11 agosto, 2014

Al loro

Con este anecdótico pero no menos revelador post, para que Renfe Viajeros tome nota,
cerramos este curso de FTF.  Esperamos volver a encontrar a nuestros lectores habituales así como a otros muchos nuevos, tal y como ha venido ocurriendo hasta ahora a lo largo de los casi nueve años  de existencia.  Felices vacaciones a todos.


El loro, en el tejado de su casa, y su dueña no pararon de parlotear durante todo el viaje

De un tiempo acá mucho se han relajado las condiciones de viaje de los animales en los trenes de viajeros. En el caso de AVE y LD
"se permite su transporte siempre que no se opongan el resto de los clientes, haciéndose el viajero  responsable de las molestias y daños que pueda ocasionar el animal. Deben ir con la documentación y en las condiciones higiénico-sanitarias y de seguridad previstas en la legislación vigente. El transporte se limitará a pequeños animales de compañía, entendiendo como tales, perros, gatos, hurones y aves (no de corral), cuyo peso máximo no exceda de 10 Kg. Se admitirá como máximo un sólo animal por viajero, siempre dentro de una jaula, o elemento transportín u otro tipo de contenedor cerrado, cuyas dimensiones máximas no superen 60 x 35 x 35 cm., y que dispongan de algún dispositivo que permita contener y retirar los residuos.
En trenes AVE existe la posibilidad que la jaula ocupe una plaza. En este caso, se aplicará la Tarifa General o de Ida / vuelta en la clase que corresponda. En plazas acostadas sólo será posible el transporte en departamentos/cabinas completas (modalidad familiar). El transporte es gratuito cuando el viajero que los lleve a su cargo tenga un billete en clases Preferente sentada, Club, cama Preferente, cama Gran Clase y Butaca Gran Confort. Para el resto de clases se establece un precio correspondiente al 25% del asiento de clase Turista según el trayecto y tipo de tren correspondientes".
Nos acordamos cuando no se permitía que los animales viajasen con sus dueños, excepto en Coche Cama o cuando existía la perrera (nunca nos explicamos por qué perrera  y no gatera, por ejemplo). Ahora se permite viajar con su dueño, sin más,  hasta a los hurones que hieden que da gloria olerlos. ¿Y por qué un loro y no una gallina, decimos nosotros? Hay perros que pesan 50 kg y un pollo o gallina malamente llega a los cuatro (eso ya los capones de nuestra tierra).

Pero, en lo que esta normativa hace más agua  es lo de siempre que no se opongan el resto de los clientes. ¿Quienes son el resto de clientes?: ¿Todos los del coche? ¿Todos los del tren? ¿Y si uno se opone? ¿Y si yo, pongamos por ejemplo, me opusiese a que el loro viajase al percatarme al subir al tren, se vuelve su dueño por donde vino, perdiendo su billete? ¿Alguien le ha solicitado a la dueña la documentación del loro? Se ve que lo normalizado hasta ahora todavía está bastante verde y en caso de discordancias, se podría armar la marimorena.

Ahora vamos con un caso real, acontecido en un viaje de Murcia- Madrid el pasado jueves 24 de Julio, en que como se observa en la fotografía una pasajera viaja en Alvia con su loro en clase preferente. Hasta ahora nada que objetar. Si se siguen fijando, el loro parece haberse subido al tejado de su casa (jaula) lo cual ya contradice lo regulado que deja bien claro que el animal deberá viajar en su jaula o elemento trasportín. Cosa que en el caso que nos ocupa se ve palmariamente que no cumple. Pero, amárrense bien los cinturones. El loro salió parlanchín y en todo el viaje no pararon de hablar dueña y loro, dándo ambos el viaje al resto de viajeros del coche donde viajaban. ¿Se enteró de estos hechos el interventor?

Según lo visto y vivido, no basta ya con coches silenciosos sino que habrá que añadir a la normativa coches anti loros y anti loros parlanchines, pero no se olviden los responsables de estos temas en la Operadora de añadir a los dueños parlanchines. Son los más peligrosos y peligrosas, como dicen hoy día los cursis y que se autodenominan de izquierdas. Dios santo, qué tendrá que ver el sexo con la gramática ......

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece un acierto que se permita viajar a los animales en compañía de sus dueños en los viajes en tren, otra cosa sería en bus. Independientemente del precio y de las condiciones higiénico-sanitarias, los animales pueden ir sin molestar al resto de los pasajeros: he visto perros lazarillos y he visto otros bien adiestrados que no provocan el rechazo de nadie.
En algún viaje de larga distancia también he visto como un pasajero se quejaba al interventor por ser alérgico al pelo del bicho y la situación se resolvió de la manera menos favorable para el alérgico. En este caso los derechos del animal prevalecieron sobre los de la persona.
En otros casos son los niños los molestan a todos los viajeros de un coche y en este caso también hay que resignarse, porque los niños son niños y los padres no sabe ejercer de padres responsables con su autoridad, ni saben enseñar ni las más elementales normas de convivencia, a sus propios hijos. Luego crecen y entonces pegan a los profes, por ejemplo. No basta ya con que no haya sitio en las parrillas para las maletas, hay que añadir además las jaulas y a los gritos de los animales se suman los gritos de los niños. Totalmente de acuerdo con coches silenciosos y con coches guardería y coches perrera y la autoridad de interventores que velen por la buena armonía.
Hay ya determinados restaurantes donde no se permite entrar a adultos acompañados de pequeños hasta una determinada edad. Si los padres no saben ejercer, con cariño, mejor que no entren: el resto de los clientes también tenemos derechos y lo agradecemos. Se relaja la educación y se deteriora la convivencia. Yo no recibía clases de educación para la ciudadanía, me enseñaban urbanidad. Mis viejos eran más analfabetos que yo, pero eran más educados, sabían convivir mejor. El dinero no me da más clase que a ellos su humildad.

Anónimo dijo...

Yo veo dos loros en la foto

FTF, Foro del Transporte y el Ferrocarril dijo...

Efectivamente, parece que en la bandeja del asiento de detrás hay al menos otro ejemplar, sino dos.