuevas inversiones. Otra cosa es si el gobierno, en este caso el Ministerio de Transportes, se ha quedado corto, o no, en su estimación, que nosotros creemos que sí.

Pues, porque las previsiones de ingresos en ambas empresas son absolutamente no creíbles. En el caso de Renfe, habida cuenta de que la demanda de viajes está como está, con una recuperación muy lenta y porque todavía quedan embates infectivos por llegar, que no serán de poco calado. Más bien, todo lo contrario si nos atenemos a opiniones generalmente aceptadas por la clase médico-científica.

En este caso no resulta creíble que los resultados de este año solo sean de -165 millones, cuando los obtenidos en los tres primeros trimestres ya han ascendido a -333 M€, y mucho menos creíbles son los de 2021 de -97,6 millones, así como la cifra de endeudamiento.

En el caso de Adif, el regulador ferroviario tendrá que bajar los importes de los cánones ferroviarios, como consecuencia de dos cosas: una, para no dañar todavía más la cuenta de resultados de la operadora pública  -que sí computa en el déficit del estado-   y, dos, porque como consecuencia de la liberalización del sector de viajeros Adif  ya ha anunciado bajar las cuantías de los cánones de alta velocidad que ha venido aplicando a Renfe ya que con las operadoras privadas ya no vale el juego de te subo o te bajo los cánones para limpiar  cuentas de resultados, a conveniencia de cada cual en cada momento. 

En efecto, según recoge el diario La Vanguardia en su edición del día 07/11 "la alta velocidad en España tendrá a partir de diciembre una rebaja del 23% del canon de entrada para sus servicios con el objetivo de incentivar su actividad una vez entre en vigor la liberalización del transporte ferroviario de pasajeros en España". "Pare el resto de servicios se mantendrán vigentes las tarifas de 2018, reflejada en los últimos presupuestos generales vigentes, una vez que al inicio de la pandemia se decidió no actualizar los cánones para estimular la actividad ferroviaria en el contexto de desplome de demanda que se ha vivido desde el mes de marzo". 

En definitiva, ya no valen unos cánones políticos que nunca fueron un fiel reflejo de los costes reales de las prestaciones de Adif. Así pues, la programación de ingresos y resultados de Adif no son en absoluto creíbles, al igual que ocurre con las de Renfe.


En cuanto al endeudamiento, los 25.701,4 millones de deuda acumulada previstos en los PGE como endeudamiento total de ambas entidades a 31/12/2021, suponen un incremento de 3.830,4 millones, siendo Adif AV el principal causante por pasar de 16.815 millones a diciembre de 2020 a 18.315,5 millones a finales del próximo ejercicio.

A pesar de las declaraciones de Ábalos en que ha manifestado la prioridad para los próximos años del tren convencional y las cercanías, el ministerio prevé invertir en Adif AV 2.877 millones en 2021, o lo que es lo mismo 1.000 millones más que los 1.827 millones destinados al conjunto del tren convencional.

.... más trenes

 Según anunció el presidente de Renfe en su reciente comparecencia ante el Congreso en 2021,"660 millones de euros (un 77,1%)  de un total de 857 millones  de inversión se destinan al material rodante. Dentro de esta partida, se incluyen 300 millones destinados a renovar la flota, de los que la mitad corresponden a las adjudicaciones de las licitaciones de material de Cercanías que ya están en marcha. De ellas, ya se ha adjudicado el contrato de los denominados trenes de ancho métrico, y está previsto que el resto de licitaciones se adjudiquen antes de que finalice el primer semestre de 2021. Asimismo, más de 300 millones de euros de la inversión presupuestada para el próximo año se destinarán a mejoras de la flota ya existente: mejoras de accesibilidad, grandes reparaciones incluidas en los planes de mantenimiento de los trenes."

Por otro lado, el Secretario de Estado, en su intervención ante el Congreso ha precisado que “en el año 2020 hemos comprado 31 trenes para el ancho métrico y en 2021 el objetivo de Renfe contratar 283 trenes para los OSP (obligación de servicio público), siendo 240 de Cercanías y 43 para Media Distancia”.

A lo largo de 2021 Renfe adjudicará la compra de 211 trenes de Cercanías de alta capacidad por 2.726 millones de euros, incluido el mantenimiento por 456 millones; la adquisición de 29 convoyes híbridos también para Cercanías por 474 millones y la compra de 43 trenes de Media Distancia. Este concurso, valorado en 1.322 millones, incluye la opción de comprar 62 unidades extra.

En el contexto descrito en el epígrafe anterior, en este Foro nos planteamos si este es el mejor momento de llevar a cabo compras  de trenes, cuando las circunstancias de demanda y económicas no son las más adecuadas y favorables, si bien es cierto que el ferrocarril convencional ha sido desde hace dos décadas la cenicienta del ferrocarril de viajeros   -las mercancías ya no digamos-. Saura, en su comparecencia añadía que el material rodante de Renfe es muy antiguo, lo cual es, al menos, una afirmación muy discutible, siendo muy frecuentes las bajas en los años de bonanza económica de parque antes de haber cumplido su vida media útil, que luego de una "R" era revendido a otras administraciones.

En cuanto a la necesidad numérica de parque, bastantes veces hemos sostenido en estas mismas líneas, que al menos en la segunda mitad de los 90 y la primera de los 2000, con mucha más demanda de viajes que actualmente, en concreto en lo que se refiere a Cercanías, no existían apreturas cotidianas a la hora de la apertura del servicio en cuanto a disponibilidad de parque.

No creemos que sea la hora de grandes adquisiciones sino de compras selectivas y sobre todo de esfuerzos en el mantenimiento preventivo a fin de alargar la vida útil de los vehículos. Ya vendrán tiempos de vacas más gordas, eso esperamos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Cada vez estoy más convencido de que los gestores (incluidos los que gestionan la vida del país) no actúan por criterios de eficiencia, de rentabilidad, sino por los criterios más arribistas: han que beneficiarse en el tiempo (mucho o poco) que les dure el cargo. Nos enteramos del cobro de comisiones del 3% en las obras del barrio del Carmel. A partir de aquí se pueden entender todas las ofertas de obras y todas las compras de trenes. Una empresa privada tiene que calcular el valor de la inversión para no tener material vacío, que no renta. En una empresa pública, el material se compra con el dinero de todos y las comisiones se las lleva 'un' particular. Y si luego se gestionasen bien para restar el mejor servicio, pues se podría justificar. Y si a esto le sumamos los cargos designados a dedo sin tener la formación mínima para desempeñar el cargo, llegamos a un déficit insoportable. Gestión pública, beneficio privado. Mientras no cambien los gestores, iremos en picado a la ruina.

Anónimo dijo...

¿Hay algún organismo competente que audite al sector público? ¿Se le pueden pedir responsabilidades a los que generan mayor deuda a las empresa públicas? «No quiero que me den, sino que me pongan donde haiga»

Anónimo dijo...

El Gobierno 'engordará' la deuda de Renfe y Adif en 3.830 millones en la pandemia para hacer frente a las pérdidas y la compra de material rodante. El Gobierno ya ha autorizado al operador ferroviario a concertar nuevas operaciones de crédito por valor de 1.000 millones de euros, un monto que parece que será insuficiente, ya que la deuda del grupo va a subir en al menos 1.500 millones. Es difícil que Renfe salga de pérdidas antes de 2023: cerrará el año que viene con una deuda a largo plazo de 5.548 millones, 1.217 millones más que en 2020 y 1.900 millones más que los 3.479 millones con lo que cerró 2019. “El virus socialista de Ábalos”, con subtítulo de “Chanchullos del dinero público”.

Anónimo dijo...

Renfe invertirá 857 millones de euros en 2021, un 116% más que en el año actual. Isaías Táboas, presidente de Renfe, ha comparecido en la Comisión de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana del Congreso de los Diputados para presentar los presupuestos del Grupo Renfe para 2021, anunciando un aumento de inversión que servirá como impulso de recuperación económica y que irá destinado al desarrollo de una movilidad más inclusiva, sostenible y digital. Según ha anunciado, más de las tres cuartas partes de esta inversión (660 millones de euros), se destinarán a material rodante, 300 millones de euros para nuevas compras de material, y más de 300 millones para mejoras de la flota ya existente.
Táboas ha destacado: "estamos actualizando de forma permanente el Plan Estratégico que elaboramos tras mi incorporación al Grupo Renfe, para adaptarlo a los cambios que se van produciendo; con lo cual, estamos también generando una capacidad de resiliencia para articular respuestas ante una realidad cambiante y un escenario incierto”. Para impulsar el desarrollo del Plan Estratégico, y en línea con los propios objetivos del Ministerio, se va a llevar a cabo en 2021 un plan de inversiones en activos reales que alcanzará los 857 millones de euros.
Tras el estado de alarma y el confinamiento que tuvo lugar el pasado mes de marzo, la demanda cayó hasta un 95%. Actualmente, con la segunda ola de la pandemia que ha originado restricciones a la movilidad prácticamente en todo el territorio nacional, la demanda en servicios comerciales representa alrededor de una cuarta parte de la que había el pasado año.