25 agosto, 2022

Un gobierno que solo produce miseria

                                                                                                                                                                       A diferencia de otros países, la alternancia partitocrática española hace que cuando gobierna la izquierda deje la economía del país hecha unos zorros para más tarde, cuando sube al gobierno la derecha, ésta proceda a barrerle la mierda, para que al siguiente ciclo la izquierda la vuelva a ciscar. Y en lo que se refiere a ideología y discurso cultural, ni siquiera esto. La cultureta de la izquierda es permanente, gobierne quien gobierne.



Parece que no basta con que todos, TODOS los indicadores económicos sean adversos, como es el caso del 150% de Deuda sobre PIB, el Déficit desbocado, líderes de desempleo de la UE y el paro femenino y juvenil por las nubes, el PIB ya en tasas negativas, la quiebra de la Seguridad Social, etc, etc.  ....  para que ahora enarbolemos también el mayor índice de miseria de la UE y el 3º de 30 países del mundo. 

El índice de miseria es un indicador que trata de medir el nivel de malestar que se sufre en una economía. Esto, con base en dos factores principales, la posibilidad de acceso al mercado laboral y el coste de vida.

Es decir, el índice de miseria intenta calcular el grado de infelicidad causado por la situación económica. En ese sentido, toma en consideración el nivel de desempleo y la inflación.

El índice 2022 alcanza en España  un 20,17%, duplicando la media de la Eurozona. El peor dato en treinta años solo por detrás de Turquía con un 31,39 y Brasil con 23,87.

Y menos mal que el índice no contempla los impuestos que este gobierno ha subido hasta en treinta y dos figuras en un saqueo sin precedentes en nuestra historia, pero que sin duda constituyen una parte muy importante de la miseria que ya padecemos y de la que nos espera.

Hace unas semanas Cáritas nos advertía de que en España existen once millones de pobres de solemnidad, cifra a la que si se añaden los mordiscos que la crisis ha producido en las clases medias y medias bajas, la miseria puede alcanzar a 17 millones de personas, muchas de las cuales llenan las colas de los bancos de alimentos y de los comedores parroquiales y de otras instituciones.

Pero, no hay que esperar a que el gobierno se vaya, hace ya cuatro años que llevamos chapoteando en el piélago de la miseria que el globalista de izquierda Soros ordenó al psicópata llevar a cabo para destrozar España.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Con todos los indicadores económicos en contra, Sánchez ofrece un bono vivienda dotado con 250 euros mensuales destinado a los jóvenes de entre 18 y 35 años y con rentas inferiores a 23.725 euros para facilitar su emancipación. Además de los 400 euros para la compra de libros, o para el consumo de cualquier tipo de actividad artística, escénica, como puedan ser el teatro, el cine, la danza, la música. 'El Ejecutivo de Pedro Sánchez cuenta con un total de 22 ministerios, siendo el mayor de la democracia desde la dimisión de Adolfo Suárez en 1981.'Récord de asesores en el Gobierno de Sánchez que ya supera los 800. Es el máximo registrado en un gobierno de la democracia.' Todas estas personas (y más, por no seguir la lista) no van a querer que cambie el gobierno. Los empresarios sí, pero los sindicalistas no. Y seguramente Feijóo, tampoco. La oposición de Sánchez a Rajoy era oposición. Y ganó. Y ahora sabe comprar su permanencia en el gobierno. Pan y Circo... y está escaseando el pan, pero la gente está 'amansada' con el deporte y los cotilleos de los famosillos. No habrá necesidad real.

José dijo...

Que la izquierda deja la economía hecha unos zorros y luego la derecha viene a arreglarlo es una forma de ver la realidad. Esa misma lectura se puede hacer a la inversa.
Sólo es necesario cambiar de punto de vista para apreciar que el mismo ciclo económico puede ser interpretado con unos gobiernos sociales que intentan arreglar lo que los liberales se han dedicado a desmantelar en beneficio de las oligarquías y a costa de la sociedad. Eso lleva aparejados unos costes que, casualidad, cuando toca pagar viene la derecha liberal para volcar todo el esfuerzo en las clases medias y bajas, nunca o casi nunca en las altas y mucho menos en las grandes empresas.
Cada vez esos ciclos son más profundos, cada vez cuesta un poco más salir del hoyo que los economistas no sociales, "asociales" se podría decir, cavan con el esfuerzo de unos gobiernos que gobiernan, valga la redundancia, únicamente para un segmento de la sociedad altamente favorecido. Cuando cambia el color del gobierno de turno y este es socialista, sociocomunista o simplemente no liberal, o por lo menos liberal en menor medida, toca volver a montar el entramado de la sociedad del bienestar que el anterior gobierno, de derechas, se ha dedicado a destruir al no invertir, al externalizar servicios básicos en beneficio de unas pocas empresas (si le dan beneficios a esas empresas, por qué no se lo pueden dar al Estado) tras esquilmar esos mismos servicios. Léase desde los múltiples intentos de implantar la sanidad privada tras la desinversión en la pública durante décadas hasta los últimos intentos de comercializar las fuerzas de seguridad al intentar desmonopolizar la pública o la negativa histórica de los gobiernos de la derecha y junto a ellos de la iglesia católica, de eliminar la enseñanza concertada en beneficio de la pública.
Que ostentemos el triste lugar en las listas de pobreza indica tal vez el síntoma del abandono histórico de la derecha hacia las clases más desfavorecidas, sólo tenidas en cuenta desde el último cambio de gobierno. ¿Qué medidas tomó el gobierno de Rajoy en la crisis provocada por la caída de la banca?: Rescatarla con miles de millones del Estado, que sustrajo al total de la sociedad y renunciar posteriormente a su devolución. El resultado estuvo claro, un descalabro económico que aún estamos pagando y un abandono clamoroso de todos los perjudicados por las estafas de esa misma banca rescatada. Aquel rescate costó lo mismo que el famoso agujero en las pensiones, pero ningún economista de la escuela liberal que entonces, sí, también entonces, trabajaba como consejero para el gobierno indicó que la mejor manera de taparlo era exigir la devolución después de estar saneada. No, todos miraron para otro lado y hablemos de otra cosa. Lo que consiguieron fue provocar el movimiento del 15M, una respuesta espontánea de una sociedad harta de que los robaran, estafaran y arrebataran el futuro siempre en favor de los mismos.
Pero para eso hay que ser crítico con los de su misma ideología y no pasar de puntillas sobre sus fallos. Ya se sabe, no hay mayor ciego que el que no quiere ver.
Está claro el sesgo político que tiene su blog y respeto su ideología, lo sigo por lo relacionado con el sistema ferroviario del que reconozco que es Vd. un gran entendido. Pero cuando leo la desinformación interesada que a veces hace, sobre todo al interpretar economía de forma totalmente sesgada, no puedo evitar contestarle.
Un saludo.