03 agosto, 2009

A VUELTAS CON LA ENERGÍA

Por
Andrés Hidalgo
Ciudadano.



Después de la euforia de las vacaciones, volveremos a la cruda realidad, cada uno a la suya. Los gastos habituales más los extras, y si se tienen hijos en edad escolar, todavía más gastos y, peor aún, si esos hijos son universitarios y se van fuera de la casa familiar. No podremos dejar de pagar agua ni electricidad, incluso, muchos también pagan gas. Y según vaya entrando el invierno, aumentará el consumo para calefacción, que esto del cambio climático no va a dejarnos sin fríos. Algunos, entones, nos acordaremos de la subida de las tasas por la ‘liberación’ de la ‘eléctricas’y de Garoña, y nos volveremos a preguntar por la peligrosidad de la energía nuclear. Volveremos a mirar a América y que por mucho petróleo que nos venda el presidente venezolano a buen precio, el precio de la energía será caro. Mientras los norteamericanos del norte mantienen el 70% sus centrales operando hasta 60 años. Aquí, que no tenemos petróleo, dice el gobierno que con 40 basta. Tenemos carbón y cerramos las minas, es mejor compralo de fuera. Tenemos Sol, no la tecnología para aprovechar con rentabilidad su energía. Lo de los molinos de viento...algo quijotesco. Y todas estas energías renovables o alternativas están subvencionas. O sea, que entre el precio directo más los impuestos indirectos, la energía nos sale por un pico. Algunos datos: ‘En el máximo de demanda de 2006 la energía eólica sólo cubrió un 1,5%’ y ‘El coste de un MW en nuclear es de 35€, en eólico 80€ y en fotovoltaica 400€’. Seguro que en cualquier hogar, cualquiera de nosotros, sabría qué elegir. De nada sirve preguntar a los especialistas –siempre puede haber parte interesada- pero sea para favorecer a quien sea, estamos derrochando nuestros propios recursos, incluso los de las locomotoras de ferrocarril, que antes podían devolver a la red, en freno eléctrico y en determinadas circunstancias, más energía de la que se consume en tracción. El anterior presidente socialista del gobierno, Felipe González, también defiende ahora, este tipo de energía y la continuidad de Garoña, cuando mientras estaba en el gobierno, a través de Almunia promovió la moratoria nuclear. Es decir, que independientemente de la seguridad y de que se quiera beneficiar a los dueños de esta central, la decisión es política. Y los políticos los elegimos nosotros, por votación y ahora ellos se permiten decidir por nosotros, en nuestro perjuicio.

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