11 diciembre, 2019

Así liberaliza el ferrocarril el gobierno

Éramos pocos con un monopolio público autóctono y la abuela  -o sea, el gobierno socialista en funciones-  hizo la gracia de meternos en la cama otros dos monopolistas foráneos .

Lo dijimos hace algunas semanas, la cosa iba a ir de liberalización  -pseudo-  y de ninguna manera de privatización. Es decir, no de privatizar el monopolio público ya existente sino de abrir  -pseudo abrir-   con cautela el mercado de transporte ferroviario de viajeros a nuevos operadores.

Como todo el mundo ya sabe, Adif ha preseleccionado a tres oferentes: RENFE, el monopolio público que en la licitación ha visto incrementada su cartera actual de surcos, ILSA, un consorcio italo-hispano en que el socio español va junto al antiguo monopolista público italiano Trenitalia que operará con el vehículo  Frecciarossa 1000SNCF, el mega monopolio público francés con Alstom Duplex (de dos plantas) que está homologando ya SNCF y que ya circula en Francia bajo la marca Ouigo.

¿Considera el gobierno socialista en funciones que al igual que ha dejado entrar en España a dos monopolistas extranjeros, éstos van a permitir a cualquier operador público o privado español asomar la gaita  en sus respectivos países? Porque, si se liberaliza el transporte ferroviario interior de viajeros, o liberalizamos todos, o rompemos la baraja (perdón por hablar tan castizamente, pero así se nos entiende mejor). Francia, por ejemplo, no permite el acceso a París. La liberalización resulta el paso de un monopolio público a un oligopolio con empresas públicas más grandes que la propia Renfe.

La francesa SNCF es la que cuenta con una mayor capacitación para ser capaz de poner trenes en las vías españolas una vez se abra el plazo, pero ha jugado a la prudencia y ha apostado por el tren "low cost", sin duda el más rentable.

SNCF en España operará bajo el nombre de RIELSFERA y su equipo ya está casi conformado. La dirección jurídica de la compañía estará en manos de Patricia Miranda, procedente de Cintra, la marca de servicios del gigante Ferrovial. En la firma de Rafael del Pino, Miranda era la directora del departamento de asesoría jurídica corporativa y de financiaciones, puesto espejo en el que trabajó anteriormente en Indra.

También formarán parte del equipo Sergio Bárcena como director de Operaciones y Mantenimiento; Francisco Martín Monteagudo como director de Recursos Humanos y Odile Mazarrasa en el puesto de Office Manager, según adelantó El Economista.

En este contexto, Renfe ha apostado por el AV City, su modelo de tren ‘low cost’, que sin embargo, no para de recibir críticas entre los usuarios. El AV City, conecta Madrid con distintas capitales de provincia como son Sevilla, Málaga, Valencia o Zaragoza. Sigue diciendo okDiario que: "A pesar de que también ofrece un trayecto de alta velocidad, sus trenes no alcanzan los 300 kilómetros por hora sino que circula como máximo a 200 kilómetros por hora. Además, el AV City no ofrece wifi a los clientes y no cuenta con servicio de cafetería. Otro de los motivos que ha hecho que la última apuesta de Renfe sea criticada es el hecho de que, si los billetes no se compran con suficiente antelación, el precio es muy similar al del AVE."

A estas alturas nos asalta una duda que ya hemos manifestado en ocasiones anteriores: con más y mayor monopolio público español y extranjero, ¿habrá mercado para todos?,  porque por mucho que bajen los precios, la gente no se sube a un tren de LD a darse una vuelta si no es porque el viaje obedezca a un fin concreto. Así liberaliza el ferrocarril el gobierno socialista: de un monopolio público español a un oligopolio público extranjero.

Veremos los resultados.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que gracioso.

Un tren de Alta Velocidad cuesta 20-25 millones.

Empezar a operar con 20 trenes cuesta 400-500 millones.

La única propuesta de las empresas privadas españolas ha sido no invertir un duro y utilizar la inversión pública mediante alquiler, privatizando sólo el beneficio.

Con el compadreo mediante de algún ex de Renfe con la CNMC.

Y ahora nos llevamos las manos a la cabeza porque los únicos que proponen invertir se lo llevan.

Lo dicho, que gracioso.