07 septiembre, 2008

Urge orear la DG de Aviación Civil y AENA

El 81% de los comandantes y pilotos españoles opinan en una encuesta que existen redes de corrupción y de connivencias en la Dirección General de Aviación Civil

Desgraciados episodios como los del accidente del pasado día 20 de Barajas ponen de manifiesto, entre otras muchas cosas, los entresijos de los organismos públicos. El luctuoso accidente ha sacado a la luz una cosa que ya se barruntaba y que es un clamor a voces en los círculos aeronáuticos de este país. Se trata de la organización caótica de la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) del Ministerio de Fomento y en particular lo relativo a las competencias sobre la seguridad aérea. A título de ejemplo: la indefinición de las funciones inspectoras, desvaídas entre dos postergados funcionarios con tales competencias y SENASA; la parcialidad de la comisión de investigación de incidentes y accidentes ya que al depender de la propia administración es juez y parte; la inexistencia todavía de un organismo o agencia de seguridad que debería haberse puesto en marcha antes del verano y todavía a día de hoy no lo ha hecho. Otro tanto le sucede a Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), cuya actuación negligente ha quedado patente el día 20 de Agosto; la inexistente segregación organizativa entre la gestión aeroportuaria y la de navegación aérea, así como la ambigüedad y falta de autoridad del Ministerio de Fomento entre los agentes del sector: personal de vuelo, compañías aéreas y sus propias competencias administrativas.

De que esto es así da una idea la opinión de los comandantes y pilotos, recogida en una encuesta del SEPLA, llevada a cabo por el departamento de estadística de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Aún asumiendo que se trata de una opinión parcial, de una parte, los comandantes y pilotos, éstos opinan que el grado de control de la DGAC sobre las operaciones aéreas es muy deficiente (el 37,5%), deficiente (el 37,3%), regular (el 21,2%) y bueno (sólo el 2,5%).Estas cifras no dejan lugar dudas de que algo pasa, y no bueno, con el control y la seguridad de las operaciones aéreas. Respecto de la eficacia de los planes de Fomento, los responsables de las aeronaves dicen que es poca (el 57%), nada (el 31,4%), bastante (el 4,6%), mucho (0,2%) y n/c (6,9%). Pero, algo todavía más grave es la opinión acerca de la propia dirección general. Preguntados sobre la existencia de REDES DE CORRUPCIÓN INTERNA Y CONNIVENCIAS en la DG de Aviación Civil, un 80,8% dice que sí, un 2,3% que no y un 16,8% Ns/Nc o no quiere opinar. Un 95% dicen que la creación de un cuerpo de inspectores solucionarían los problemas. ¿A qué hay que esperar para tomar medidas en esa casa de los despropósitos?


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