24 abril, 2006

7 reglas para evaluar el rendimiento en la empresa


de e-Deusto.com Informes

A pesar de lo importante que es la brecha entre estrategia y rendimiento en la mayoría de las empresas, existe la posibilidad de que los directivos puedan cerrarla. Para ello en vez de centrarse en mejorar sus procesos de planificación y ejecución de forma independiente, estas empresas deben trabajar para mejorar ambos aspectos, de forma simultánea y creando vínculos claros entre ellos.

Para ello las empresas deben seguir siete reglas que deberán aplicarse en la planificación y la ejecución. Actuar de acuerdo con estas reglas permite evaluar de forma objetiva cualquier déficit en el rendimiento y determinar si es producto de la estrategia, del plan, de la ejecución o de las capacidades de los empleados.
Estas reglas pueden parecer sencillas, incluso obvias, pero, cuando se siguen de forma estricta y colectiva, pueden transformar tanto la calidad de la estrategia de una empresa como su capacidad para alcanzar los resultados.

Regla 1.
Mantener lo simple, hacer lo concreto.
Las empresas deben evitar las descripciones interminables de pomposos objetivos y ceñirse a un lenguaje claro para describir su curso de acción.

Regla 2.
Debatir supuestos, no previsiones.
Las empresas con gran rentabilidad consideran la planificación de un modo totalmente diferente. Quieren que sus previsiones impulsen el trabajo que de hecho ya realizan. Para lograrlo, tienen que asegurarse de que los supuestos subyacentes a sus planes a largo plazo reflejan tanto la economía real de sus mercados como la experiencia de rendimiento de la empresa con relación a la competencia.

Regla 3.
Utilizar un marco riguroso y hablar un mismo lenguaje.
Para que sea productivo, el diálogo entre el centro corporativo y las unidades de negocio sobre las tendencias del mercado y los supuestos se debe desarrollar dentro de un marco riguroso, con un lenguaje común (uno que entiendan y utilicen los equipos de estrategia, márketing y finanzas).

Regla 4.
Debatir la asignación de recursos al inicio.
El hecho de plantear a las unidades de negocio el reto de cuándo es necesario implementar nuevos recursos centra el diálogo sobre la planificación en aquello que realmente es necesario que tenga lugar en la empresa con el fin de ejecutar la estrategia de cada unidad.

Regla 5.
Identificar claramente las prioridades.
Las empresas líderes hacen explícitas estas prioridades de manera que todos los directivos tengan unaidea clara de hacia dónde deben dirigir sus esfuerzos.

Regla 6.
Analizar constantemente el rendimiento.
Supervisar constantemente los patrones de asignación de recursos y sus resultados frente al plan, utilizando un continuo feedback para volver a fijar los supuestos de planificación y reasignar recursos.

Regla 7.
Recompensar y desarrollar las capacidades de ejecución.
Las empresas tienen que motivar y desarrollar a su personal; al fin y al cabo, ningún proceso puedeser mejor que las personas que tienen que hacer que funcione.

El premio por cerrar la brecha entre estrategia y rendimiento es elevado: un aumento en el rendimiento de entre el 60% y el 100% para la mayoría de las empresas. Sin embargo, esto casi con toda seguridad minimiza los verdaderos beneficios. Las empresas que crean estrechos vínculos entre sus estrategias, sus planes y, en último lugar, su rendimiento experimentan con frecuencia un efecto cultural multiplicador.

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