La ministra que se auto-auditó

En mi excelente bachillerato estudiábamos en gramática lo que era un oximoron, palabra griega, que en latín pasó a denominarse como contradictio in terminis, que es una figura lógica que consiste en usar dos conceptos de significado opuesto en una sola expresión,


El verbo auditar ( * )  chirría con la conjugación reflexiva. Auditarse uno a si mismo es casi una contradicción en si misma y en buena ley, la auditoria que se haga uno a si mismo carece de validez en el mundo de la economía, el derecho, la investigación, etc. Las empresas, los libros, las tesis son  -deben ser- siempre auditadas por terceros lo más lejos posible afectiva y profesionalmente de la persona o el acto auditado.

Pues bien, todos recordamos que a poco de producirse el accidente de Angrois, la ministra se puso campanuda y dijo en sede parlamentaria que iba a encargar una auditoria del estado de seguridad de la red ferroviaria, incluida la del accidente, para que hechos como los acaecidos el 24 de Julio de 2013 no pudieran repetirse.

De esta auditoria, encargada en los últimos meses de 2013, nunca más se supo, hasta que en Agosto pasado la Plataforma de Víctimas consiguió ya con el actual gobierno, que la reclamación ante la Agencia de Transparencia, les facilitasen una copia.

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Y aquí viene lo inaudito: que una auditoria sobre el estado de la red ferroviaria haya sido redactada por una de las partes, no solo implicadas en el accidente de Angrois, junto con ADIF, sino por la operadora que monopoliza el 99,2 %  de la explotación de la red.

O sea, que el director de Seguridad en la Circulación de RENFE Operadora firma la auditoria que tiene que examinar y evaluar el estado por el que circulan los trenes de la Operadora, siendo él mismo el responsable de la seguridad circulatoria de RENFE en el momento del accidente.

¿En qué cabeza humana cabe además, que este responsable le vaya a decir a su colega responsable de la seguridad de la infraestructura de ADIF que ésta tiene X deficiencias   -las que sean-   cuando hacía escasos ocho años en que ADIF se desgajó de RENFE y todo el mundo se conoce?

Pues, resulta que a la ministra, a su ministerio de Fomento, a su Secretaría de Estado de Infraestructuras, a la Dirección General de Ferrocarriles y un largo etcétera les pareció correcto que el auditor fuese quien debía ser auditado y fuesen la misma persona.

En definitiva, el señor Lanchares fue el responsable técnico de la auditoria, pero conviene no olvidar que la responsable política de hacer una elección de auditor, imparcial, independiente y solvente era la entonces ministra de Fomento, doña Ana Pastor Julián y la responsable política que la ordenó. Porque no creemos que el señor Lanchares se autopostulase a tal fin.

Otra muestra más de la falta de independencia de que ha hecho gala Fomento en la gestión de este accidente y un despropósito más que añadir a la larga cadena de negligencias, desgraciadamente constatadas.
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( * )  Realizar una auditoría:
        Llevar a cabo una revisión independiente y un examen de los registros y actividades del sistema con el fin de comprobar la idoneidad y eficacia de los procesos de seguridad e integridad de datos, garantizar el cumplimiento de las políticas establecidas y de los procedimientos operacionales y recomendar cualquier cambio necesario. (Una de las muchas definiciones existentes)