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Esta es la previsión de ftf de crecimiento, en tanto por ciento, del PIB español para el año 2008 en un mare-magnum de cifras, que constantemente están desdiciéndose a sí mismas. El gobierno ha pasado en poco menos de un trimestre de una predicción de 4,1 a 3,8 a 3,2 a 2,8 a 2,4 y, finalmente a 2,3. No mucho más creíbles resultan las del Banco de España que, a pesar de su sesudo Servicio de Estudios con notables económetras catalanes, se ha largado con una previsión del 1,8, cuando hace poco decía del 3,1, y se queda tan fresco. Claro, con un presidente del partido o afín al gobierno ya es bastante discrepancia, pero ese es su problema, no el del sentido común y el de todos los españoles. De acuerdo que el banco central en cualquier país no está para amedrentar al personal y los mercados. Pero de eso a lo dicho, hay un trecho y un techo. Otro tanto que decir del órgano empresarial y los organismos internacionales. Hasta el Fondo Monetario Internacional que hasta hace poco se caracterizaba por la severidad y rigurosidad en sus predicciones respecto de los países desarrollados, ha establecido el crecimiento del PIB para España en el 1,7%. Solamente The Economist rebaja la cifra al 1%.
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