28 noviembre, 2016

Las estaciones de Cercanías, una potente red disuasoria del coche


Image result for estaciones cercaniasSólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena, decía un refrán de antaño. Efectivamente, sólo nos acordamos de que existen los problemas, hasta que los tenemos encima.

Algo de esto nos ocurre con la contaminación de la ciudad, que hasta que nos lo muestran los medidores de los venenos que nos fumamos en exceso con cierta frecuencia, no nos acordamos de Santa Bárbara.

Sólo entonces nuestro consistorio empieza a tomar decisiones, pocas, parciales y que no resuelven el problema, ya que cuando los índices bajan de los niveles críticos, las medidas se suspenden y vuelta a las andadas.

La ecuación de la contaminación: La eterna congestión + Meteorología adversa = Más contaminación

Son necesarias medidas estructurales, de carácter permanente, que hagan que no se produzcan las situaciones críticas cada vez que la meteorología con la boina de porquería que se asienta sobre nuestras cabezas, tiene a bien regalarnos.

Porque no nos olvidemos de que el principal causante de la contaminación es el tráfico, que todos los días laborables, desde años ha, se nos congestiona, mañana y tarde. O resolvemos los problemas de congestión grave que padecemos, o no resolvemos la contaminación.

¿En qué consiste básicamente el problema congestivo de Madrid? Pues en que todos los días son casi un millón de vehículos que quieren entrar y salir a y de la capital desde la región y el área metropolitana y en que la ciudad tiene una capacidad de acogida limitada.

Esto se ve agravado por el hecho de que nuestra red de autovías y carreteras no es la más idónea y sus trazados, capacidades y diseño topológico tampoco lo son. A ello, se une un factor psicológico que afecta al estilo de conducción que consiste en que cuando caen dos gotas, una parte muy importante de los viajeros del transporte público se trasvasan a su vehículo privado. Día laborable + lluvia = el bochinche está servido.

La importancia de los aparcamientos de disuasión en la solución

La intermodalidad en transporte público se entiende, generalmente, como la posibilidad de efectuar cambios entre modos de transporte público de manera eficiente, de forma que la cadena modal sea afectada lo menos posible por la penalización que suponen los transbordos.

No obstante, para determinadas relaciones espaciales, es necesario considerar el uso del vehículo privado como parte importante, y a veces inevitable, de una de las etapas de dicha cadena modal. Es el caso de las relaciones entre zonas del área metropolitana con bajo nivel de servicio público y la ciudad central, para las que los modos de gran capacidad no pueden dar servicio directo.

Las operaciones de acceso en vehículo privado a las líneas de transporte público de gran capacidad, o en denominación anglosajona “Park & Ride, P+R”, tienen en el caso de Madrid una importancia cada vez más creciente.

La red ferroviaria de Cercanías es receptora natural de este tipo de viajes y, ya desde hace algunos años, ha desarrollado, en determinadas estaciones, la infraestructura necesaria para que los usuarios puedan realizar el intercambio entre vehículo privado y tren de forma racional: mediante los aparcamientos de disuasión.

El Park and Ride en la red de Cercanías es el más potente factor de disuasión frente a la congestión

Park and Ride es el sistema para reducir la congestión del tráfico urbano, en el que los conductores dejan sus automóviles en aparcamientos en las afueras de una ciudad y viajan al centro de la ciudad en transporte público.

El Consorcio de Transportes de Madrid y Cercanías-Renfe realizaron hace años un completo estudio sobre los aparcamientos de disuasión en la red de Cercanías de Madrid, relativos a la situación actual del servicio: oferta de plazas, utilización de los aparcamientos y una caracterización de los viajes coche+tren, cuyas conclusiones principales siguen siendo válidas.

En una jornada laborable acceden, en vehículo privado, a las diferentes estaciones de la red un 7,8% de viajeros, de los cuales el 4,2% lo hacen como conductores (Park & Ride) y el 3,6% como acompañantes (Kiss & Ride). De forma mayoritaria (55%), el usuario de Cercanías accede andando desde el origen de su viaje a las estaciones, siendo también significativa la fracción –casi un 20%- de viajeros que llegan en metro.

J.L.GION, J.BERMEJO, C.CRISTÓBAL PINTO, A.GARCÍA PASTOR, D.GARCÍA GALLEGO y J.E VILLARINO. Uso de los Aparcamientos de Disuasión en la Red de Cercanías de Madrid. Congreso de Historia ferroviaria – Aranjuez.
J.L.GION, J.BERMEJO, C.CRISTÓBAL PINTO, A.GARCÍA PASTOR, D.GARCÍA GALLEGO y J.E VILLARINO. Uso de los Aparcamientos de Disuasión en la Red de Cercanías de Madrid. Congreso de Historia ferroviaria – Aranjuez.

Como no puede ser de otra forma, en las estaciones situadas en la corona central de la capital, el modo de acceso mayoritario es el Metro, 46,1%, el acceso a pie es la tercera parte de los viajes y el autobús EMT un 13,2%, mientras que en estas estaciones el acceso en coche, tanto conductor como acompañante, es marginal.

En las estaciones ubicadas en la periferia urbana del municipio de Madrid, corona tarifaria A, el acceso a pie es mayoritario, manteniendo el acceso en Metro y EMT su relevancia, constituyendo la tercera parte de los viajes. La accesibilidad en coche sigue siendo escasa, tanto como conductor como acompañante.

En la corona metropolitana, se producen cambios significativos respecto a lo que pasa en el municipio de Madrid. El peso de los viajes andando que es mayoritario, va disminuyendo desde 72,4% al 60,0% en la corona B3. En sentido opuesto, el acceso en autobús interurbano y/o otros urbanos aumenta, de un 17,4% en la corona B1 a 22,8% en la corona B3, cifras que hablan de la importancia del autobús como modo de acceso a las estaciones de la corona metropolitana -uno de cada cuatro viajes- propio de una red de autobuses muy tupida.

En cuanto al coche, se observa el aumento que tiene su participación con el alejamiento de la estación respecto de la ciudad central, en la corona B1 se tiene 5,5% y 4,5% para conductor y acompañante, mientras que en la corona B3 se alcanza 8,7% y 7,6%, cifras de un peso considerable.

Es en la corona regional, coronas tarifarias C1 y C2 donde es relevante el peso que tiene la accesibilidad en coche, de 15,8 y 12,4% para conductor y de 10,9 y 11,3% para acompañante.

En resumen, el coche constituye un modo de acceso a las estaciones adecuado, a mayor lejanía de Madrid mayor es, también, el acceso en coche, de forma que las máximas cuotas se obtienen en las coronas C y, después, en las coronas B.

El autobús interurbano y/o otros urbanos cumple una función de alimentación importante a las estaciones de cercanías fuera del municipio de Madrid, que supera al porcentaje de la EMT en las estaciones de Madrid e, incluso en algún caso, al de Metro.

Ayuntamiento y Comunidad deben actuar coordinadamente en vez de tirarse los trastos

La Comunidad de Madrid gestiona actualmente 67 aparcamientos disuasorios con 27.836 plazas ofertadas, de las cuales 7.517 plazas se localizan en la capital. La media de plazas por aparcamiento es de 415, aunque nueve superan las 1.000.

Sin embargo, el Ayuntamiento considera que “si bien en la relación publicada por el CRTM no todos los aparcamientos situados en la capital se pueden considerar puramente disuasorios, por lo que realmente, en la actualidad, el total de plazas en Madrid asciende a 4.767”.

Respecto del régimen tarifario, todos son gratuitos excepto diez: siete de ellos en el eje de la A-6 (incluyendo el de Ciudad Universitaria), uno en el eje A-1 (Plaza de Castilla), otro en el eje M607 (Colmenar Viejo) y uno en el eje A-2 (Avenida de América).

El Ayuntamiento anunció en julio pasado su intención de destinar 139 millones de euros a la construcción de 12 nuevos aparcamientos disuasorios, dos de ellos en el distrito de Fuencarral.

El primero estará situado junto a la estación de Cercanías de Pitis y tendrá capacidad para 400 vehículos, ampliable en una segunda fase en otras 400 plazas dependiendo de la demanda.

El segundo quedará situado junto a la estación de la Línea 9 de Metro Paco de Lucía y, próximamente, a la de cercanías de Mirasierra. En este caso podrán estacionar 185 vehículos, aunque en una segunda fase se podrían sumar otros 385.

Soluciones duraderas en vez de represión

Muchos claman por la implantación de medidas coercitivas para minorar la congestión, hasta el punto de impedir el acceso a la capital a los vehículos privados mediante la discriminación por la paridad de matrículas. Ello, lo contempla el actual gobierno municipal.

Yo creo que existen otras medidas que todavía no se han puesto en práctica que, articuladas de forma conjunta e integrada, permitirían mitigar bastante el problema, antes que acudir a la represión, que siempre será una mera medida coyuntural, temporal e injusta.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

El autor propone que paguemos entre todos para construir y mantener aparcamientos para que los que tienen coche lo dejen en la periferia y nos hagan así el favor de no contaminar y no hacer daño a la salud de los que vivimos en el centro y no tenemos coche.

Y si aún asi no se animan a dejar el coche que hacemos para que dejen de hacer daño con sus coches contaminantes. Les pagamos asientos especiales con masaje? y sino es suficiente les pagamos entre todos tv?

Francamente no estoy para nada de acuerdo con esta política que defiende FTF

Anónimo dijo...

corrección ¿y sino es suficiente les pagamos entre todos tvs en el asiento de Cercanías?

FTF, Foro del Transporte y el Ferrocarril dijo...

Para comentarios anteriores:

Pues, propón tu otras ideas mejores para resolver las congestiones de tráfico y la contaminación.
En los comentarios es muy fácil criticar lo que se dice, pero dar alternativas ... es es harina de otro costal.

Anónimo dijo...

Últimamente siempre salgo discutiendo en este foro con el Sr. Villarino por sus teorías y datos, no obstante, en esta ocasión estoy de acuerdo con él, y me parece muy coherente su argumentación (será que me estoy haciendo mayor).

Es cierto que debe de existir una mayor coordinación entre Ayuntamientos y Comunidad. Además, yo incluiría en los métodos de acceso el aumento que están experimentando actualmente medios de transporte como la bicicleta, tanto a nivel individual como con el servicio BiciMad del Ayuntamiento.

Es una maravilla ver a otros países europeos en los que los ciudadanos, no solo de las grandes capitales, sino de las coronas que las rodean, acceden a las estaciones en bicicleta para, tras dejarla aparcada, subir al cercanías. Fomentar el uso de la bicicleta en las grandes localidades que rodean Madrid, a través de servicios similares a BiciMad, podría ser una opción interesante.


Me alegra que FTF mencione el medioambiente, los estudios que no lo tienen en cuenta no me parecen correctos (como esos que hace FEDEA de ver las infraestructuras como si el estado fuera una empresa).
:)

Anónimo dijo...

Las ciudades están diseñadas por políticos. Los políticos se rigen por los beneficios que les reportan las grandes obras, como al alcalde de Burgos queriendo convertir una avenida en un bulevar, en contra de la voluntad de los ciudadanos. ¿Es lógicos hacer 50-100-300-500 km para ir trabajar, diariamente y otros tantos de vuelta? Un profesional va diariamente de Sevilla a Madrid a trabajar y es posible y legítimo desde que hay AVE. Otro va de Valencia a Barcelona diariamente. No se pueden hacer 50 km de ida para ir a trabajar. Ave a comprado 30 trenes, les haga falta o no. Las calles están llenas de coches, si tienes coche es porque le puedes pagar y no vas a estar pagando coche para no usarlo. Hay que plantearse la habitabilidad de las ciudades. A 300 km de Madrid ya no estamos en el término municipal de Madrid y Madrid no cobra impuestos por una empresa situada en Albacete y habría que plantearse cómo se crea trabajo a 300 km de Madrid. También habría que plantearse si las empresas se pueden deslocalizar. Hay muchos pueblos en España que se están quedando vacíos. El trabajo rutinario nunca estará bien pagado, es el talento lo que se valora y se paga. Y los jóvenes no quieren ni reválida, ni selectividad, ni estudiar siquiera y quieren ganar como especialistas. No todos los licenciados en derecho tienen trabajo en derecho, ni todos los economistas trabajan en lo suyo. Conozco un ingeniero informático que gana unos 3.000 € al mes como cerrajero y tiene dos empleados. Él ha buscado la solución a su problema. Hay empresa pioneras en deslocalización porque saben aprovechar los recursos de las autopistas de la información. Con todo ello reducimos la contaminación y los fabricantes de coches se cabrean porque no venden, y los autobuseros no llenan las plazas y en vez de sobrar 30 trenes sobran 3.000 y el gobierno de la nación será el responsable, además se deja comprar por los distintos lobbies.

Anónimo dijo...

El anónimo de las 23:22 me recuerda a ese vecino de comunidad que no quiere pagar derrama para instalar un ascensor porque vive en el bajo. Pura solidaridad vaya!

Anónimo dijo...

Cierto. Pobrecito, el día que descubra que la mitad del coste de un viaje en Metro o Cercanías no lo paga el usuario, sino todos nosotros con nuestros impuestos, se va a llevar un disgusto.

Anónimo dijo...

Los anónimos de las 2:57 y de las 7:00, me recuerdan al vecino de la comunidad que no para de hacer fiestas hasta las tantas y quiere que los demás vecinos paguen la insonorización para que él pueda seguir haciendo fiestas.

Anónimo dijo...

Siempre lo he dicho: lo mejor es vivir en una casa aislada, con el vecino a más cercano a 5 km y trabajar en la propia casa, dentro o fuera. Pero no todo el mundo tiene cosecha, sea de frutales, sea de leche, sea de arte, o sea de consejos como asesor y tiene que vivir en comunidad y la vida en comunidad debe estar regulada para que no haya vecinos que disfruten de todos los servicios sin pagar ni uno (bueno igual el ayuntamiento le paga una subvención por haber nacido en gracia de Dios y tampoco paga) El Estado debe regular y no intervenir. El Estado, a través del gobierno, no debe dar subvenciones a fondo perdido a los amigos y dejar sin ayudas a los que no comulgan con el régimen. Son muchos los intereses de los que los políticos pueden recibir comisiones bajo cuerda y no van a renunciar a ese sobresueldo. ¿Qué pasa si el gobierno deja de ingresar en combustible de transporte, en electricidad doméstica e industrial? ¿Por qué una empresa no puede crear su propia central de generación de energía? ¿Porqué las viviendas no pueden rentabilizar la energía solar para pagar menos a la red eléctrica? Luego el político, al dejar el cargo, entra de consejero en una eléctrica. Pues con el transporte pasa lo mismo: hay demasiados intereses y hay muchas mafias porque vive mucha gente de eso. No se busca racionalizar el consumo, el gasto, se busca obtener pingües beneficios de una manera rápida.

Anónimo dijo...

El ejemplo del anonimo de las 11:04 no podría haber sido más penoso. Un ascensor es de disfrute comunitario. Las fiestas de un vecino hasta las tantas se denuncian a la guardia urbana.

Me ratifico, con ese ejemplo acaba de demostrar que tiene nulo sentido de la solidaridad.

Anónimo dijo...

El mal ejemplo es el suyo.

se trata de que el conductor al llevar el coche del extrarradio a la ciudad causa daño a los demás: contaminación, cambio climático, pérdida de tiempo por congestión, etc.

El que hace ruido en el piso también causa daño a sus vecinos: dormir mal, no poder trabajar, enfermedad por falta de sueño, etc.

El daño que causa un hombre o mujer al ir en coche de Villalba o cualquier otro sitio a Madrid se puede estimar y lo lógico es que quien causa el daño lo pague.

La solución a la contaminación y congestión no pasa por subvencionar al coche y gastar dinero en los propietarios de coches para que se animen a no contaminar.

La solución pasa por hacerle pagar al que viaja en coche el daño y costes que causan a los demás.

Lo contrario, causar daño a los demás y aun encima pedir que entre todos se les pague infraestructuras para reducir ese daño, es precisamente falta de solidaridad.

Si el que causa el daño pagasen todos los costes que genera habría muchos menos personas usando el coche, y en vez de gastarnos los escasos recursos públicos en un aparcamiento se podría construir hospitales o contratar más médicos. Eso sí es solidaridad.