LA BAJADA DE SUELDO DE LOS SALARIOS DE LOS FUNCIONARIOS - O COMO ARREGLAR UN PROBLEMA CREANDO OTRO

Por
Nostragamus M

En el momento actual las recientes medidas de bajada de salarios a funcionarios y congelación de pensiones son necesarias aunque nada deseables. También parece evidente que si no se hubiesen gastado tantos recursos en medidas tan populares como la bajada de los impuestos en 400€, la ayuda de 210 € al alquiler de los jóvenes, o el plan E; todo ello unido a las periódicas declaraciones de “en unos meses se arregla”; ahora no estaríamos en esta situación.

De lo que voy a hablar es de una medida concreta que me parece injusta, dañina y, eso sí, como las que mencioné anteriormente, potencialmente muy popular entre muchos segmentos de la población. Me refiero a la bajada asimétrica de los salarios a los funcionarios. Es verdad, suena muy bien eso de que los que ganan más contribuyan más que los que ganan menos. Pero, de hecho, eso ya se consigue aplicando el mismo porcentaje de bajada a todos los salarios. Al que gana 1000€ le toca una bajada de 50€ y al que gana 2000 € le toca una bajada de 100 €. Cuando se decide que al que gana 1000 € le toca una bajada de 20 € y el que gana 2000€ le toca una baja de 200 € lo que se está haciendo es cambiar la estructura salarial de la función pública. Mi pregunta tanto para el Señor Zapatero que ha propuesto esta medida, como para el Señor Rajoy que no se ha quejado de este aspecto concreto es la siguiente: ¿Consideran ustedes que la estructura salarial de la función pública está mal? En una búsqueda entre las declaraciones hechas en los últimos meses y años no he encontrado ninguna referencia a este “problema”. Por tanto, se deduce que el Gobierno quiere cargarse una estructura salarial que, en su opinión, no está mal.

Sin embargo, la estructura salarial de la función pública sí que está mal. Si comparamos los salarios del mercado laboral privado con los del público vemos como precisamente el nivel salarial de los niveles inferiores de las administraciones públicas es, con frecuencia, mayor que el privado y en los niveles superiores ocurre lo contrario; el salario de los profesionales del sector privado es, con frecuencia, mayor que en el público. Excepciones siempre las habrá, y también es posible que haya sueldos muy bajos en las administraciones públicas, pero todos tenemos claro que hay administrativos y celadores en el sector público que cobran mucho más que licenciados con master en el sector privado. Por contra, nos encontramos como no son pocos los funcionarios del grupo A (el nivel más alto dentro de la función pública) que dejan su trabajo tras ser tentados por uno mejor remunerado en el sector privado; no todos claro, ya que aprobar una oposición si bien es muy difícil no es necesariamente equivalente a ser un buen profesional.

La reducción de salarios a los funcionarios va a conseguir reducir el déficit, pero la forma de aplicación escogida va a hacer que sea a costa de agravar un problema existente.

Los funcionarios son conscientes de todo esto, y es de esperar que esta medida sea especialmente desmotivadora para los funcionarios de mayor responsabilidad que son, supuestamente, los que por su mayor preparación y ejercicio de su responsabilidad tiene un mayor impacto en la productividad y calidad del servicio que brindan las administraciones públicas. Digo supuestamente, porque en vista de esta medida parece que el gobierno central y cada vez más gobiernos autonómicos parecen no opinar así.

Si todo sigue el curso actual, el salario del administrativo del ministerio, o de la consejería, a pesar de perder unos euros, seguirá siendo superior al de muchos licenciados con idiomas del sector privado. Por su parte, el salario del inspector de hacienda se acercará más al del administrativo que depende de él y será mucho menor aún que el del consultor que asesora a las grandes empresas que él inspecciona.

Pónganse ahora en el lugar del inspector de hacienda dentro de unos meses. Un caluroso mes de Julio, al mirar al administrativo que se sienta unos metros de él; no puede evitar pensar en que él tuvo que estudiar mucho más que el administrativo, prepararse una oposición mucho más difícil, que suele tener peores horarios de trabajo, y además mucha más responsabilidad. En ese momento recuerda que el Gobierno ha decidido que la diferencia entre él y el administrativo es menor aún de lo que era y por tanto le va a bajar más el sueldo que a su compañero de oficina. Unos segundos después, intentando olvidar, mira por la ventana y ve pasar al consultor en un lujoso descapotable y no puede evitar recordar que el Gobierno ha decidido que debe cobrar todavía menos que el consultor. Hecho esto, muy motivado según la teoría del Gobierno, vuelve a su trabajo de la lucha contra el fraude que tan importante es para todos los españoles; especialmente ahora que hay que reducir el déficit.