17 septiembre, 2014

Carta de la Plataforma Víctimas Alvia 04155 al maquinista del tren


2 comentarios:

Anónimo dijo...

La sinceridad, el arrepentimiento o la aflicción, no dejan de ser sentimientos subjetivos. La realidad del trágico accidente nos muestra sin tapujos la situación política en que nos han sumido los diferentes gobiernos del cada uno de los signos que nos ha gobernado.

Siempre he defendido, aquí en otros foros la magnífica labor desarrollada por José Borrell, el único que supo forjar los cimientos de un ministerio desgajado pero con mucho dinero para "ofrecer" a las constructoras, los primeros "donantes" de los partidos políticos.

Para nada nos sirve la historia, pues tozudos, e ignorantes, los sucesivos gobiernos han puesto siempre al frente de ese ministerio a los mas "ineptos" a los "trincantes profesionales" a los "trileros de barriada popular", que sin conocimientos suficientes, sin la capacitación necesaria, se aposentaron en el sillón ministerial, no para seguir una verdadera política de construcciones publicas y desarrollo regional.

La desafectación pública de su puesto, consintió que desastres tan lamentables como la "crisis del Prestige", la desastyrosa puesta en servico de las líneas de Alta velocidad, empezando con las simas de la Madrid- Lérida, Madrid- Valladolid, el túnel de Abdalajis o la línea Orense a Santiago.

Consentir que sean los políticos y no los técnicos, los que muevan los hilos de las licitaciones, con quitas de mas del 50% y sobrecostes del 400%, sin que el Tribunal de Cuentas haya dicho nada, sin que ningún técnico haya levantado la voz, y que aquellos que lo han hecho o están defenestrados u olvidados en obscuros rincones sin una función definida.

Hoy es el Sr. Garzón el único responsable que queda, fue el quien sufrió el descuido, el quien a los mandos de un tren "con serias deficiencias constructivas" no atendió las indicaciones de las señales y quien seguramente tenga que cargar con su culpa, con su tremenda responsabilidad.

Mientras tanto, los que desde el despacho o la oficina desoyeron las voces críticas, ahora están ascendidos y callados, protegidos un atajo de "miserables" chupatintas, y la Sra. Alvarez o el Sr. Blanco o la Sra. Pastar y su grupo de asesores, se quedarán al margen de cualquier responsabilidad.

Anónimo dijo...

Todo es una cadena de favores y todos sacan provecho del contribuyennte