Los sectores del transporte y la construcción son las principales "sombras" del crecimiento económico español desde el punto de vista de la protección del medio ambiente, y a ellas se suma la utilización ineficiente del agua y de la energía.
EFE. Madrid
El informe Perfil Ambiental de España 2005, elaborado por segundo año consecutivo por el Ministerio de Medio Ambiente, destaca entre las "luces" del desarrollo sostenible el crecimiento de los espacios protegidos, el aumento de la depuración de aguas residuales -que mejoran la calidad de los ríos, los acuíferos y las aguas litorales-, el aumento de la agricultura ecológica, el mayor reciclaje de residuos urbanos, las empresas con certificación ambiental y el uso de energías renovables.
La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, subrayó el interés del informe para que las administraciones públicas conozcan los principales indicadores y orienten su acción política. Narbona se mostró convencida de que España puede crecer "más y mejor" y reducir al mismo tiempo el impacto de los recursos naturales. La ministra anunció en el mismo acto una nueva batería de iniciativas legislativas orientadas a reforzar la protección del medio ambiente y procurar que el desarrollo económico español sea además sostenible. Narbona precisó que el Ejecutivo tiene previsto aprobar en el último tramo de la legislatura un proyecto de Ley de Responsabilidad Ambiental de las empresas, el proyecto de ley de Biodiversidad y Patrimonio Cultural, una nueva ley de Envases, el proyecto de ley de Calidad del Aire y de Protección Atmosférica y una nueva reforma de la Ley de Aguas.
El Perfil Ambiental 2005 concluye que España se configura cada vez más como un país urbano con fuertes desequilibrios territoriales y constata que casi el ochenta por ciento de la población se concentra ya en sólo el doce por ciento de los municipios. En el litoral, la superficie urbanizada en el primer kilómetro de costa ha aumentado de forma considerable durante los últimos años, y en cuatro provincias (Málaga, Barcelona, Alicante y Melilla) el litoral urbanizado supera ya el 50% de su longitud de costa.Del "perfil" ambiental se deduce que España mantiene un crecimiento económico que mejora la calidad de vida de los ciudadanos, pero constata que ese proceso lleva aparejado un aumento de la urbanización y un uso intensivo de los recursos y que aumenta la presión sobre el medio ambiente.
Aumentan las emisiones de dióxido de carbono, y España se aleja del cumplimiento de los objetivos del Protocolo de Kioto de lucha contra el cambio climático, y las mejoras técnicas introducidas en los vehículos no consiguen compensar el crecimiento del transporte.Frente a esos indicadores, el estudio apunta "señales para la esperanza" y valora la tendencia que muestran algunos indicadores. El estudio analiza los diferentes sectores, y en el caso del transporte advierte de que éste no es sostenible y que las demanda de transporte de mercancías y de pasajeros crece por encima de la media europea; entre 1990 y 2003 el de mercancías aumentó un 84%, y el de pasajeros, un 99%. Además, las inversiones en infraestructuras, la urbanización dispersa y el aumento del parque de vehículos causan un aumento de las emisiones, aunque el "perfil" valora que el Plan de Infraestructuras del Transporte (2005-2020) planea un incremento del tren, más transporte público y una mayor intermodalidad.
Aunque aumentan los espacios naturales protegidos, disminuye el número de árboles sanos y empeora el estado general de los árboles, y casi el 14% de los vertebrados españoles presenta algún grado de amenaza, en especial las aves, los mamíferos y los reptiles. La capacidad de pesca de la flota española ha disminuido, y entre los años 2000 y 2003 las capturas en aguas españolas ha descendido un 17,8%, y un 37,6 en aguas adyacentes.Incide el informe medioambiental en que la "ecoeficiencia" es una condición sin la cual no es posible el desarrollo sostenible, pero lamenta que sólo en algunos casos se consigue "hacer más con menos". Urge, según el informe, una mejor eficiencia del uso del agua, ya que el consumo de este recurso crece por encima del PIB, el uso de la energía continúa también siendo ineficiente, y ha aumentado también el uso de fertilizantes sintéticos y plaguicidas.
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