25 marzo, 2015

El vuelo de Germanwings 9525: 9 minutos que tiñeron el cielo de muerte


Traza del rumbo seguido por el vuelo AU9525
hasta el momento del impacto en tierra.
La distinta coloración de la traza significa distintas altitudes
(de azul claro, menos, a violeta, más altitud)

Habrá que esperar a los dictámenes de las cajas naranjas para ver qué ha provocado el accidente de Airbus, ocurrido en los Alpes franceses, aunque ya sabemos que nunca los accidentes están producidos por un único factor.
Gracias a datos de Flightradar24 hemos podido comprobar y seguir la trayectoria de la aeronave, así como las trazas de los parámetros espacio-tiempo-velocidad (gráfico inferior), el equivalente al gráfico de marcha  en el ferrocarril.


Curvas de velocidad (roja) y altitud (azul)
en una escala temporal en abcisas
Como se puede observar, la aeronave alcanza la altura de crucero (11.500 m) a las 9:25 h, para 6 min más tarde iniciar un descenso a las 9:31:25 que se prolonga por más de 9 min, hasta colisionar con una montaña a una altura de 1.500 m.

En el mundo aeronáutico se viene tomando como valor de descenso para una conducción amigable para los viajeros entre 333 - 500 pies/min según el grado de confort de más a menos. La aplicación de estos estándares darían un tiempo de descenso entre 60 y 100 min, muy superiores a los 9 min que tardó en la realidad la aeronave siniestrada.

Solo una hipótesis

En 2009, los sensores de velocidad del vuelo 447 de Air France se congelaron sobre el Atlántico. El ordenador del Airbus, que volaba de Río de Janeiro a París, empezó a recibir datos sin sentido, por lo que desconectó el piloto automático. Los dos pilotos se vieron desbordados por un caos de indicaciones contradictorias y alarmas. El copiloto elevó el morro del avión de forma instintiva y provocó que la aeronave entrara en pérdida. Cuatro minutos más tarde, el aparato se desintegró sobre el océano. Sus 228 ocupantes murieron en el acto.

Las causas que motivaron la tragedia y lo que ocurrió en esos 9 minutos dramáticos no lo sabremos hasta que empiecen a estar disponibles los primeros resultados de las "cajas negras" (que en realidad son naranjas).

Ninguno de los expertos aeronáuticos de FTF se atreven a aventurar por el momento ninguna causa entre las múltiples posibles.  Ahora es tiempo de espera y aguardar a los datos que vayan arrojando los registros del vuelo. Para decir insensateteces e obviedades ya están otros.

Eso sí, renovamos las condolencias a los familiares y amigos de las víctimas, al tiempo que esperamos que las autoridades les presten toda la ayuda necesaria en estos momentos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo también me uno a las condolencias

Anónimo dijo...

No sería aventurado pensar que tal como van las cosas y las informaciones que nos van transmitiendo, todo se quedara en agua de borrajas y no lleguemos a saber lo que pasó.

Anónimo dijo...

Pues ya se sabe.
Y al dolor de la pérdida se añade la rabia por la decisión del suicida-homicida.
La tecnología ha alcanzado un nivel de seguridad que lo que ahora se teme más es el fallo humano. Seguramente hay que desarrollar un sistema para que el piloto no pueda tomar decisiones así, sin el consentimiento de los controladores, que cuando se inicie una maniobra determinada, salte una alarma y se hagan cargo de la aeronave como si de un dron se tratase.
Los padres del homicida quedan estigmatizados socialmente para toda su vida: aparte de la pérdida del hijo, el rechazo social. A los políticos corruptos ni a su familia se les somete siquiera en España a ese rechazo social.

Anónimo dijo...

El tratamiento de la noticia, desde el primer momento, ha sido muy diferente del accidente de tren en Galicia. Se ha tratado con respeto desde la misma España, sin ese afán de ajusticiamiento de los culpables, fuese el maquinista, el ingeniero que lo diseñó, el del ministro de fomento que firmó la obra, el de Adif que no puso las señales, el de Renfe que lo consintió. Si ocurre un accidente de autobús tampoco se pone en práctica una política de desprestigio de la empresa, de analizar el facebook del conductor, así como su vida privada, como hacen con los accidentes de ferrocarril.
Seguramente del árbol caído hacen su agosto los empresarios de la carretera, que pueden tener comprados algunos medios de comunicación. Alguien puede aprovechar ahora y hacer la mala política de que los vuelos baratos llevan pilotos inmaduros, o que tal compañía no exige seguridad. Nadie tiene derecho a truncar los proyectos de vida de ni una sola persona, pero en un mundo tan globalizado estamos expuestos a riesgos, como antes a que nos devorase una alimaña, o nos atracasen en un cruce de caminos. La compañía de seguro que con quien se tenga la póliza no se si hará diferencias respecto a si ha sido un accidente, o ha sido intencionado. Los que sí quedarán tranquilos serán la compañía constructora y la explotadora, aunque ahora todos los vuelos se resientan. Mi solidaridad con los familiares de las víctimas.