22 septiembre, 2021

Un buen bocado

Según datos de aquí y de allá, ya que Renfe siempre ha creído que los datos de sus tráficos eran de su propiedad, cuando son propiedad de quienes sostienen la empresa que somos todos los contribuyentes, parece ser que la operadora pública francesa Ouigo, ya le ha pegado un buen bocado en el primer corredor liberalizado Madrid-Barcelona.



Si es así, buen comienzo para la francesa y mal negocio para la española si no cambia de rumbo. La francesa, repetimos, de ser ciertos los datos, le ha dado  -le está dando-  una lección a Renfe de hacer relativamente más con menos.

RENFE tiene diariamente 20 frecuencias de AVE y AVLO por sentido, mientras que Ouigo tiene, de momento solamente cinco. Es decir de una relación de la operadora francesa por cuatro de la española, al tiempo que sus cuotas de mercado son del 37% para Ouigo y el 63% para Renfe. O lo que es lo mismo, la francesa con el 25% de los trenes mueve el 37% de los viajeros.

Seguro que los técnicos de la empresa española están ya estudiando, o habrán estudiado, el por qué de estas cifras y no seremos nosotros sin datos más detallados quienes les demos doctrina al respecto. 

Quizá la mayor capacidad de sus composiciones y quizá la política de precios, de la que siempre ha carecido. O quizá, de ambas cuestiones a la vez. O quizá, también, del planteamiento de los servicios y prestaciones y la sencillez de acceso informático a un billete, cosa que en el caso de Renfe es como meterse en una cámara de tortura.

A lo poco que tenemos acceso y que figura en sus páginas web: las frecuencias y los precios. Fíjense en los precios. Para el mismo día y el mismo trayecto, cómo de la noche al día. Juzguen ustedes mismos:

Primero, la melé de tarifas, que si "Basica", que si "Elige" y una otra llamada "Premium" que nunca está disponible, ni el viajero sabe qué es. Todo es complicado para el viajero, desde  desentrañar los distintos tipos de billetes, comprar el billete y ver una enorme diferencia de precios.

En este sentido, la diferencia de precios en que mientras en Ouigo se mueven en una horquilla entre 25 el menor y 35 el mayor, en el caso de Renfe va desde 15 euros a 130,35. Inexplicable, confuso y caro, carísimo. Porque el tren de 15 euros es un AVLO de las 6:20 h de la mañana.

Esperemos que este desaguisado se enderece antes de que se extienda a otras relaciones y pase lo mismo que en ésta, porque si no, no nos extrañe que Renfe se vaya quedando en aquellas relaciones con menor demanda y por ende menor negocio. Caso de Galicia, Extremadura, gran parte del norte, etc.

Por último, no podemos dejar pasar la ocasión para denunciar la actitud del gobierno francés que incumple la legislación comunitaria y rechaza  -hasta ahora es así-  la reciprocidad para que Renfe pueda poner sus trenes en sus vías.

Pero, tampoco nos engañemos, buena culpa también reside en la ingenuidad y el buenismo de los responsables políticos que nos han gobernado y nos gobiernan. Y vaya usted a saber si con ello se quieren cargar a la empresa española, cosa a no extrañar viendo las cosas que estamos viendo y a las que estamos asistiendo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No creo en la ingenuidad y el buenismo de los responsables políticos que nos han gobernado y nos gobiernan (entiendo las ironías). Es muy posible que los políticos españoles no den puntada sin hilo, pero a veces parecen más tontos que mandados hacer de encargo. 'Y vaya usted a saber si con ello se quieren cargar a la empresa española, cosa a no extrañar viendo las cosas que estamos viendo y a las que estamos asistiendo'.
Los franceses pueden tener una idea más precisa de lo que es un negocio, de cómo se organiza la gestión de una empresa, de cómo se invierten los capitales para prestar un servicio y obtener un beneficio. Los políticos españoles gestionan la empresa pública como un servicio de beneficencia auspiciada con la postulación de todos los contribuyentes.
Éste es el gobierno que mantiene la falta de personal en la empresa, que conlleva de forma recurrente la supresión de trenes, que mantiene la reducción de los servicios de transportes, que sigue sin poner en marcha muchas de las circulaciones canceladas a causa del CoVid19, incluidas las Obligaciones de Servicio Público (OSP), así como el cierre de taquillas o puestos de atención al cliente, que deja los cuadros de servicio de las dependencias por debajo del mínimo imprescindible para cumplir con las labores de prestación de servicios encomendadas, o la realización de revisiones de material por debajo de requerimientos establecidos.
Éste es el gobierno que aboga por el cierre de bases y la externalización de gran parte de las cargas de trabajo. Éste es el gobierno que ahoga las áreas de Estaciones de Viajeros, Servicios Logísticos, gestión y Administración etc, que, mediante la licitación de los servicios a prestar, reducen a su mínima expresión la presencia de personal de Adif en las mismas.
A todo esto se le unen las consecuencias que para con nuestras empresas y sus plantillas, puede llegar a suponer el desarrollo de las negociaciones entre Estado y Generalitat con respecto al trasvase de la titularidad de la gestión, la propiedad de los trenes, las vías y las estaciones del ámbito de Cataluña. Éste es el gobierno que no puede competir con la empresa ferroviaria francesa. Pero los políticos españoles quieren equipararse en sueldos a los políticos franceses, sin proporcionar a los españoles el mismo nivel de calidad de vida de los contribuyentes franceses.