17 marzo, 2010

EL PRAT: NACIONALISMO DE ALTOS VUELOS




Anda la Generalidad detrás de convertir al aeropuerto del Prat en un segundo "hub", emulando al madrileño de Barajas. Por propia definición, "hub" es en su acepción más amplia, el centro de un sistema en general, en el que coinciden los radios y donde se encuentra el eje. Que sepamos, en España existe sólo un sistema aeroportuario, entre otras muchas razones, porque nuestros kms² de país son los que son y la cosa no da para mucho más. Por tanto, por mucho que se empeñe la Generalidad, va a ser difícil que el Prat llegue a ser un "hub" aeroportuario en el pleno sentido del término. Como dice el aforismo: lo que no puede ser, no puede ser, y, además es imposible.

Por otro lado, tiempo ha, llevaba también el tripartito catalán zascandileando y buscando una compañía de bandera ad hoc, a la altura de tan señero nacionalismo, cuando ya las compañías de bandera, afortunada o desafortunadamente, pasaron a la historia y visten color sepia las postales de la época en que las chicas de IBERIA, LÍNEAS AÉREAS DE ESPAÑA, lucían palmito a pie de escalerilla. Lo mismo que las de AIR FRANCE, BRITISH; etc. Tal deseo encontró su medida en la descalabrada SPANAIR, a la que la Generalidad, con otras empresas e instituciones públicas catalanas, le ha arrimado un buen puñado de millones de euros en participaciones accionarias y subvenciones encubiertas. El nacionalismo y adláteres conversos ya tienen compañía pública catalana de bandera y de la señorita Pepis. Otra cosa es la enorme bofetada que se van a arrear y la pila de millones que nos va a costar. Para remate, VUELING anda merodeando en la misma línea, para ser la abanderada del low-cost catalán.

El que faltaba en el sainete: la ínclita AENA. Para acallar la bulimia insaciable del gobierno de cataluña, el gobierno central construyó la nueva terminal T1, que junto con la ya existente, ha triplicado la capacidad del tráfico actual. Espléndida inversión cuyos altísimos costes de amortización han venido a agravar el déficit del Prat y de AENA y a tener que buscar compañías de bajo coste para paliarlo, al tiempo que este aeropuerto se sumerge en una indefinición estratégica nada desdeñable ya que se ve obligado a competir con aeropuertos de segundo nivel y, por tanto, desdibujarse y tener que renunciar a la grandeur de un "hub" intercontinental.


2 comentarios:

Mucha M dijo...

¿Eran los Reinos Catalanes comunistas? ¿Se inspiró Marx en unos antiguos textos Catalanes para escribir "El Capital"?

¿Entonces por que se empeñan los señores y señoras del PSC, ERC, CIU, y compañía en controlar todo lo que pueden con la excusa de su identidad nacional o como quieran llamarlo? Que si invierten en una línea aérea catalana, que si quieren mandar en El Prat, que si quieren mandar en los cercanías, que si hay que escribir carteles en este idioma, que si quieren controlar el sistema financiero (La Caixa, Caixa Cataluña, etc), e incluso se plantean liberar a los camaradas catalanes de los toros.

A este paso la plaza de Cataluña va a ser la nueva Plaza Roja.

Anónimo dijo...

Por las nociones que se he aprendido de historia, cuando un pueblo quiere colonizar a otro, les transmite su escala de valores, le hace cambiar sus creencias y sus ritos y convierte a sus habitantes en súbditos –mejor o peor considerados- de la nueva fuerza dominante. Y todo ésto lo logra con la nueva lengua invasora.
Y ahora se me puede alegar que los catalanes son nativos y que los invasores son todos los inmigrantes, parias de España y de fuera, que vienen a buscar trabajo y calidad de vida en tierras catalanas.
Por épocas, España ha sido conquistada y ha conquistado. Y llegó a ser una gran potencia. Las luchas civiles nunca han sido buenas para nadie: lo que uno gana hoy el otro se lo quita mañana y así estamos todos cabreados con todos. Mientras los norteamericanos derriban fronteras y los europeos hacen un esfuerzo, creando una moneda única, dando ayudas a los países menos desarrollados…, en España queremos poner fronteras hasta con el idioma, aparte de con los repartos de ingresos autonómicos.