05 mayo, 2020

La sociedad cautiva (*)

Por
Consuelo Madrigal-Pereda
Ex Fiscal General del Estado
Fiscal de Sala del Tribunal Supremo 
 Académica de número de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación.
(*) Por su interés reproducimos el artº publicado en el diario EL MUNDO.

EL CONTROL de la acumulación de poder es el gran problema de la política. La democracia, único medio para alcanzar ese control, es la forma de gobierno de las sociedades abiertas que trajo la modernidad, en las que los individuos adoptan decisiones propias y participan en el ejercicio del poder, en contraposición a las sociedades arcaicas, tribales o colectivistas. Karl Popper jugó con la hipótesis inconcebible de una sociedad abstracta en la que los hombres no se encontrasen nunca cara a cara, donde los negocios fuesen concertados telemáticamente por individuos aislados. En esa sociedad despersonalizada, la vida transcurriría en el anonimato, el aislamiento y el infortunio. Esa hipótesis inconcebible se ha hecho realidad: muerte, enfermedad, pérdida de seres queridos, temor al contagio propio y ajeno, inaccesibilidad al diagnóstico y al tratamiento, inexistencia de instrumentos de protección… A tanta aflicción se han sumado la impotencia del aislamiento y la amargura de la soledad. La tecnología proporciona recursos comunicativos e incluso impone una hiperconectividad, sustitutoria de la satisfacción emocional. Triste sustituto que ha sido –lo sabemos–, manipulado, monitorizado y pervertido desde el poder. Y aun con el alivio adictivo de la conectividad digital, los usuarios de internet, aislados y asustados, somos incapaces de vivir una vida común no monitorizada, incapaces de articular –más allá de la cacerolada– un sujeto liberador, un nosotros que haga valer su existencia y su libertad.

Por el confinamiento, muchos, demasiados, han perdido, tal vez irremediablemente, trabajo, negocios y oportunidades. Algunos aún deben tributar por actividades no realizadas y ganancias no recibidas. Todos nos hemos empobrecido. Y, como siempre, unos pocos han hecho negocio. Pero el más sucio de los negocios es la apropiación ilícita de poder; la que aprovecha el miedo, el cautiverio y la postración de la sociedad.

En primer lugar, padecemos el tardío abordaje de una crisis sanitaria –que no de orden público– mediante la privación de libertad bajo una coerción policial, innecesaria sobre una ciudadanía mayoritariamente responsable; padecemos la exasperación de esas medidas en contra de la propia ley de estado de alarma que, como regla general, impone la libertad y sólo como excepción temporal, su restricción y cuyo artículo 1.2 somete toda intervención a los principios de proporcionalidad y necesidad, que no han sido aplicados a los ciudadanos sanos. Nos preguntamos por qué se carga el peso de los sacrificios sobre los profesionales y los ciudadanos, sin dotarles de los mecanismos de diagnóstico y protección que hubieran minimizado la carga y aliviado el sacrificio. La pregunta es tan pertinente como el debate sobre las confusas y contradictorias respuestas que hasta ahora se han recibido.

Constituye un ejercicio antidemocrático de poder la imposición encubierta, y sin el control interno y europeo, de un verdadero estado de excepción, en el que se restringen severamente los derechos, bajo cobertura de la prórroga del estado de alarma que garantiza al Gobierno el mando único en la fase aguda de la excepcionalidad y en la vuelta a la ya imposible normalidad. Ante una sociedad cautiva, se han dictado sucesivas órdenes ministeriales de inmenso calado económico y fuerte compromiso de derechos, y un sinfín de decretos leyes restrictivos de derechos fundamentales, frecuentemente oportunistas, sobre materias que poca o ninguna relación guardan con las razones sanitarias y de orden público que formalmente demandaron el estado de alarma.

En su cautiverio, la sociedad ha asistido al cierre del portal de transparencia del Gobierno, la imposición de filtros a las preguntas de la prensa, la financiación pública oportunista de medios de comunicación vasallos, la restricción en la difusión de mensajes y la evaluación de la verdad o falsedad de las noticias y los enunciados. En nuestro mundo relativista, la verdad se ciñe a la identidad entre nuestro pensamiento sobre las cosas y la realidad de las mismas cosas. Algo que guarda relación con la investigación y el juicio y que se concreta en la búsqueda de la verdad. A este uso común se añade un rasgo relacionado con la fe. Decir que una proposición, opinión o noticia es un bulo es invocar una norma que rige la fe y el juicio, para afirmar que esa proposición, opinión o noticia es indigna de asentimiento, no debe ser creída. Pero, ¿quién se erige en autoridad normativa de lo falso para separarlo de lo verdadero que-debe-ser-creído? ¿por qué y para qué lo hace? Las respuestas a estas preguntas se han tornado amenazas para quienes hemos asistido al impúdico reconocimiento oficial de la monitorización de redes sociales y escuchado en palabras de su máximo responsable en esta crisis, que la Guardia Civil destina parte de sus esfuerzos a minimizar la crítica al Gobierno, para comprobar después que los contenidos intervenidos son los que guardan alguna relación, siquiera lejana o indirecta, con el cuestionamiento de la gestión y la versión oficial de la crisis.

Y, todo, al tiempo que los medios de comunicación vasallos nos martillean la representación idealizada del heroísmo de los profesionales (esos que son enviados al trabajo sin condiciones ni protección) y los diversos formatos del mensaje, irisado y pueril, de que «resistiendo», «todo acabará bien».

Siempre debe frenarse la ilegítima apropiación de poder por parte de los poderes legítimamente constituidos. Algunos creen que esto solo es necesario cuando lo hace la derecha. Asumen acríticamente que la salud y la seguridad exigen la restricción de nuestras libertades o minimizan su importancia, sin pensar que las amplias facultades ya otorgadas son peligrosas, pueden ser utilizadas equivocadamente y quizá ya lo están siendo. Los poderes del Estado deben gestionar la crisis y su recuperación, sí, pero han de hacerlo bajo estricto control de las instituciones democráticas, apoyadas por una ciudadanía activa, cuya acción crítica, a riesgo de introducir malestar y tensión, contribuya a la construcción de la ética pública. Si descuidamos la vigilancia y si no fortalecemos las instituciones democráticas de control, dándole más poder a quienes ya lo ejercen, no viviremos ya en una sociedad abierta. Habremos perdido nuestra libertad y no será una pérdida temporal.

Al margen de las cifras manipuladas, la magnitud del desastre se mide ya en términos de derrumbe social, moral y económico. En la falta de credibilidad de un sistema que sí dejó atrás a muchos, a todos los mayores de 80 años a quienes, en residencias y domicilios, se negó la hospitalización, el tratamiento y las pruebas diagnósticas, sin discernir situaciones concretas; que envió y mantiene en primera línea sin protección, a los profesionales de la salud y el orden público, cuyo heroico esfuerzo es en sí mismo el más elocuente reproche; que sigue sin ofrecer tests a los profesionales, a los enfermos y a la población confinada y sin reconocer las espeluznantes cifras de fallecimientos de las que dan cuenta los datos comparados del Registro Civil.

LA RECUPERACIÓN es un apremio moral fundado en los apremios del dolor y el sufrimiento. Muchos creemos que la solidaridad guarda relación con la evolución humana y que vale la pena ejercerla a la hora de encarar –en el sentido genuino de visión de la cara de otro– el futuro deliberando juntos, sin exclusión alguna, sobre los hechos y el alcance de los deberes respectivos. Nuestra sociedad, pese a la estupefaciente industria del entretenimiento y la propaganda oficial, es capaz de elevar el punto de mira y repensar los grandes temas de la justicia social, la libertad personal y de empresa, capaz recuperar la actividad económica que pueda acabar con el paro y la pobreza. Los ciudadanos seguimos siendo la gran esperanza de la política pero ahora, más que nunca, hemos de luchar por el Derecho y por los derechos, amenazados por la enfermedad, la parálisis económica, la revolución tecnológica, la manipulación digital y los abusos del poder. Hemos dado muestras de compromiso y responsabilidad y estamos dispuestos pero los responsables públicos no deben engañarse.

Ningún sacrificio más podrá exigirse, nada será posible, sin un reconocimiento público de la magnitud de la tragedia, sin el duelo, la memoria y la honra de sus víctimas, sin un análisis serio de todas sus causas, de las acciones y omisiones concurrentes en cada caso, sin la investigación y evaluación de la imprevisión y las dejaciones, de las probables imprudencias y los posibles fraudes, sin la exigencia de las responsabilidades que en su caso resulten, sin la pronta rectificación de los errores, la reparación de los daños y la compensación del sufrimiento. Es lo mínimo que debe ofrecerse a ciudadanos libres dispuestos a asumir esfuerzos.

El MUNDO   04/05/2020    CONSUELO MADRIGAL-PEREDA,  fiscal de Sala del Tribunal Supremo y Académica de número de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Cada vez más, médicos y científicos de Europa y de Estados Unidos están cuestionándose la eficacia de este incalificable “arresto domiciliario” que se nos ha impuesto por parte de la canalla roja que nos malgobierna.
Este gobierno comunista, que tan alegremente aprueba medidas ILEGALES, que se salta la ley, que pasa por encima de legislación, tribunales, instituciones, opinión pública y órganos de información, está aplicando de forma ILEGAL, y torticera unas restricciones a la libertad personal que solo podría poner en práctica si se hubiera declarado el estado de EXCEPCIÓN o el estado de SITIO, formas legales que requieren de una serie de pasos y de votaciones en el Congreso de los Diputados que el Gobierno sabe de sobra que no estaba en condiciones de aprobar y conseguir.
Pero esto no es solamente culpa del Gobierno Rojo de PSOE y PODEMOS; ese partido que ha puesto en práctica el mamporrerismo parlamentario, que está sirviendo de excusa al PSOE para quebrantar la ley, no es otro que el Partido Popular, ese PP traicionero, falsario, débil, inane, abotargado en sus reacciones y totalmente emasculado de su ideología, está siendo herramienta principal en que el Gobierno nos haya arrestado a todos en nuestros domicilios y nos veamos obligados a explicar a cualquier agente de la ley porqué vamos a determinado centro comercial a comprar pudiendo ir a otro que está a 18 centímetros más cercano a tu casa.
La ministra de Trabajo presume de que ahora tiene que pagar 5,2 millones de prestaciones de desempleo.

Anónimo dijo...

Montero ha realizado la advertencia sobre el perjuicio de la no prórroga del estado de alarma en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, confirmando la «realidad» expresada ayer por el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, sobre el fin de la flexibilidad de los ERTE si no se prorroga el estado de alarma, ante el debate y votación de la nueva prórroga en el Congreso, que se producirá este miércoles con dudas en el resultado ante las reticencias del PP y otras formaciones como PNV o ERC.
Ha avisado este martes de que «muchas» de las medidas económicas aprobadas por decretos leyes decaerían de forma «automática» si no se prorroga el estado de alarma, al estar gran parte de ellas vinculadas a esa situación.
El temor del Gobierno a que el Congreso de los Diputados no prorrogue este miércoles el estado de alarma ha hecho que todos los ministros se pongan manos a la obra para intentar que los partidos del arco parlamentario visualicen ese «yo, o el caos» que ha enarbolado el ministro José Luis Ábalos transmutado en De Gaulle.

Anónimo dijo...

«El señor Sánchez no es digno de continuar con un estado de alarma que le ha hecho omnipotente», ha afirmado la vicesecretaria de Organización del PP. También ha recalcado que hay «otras alternativas» al estado de alarma, como las que ofrecen la Ley de Seguridad Nacional, la Ley de Salud Pública, o la Ley de Protección Civil.
A su entender, la «credibilidad» del Ejecutivo de Sánchez «está bastante por los sueldos» por la «improvisación y negligencia» con la que ha actuado durante estas semanas. Ha exigido a Pedro Sánchez que desvincule la prestación de los ERTES del estado de alarma. «Es un chantaje inadmisible que el Gobierno condicione la vida y el futuro de esas personas y sus familias al estado de alarma».

Anónimo dijo...

Asesinado un científico que estaba a punto de revelar importantes hallazgos sobre el coronavirus. Fue asesinado con un disparo en la cabeza y otro en el cuello, su asesino se suicidó minutos después. La Universidad de Pittsburgh informó que el profesor Bing Liu, de 37 años estaba a punto de concluir un estudio y descubrir sorprendentes hallazgos sobre el COVID-19. “Bing estaba a punto de hacer hallazgos muy significativos para comprender los mecanismos celulares subyacentes a la infección por SARS-CoV-2 y la base celular de las siguientes complicaciones”, dijeron sus colegas del Departamento de Biología Computacional y de Sistemas de la universidad en un comunicado. «Haremos un esfuerzo para completar lo que empezó en un esfuerzo por rendir homenaje a su excelencia científica», concluye.
Las autoridades no han revelado un posible motivo del asesinato, aunque han asegurado que la puerta de la casa de Liu no había sido forzada y que no se había sustraído nada. También investigan la conexión entre ambos.

No es el primer investigador del coronavirus que muere ¿a consecuencia de lo que pueda saber, o pueda decir?

Cuatro días después de haber advertido a sus colegas en un grupo de chat, el doctor Li Wenliang fue convocado por la Policía local, que le acusó de "propagar rumores". El pasado 30 de diciembre Li había advertido a sus colegas en un grupo de WeChat (el Whatsapp chino) de que en su hospital habían aislado a siete pacientes tras haber sido diagnosticados de una neumonía parecida al Síndrome Respiratorio Agudo y Grave (SARS). A otros siete médicos les sucedió también algo similar a lo de Li, cuyo caso se convirtió en detonante de las críticas hacia las autoridades chinas por impedir una actuación a tiempo para contener la epidemia.
Algunos mensajes especialmente críticos con las autoridades desaparecieron de Weibo a los pocos minutos de publicarse pero otros permanecieron como el de Laofu-Qingheyikan: “No hay disculpas desde el gobierno, la gente común vive en un país que censura. ¡No habrá futuro si no se cambia el sistema!”

Anónimo dijo...

La izquierda andaluza ya ha decidido quién tiene que pagar la factura de la crisis del coronavirus: los ricos. La organización Anticapitalistas, que encabezan el eurodiputado Miguel Urbán y la líder de Adelante Andalucía Teresa Rodríguez, han lanzando una campaña bajo el lema ‘Que paguen los ricos’ para pedir al Gobierno que trabaje para que se pongan en marcha medidas como la llamada ‘tasa Covid’, un gravamen a los grandes patrimonios y multinacionales a nivel europeo que ya están recogiendo otros grupos de izquierda. La consecuencia sería obvia: huida masiva del capital de las regiones en las que se instaurara tal política.
'De esta crisis no podemos salir peor que antes, con más desigualdad y peores condiciones de vida. Lanzamos la campaña #QuePaguenLosRicos para que se salvaguarden los intereses de la mayoría social', pregona Teresa Rodríguez.
«Somos la clase trabajadora la que generamos beneficios y una minoría peligrosa de ricos se apropia de nuestro trabajo. Ya es hora de que dejemos de socializar solo las pérdidas y repartamos la riqueza. No pagaremos por segunda vez su crisis. Nuestras vidas valen más que sus beneficios«, ha afirmado Urbán.

Si se van los ricos, los empresarios, el capital, no todos vamos a depender de la misma manera del gobierno social-comunista: los de las clases dirigentes vivirá en la opulencia devorando todo el patrimonio del Estado y las clases pobres vivirán agobiados en la miseria de no tener nada que llevarse a la boca, como hemos visto en la historia y todavía vemos en el presente de algunas naciones.

Anónimo dijo...

La periodista e investigadora independiente china Liwei Fu ha viajado por Europa, Estados Unidos y Latinoamérica. Ha vivido en sus carnes la represión del Partido Comunista Chino y está dedicada por entero a comunicar en Occidente las masacres y persecuciones que ha llevado a cabo el PCCh en su país. "No se llama Covid-19. Es el virus PCCh, virus del Partido Comunista Chino".
Liwei Fu revela que médicos, científicos, periodistas y youtubers siguen desaparecidos tras darse a conocer la noticia del virus en Wuhan.
Su mayor deseo es que las democracias liberales conozcan que China encubrió y retrasó la alerta sanitaria. Además de avisar de que los negocios que se hagan con los empresarios comunistas del régimen pueden acabar mal porque, según Liwei, Europa y América son continentes muy ingenuos y no conocen la realidad totalitaria del comunismo en China.
El asesoramiento científico es básico para afrontar la epidemia. Pero la toma de
decisiones no está en manos de los científicos, sino de los Gobiernos. Esto parece claro y lo dicen y repiten los científicos que contribuyen a elaborar las estrategias contra el virus. Muy a su pesar, sin embargo, están siendo objeto, en distintos países, no de críticas, lo cual es lícito y hasta necesario, sino de ataques, amenazas y manipulaciones destinadas a desprestigiarlos.
El virólogo alemán Christian Drosten, uno de los investigadores que más se ha
destacado por estudiar el virus y por difundir información a través de los medios,
confesaba días atrás que recibe amenazas de muerte. Para muchos, decía, "soy el tipo malo" que ha provocado el cierre de la economía. Ahora afronta también las
descalificaciones, muy poco fundadas, de un poderoso grupo mediático.
En el Reino Unido, los miembros del SAGE (Grupo Asesor Científico para Emergencias) han tenido su cuota de amenazas de muerte y de insultos en la calle, y tanto por recomendar (supuestamente) una estrategia de inmunidad de rebaño como por aconsejar el confinamiento. Basta echar un vistazo en las redes sociales de científicos de distintos países que han estado en primera línea para comprobar que esa clase de episodios no son excepcionales.

Anónimo dijo...

España está quebrada: el coronavirus y el confinamiento nos han llevado a la ruina Y puede surgir la penuria, que no ha conocido ningún español vivo.
Lo primero que debe hacer el médico frente a la enfermedad es no engañarse en el diagnóstico. Si el diagnóstico no es acertado, la terapia tampoco lo será. El diagnóstico de la economía española tras el coronavirus es que España está quebrada: el coronavirus y el confinamiento del dúo Sánchez-Iglesias nos han llevado a la ruina.
Todos seremos más pobres que hasta ahora: esto no es un crisis de oferta, sino de demanda. Todos seremos más pobres que hasta ahora y tendremos que acostumbrarnos a vivir con menos. El gobierno no entiende que la primera lección del coronavirus es que no necesitamos subvenciones, necesitamos empresas públicas... y sí: necesitamos derruir el Estado del Bienestar.
En segundo lugar, porque, dado que el Gobierno se va a endeudar, y va a endeudarnos por un par de generaciones, lo mejor es dedicar ese dinero, no a subvenciones improductivas (por ejemplo, el Ingreso Mínimo Vital, IMV) sino a crear empresas públicas o a financiar infraestructuras públicas. Sí, porque asombra ver al nuevo socialismo, no digo el comunismo de Pablo Iglesias sino a la ‘moderada’ Nadia Calviño, hablar de que nadie debe quedarse atrás (eso son los marines, señora) y de que hay que aumentar el Estado del Bienestar y no crear ‘inis’. El español honrado no quiere limosnas, quiere ganarse el pan con el sudor de su frente.
Para salir del coronavirus no podemos esperar a la inversión privada, porque sin demanda no hay inversión privada, ni expectativas.
El autónomo o asalariado al que ustedes, ministros, con su estúpido confinamiento duro, han dejado en el paro, anhela el trabajo. Trabajo y salario, no subvención pública, que nada produce pero que produce, eso sí, estómagos agradecidos que votarán a quien les paga por no hacer nada. Y si no me votas a mí, se te acabará la subvención.
La alternativa planteada por Moncloa, salir de la crisis mediante el ingreso mínimo vital (IMV) a cambio de nada, constituye un alimenta-vagos que corroe a la sociedad y que sólo se les ocurre a dos tipos de personas: a un comunista y al que asó la manteca.

Anónimo dijo...


Varios centenares de personas desafiaron este sábado en Berlín, la prohibición de protestas con más de cincuenta personas, como medida para contener la propagación del coronavirus y se concentraron en diversos puntos de la ciudad para reclamar su derecho a manifestarse. En Múnich, alrededor de tres mil personas se congregaron en la plaza Marienplatz, mientras que en Stuttgart lo hicieron varios miles de manifestantes.

Anónimo dijo...

El que fuera miembro y magistrado del Tribunal Supremo, el juez Adolfo Prego, ha revelado los peligros de prolongar el estado de alarma y lanza una advertencia sobre la “suspensión” de derechos en los planes del Gobierno.
El ex magistrado explicaba por qué se trataba de una mala idea “prorrogar” el estado de alarma que plantea Pedro Sánchez para frenar el coronavirus. La argumentación de Prego radica en una diferencia fundamental: los matices entre un estado de alarma y un estado de excepción. “Si se prolongara con los contenidos propios de un estado de alarma, podría tener sentido, pero lo que está sucediendo es que está dando cobertura a cosas que son más propias de un estado de excepción”, lamentaba Prego. “La diferencia es que en el estado de excepción se suspenden derechos fundamentales y en el estado de alarma se restringen”. “Si esto lo llevamos al derecho de libre deambulación, el estado de alarma permite exigir que la gente vaya por la calle con determinadas condiciones de salubridad para evitar contagiar o ser contagiados, evitar horarios, lugares, modos de estar... Pero no me pueden impedir ir de una ciudad a otra con mi coche. En el estado de excepción sí”.
Prego va más allá y explica el caso comparándolo con un presidiario: “La diferencia entre un derecho delimitado y uno suspendido es esa: un preso tiene el derecho de deambulación suspendido, no puedes salir a la calle, de ninguna manera, salvo con autorizaciones. Pero en el estado de alarma se puede restringir, recortar el alcance ordinario de un derecho, pero no suspender, y vivimos con los derechos suspendidos en ese sentido. Por lo tanto, si el estado de alarma se va a prolongar para eso, pues no procede mantenerlo”.

Anónimo dijo...

Cuando China confinó Wuhan y otras zonas del país para cortar la epidemia, utilizando toda su fuerza de coerción, muchos en las democracias liberales, también sus gobernantes, pensaron que algo así no se podría hacer nunca en sus países. Fue opinión extendida que sólo un régimen dictatorial podía aplicar un cuadro de medidas tan enormemente restrictivo y coercitivo. La propagación exponencial del coronavirus forzó un cambio de opinión. Finalmente, la mayoría de las democracias europeas, Estados Unidos y otras, recurrieron a algún tipo de confinamiento. Con distintas modalidades y diferente grado de coerción.
La cuestión de qué es posible y aceptable hacer en una democracia liberal en una situación de epidemia galopante, y qué se puede hacer, en cambio, en un régimen autoritario o de tintes autoritarios, abre la puerta a la discusión sobre la eficacia: ¿quiénes son más eficaces en la lucha contra la pandemia? ¿Las democracias liberales, que tratan de hacerlo sin restringir demasiado los derechos individuales, o las dictaduras y dictablandas, donde los derechos no existen o importan poco y se toman medidas expeditivas sin tener que rendir cuentas a nadie? No limitadas por derechos, oposición, parlamentos, prensa libre y opinión pública, las dictaduras parece que salen ganando del concurso de eficacia. Sólo si olvidamos que la propagación del virus por tantos países del mundo tuvo causa, en el decisivo instante inicial, en la opacidad de China.
La dictadura del Partido Comunista no tardó tanto en reaccionar y en reconocer la infección como en 2002, cuando apareció el coronavirus responsable del SARS. El retraso, ahora, fue suficiente como para que cientos de miles personas, en pocas semanas, sembraran la semilla por el resto de China y por otros países. No hace falta que haya una voluntad de ocultar una epidemia en ciernes. Aunque esa voluntad no exista, la propia estructura institucional de una dictadura es un impedimento para el flujo de información y un obstáculo para la actuación a tiempo. Y aún tenemos que contar con el hábito de acallar y castigar al que divulgue información no sancionada oficialmente –el médico que da la voz de alarma–.
La ineficacia de la dictadura china en los decisivos instantes iniciales no se podrá conocer ni evaluar. Nadie más que la propia dictadura podrá hacerlo. China vetará en la OMS una investigación sobre el origen de la pandemia que se propone pedir Australia. Con ello cerrará el círculo de la opacidad. Y mantendrá abierto el ciclo de la desconfianza.

Anónimo dijo...


La rebelión en algunas calles de Madrid contra el Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias por su nefasta gestión de la crisis del coronavirus y por los abusos que está cometiendo contra las libertades básicas, es decir, por convertir el ‘estado de alarma’ en un ‘estado de excepción’ encubierto, tal y como denuncian ya bastantes juristas de reconocido prestigio, va en aumento día a día y de manera espontanea. Se pueden ver vídeos, de las citadas movilizaciones en las que puede verse a gente haciendo caceroladas en la calle, pitando al Gobierno y gritando “Sánchez dimisión”.

Anónimo dijo...

Consuelo Madrigal. Repercusiones sobre su artº publicado en el diario EL MUNDO:

En un artículo en El Mundo, la exfiscal general del Estado acusaba al Ejecutivo de, bajo el ‘estado de alarma’, imponer, en realidad, un 'estado de excepción’. Redacción 12/05/20 13:30.

Viva la libertad de expresión: un Foro de Abogados progres solicita a la Fiscalía General que abra expediente a Consuelo Madrigal ¡por escribir un artículo crítico contra el Gobierno!

El Foro de Abogados y abogadas de Izquierda, Red de Abogados/as Demócratas (FAI-RAD) ha presentado un escrito ante la Fiscalía General del Estado solicitando que se abra expediente disciplinario a la exfiscal del Tribunal Supremo, Consuelo Madrigal, “por censura al Gobierno de España, algo que según el Estatuto orgánico del Ministerio Fiscal podría ser falta grave”, opina el Foro en Twitter.

“La Fiscal publicó un artículo en El Mundo el pasado 4 de mayo en el que a todas luces, desde nuestro punto de vista jurídico, vulneró su posición orgánica como Fiscal en relación a la actuación de los poderes públicos”, añade el Foro en Twitter.

En el citado artículo, la exfiscal general del Estado acusaba al Ejecutivo de, bajo el estado de alarma, imponer en realidad un 'estado de excepción': “Constituye un ejercicio antidemocrático de poder la imposición encubierta, y sin el control interno y europeo, de un verdadero estado de excepción, en el que se restringen severamente los derechos”, acusó Madrigal. La acusación de Madrigal al Ejecutivo sociocomunista, la de implantar un estado de excepción encubierto, es la misma que le han hecho a este Gobierno otros juristas de prestigio.

Sin embargo, preguntada por el citado artículo en una entrevista con El Mundo, la fiscal general del Estado, Dolores Delgado, enmarcó esas declaraciones de Madrigal en la libertad de expresión: "Expresar las opiniones es posible, pero hay que hacerlo con grandes dosis de responsabilidad y mesura. Cuando ocupamos cargos de responsabilidad nuestras opiniones tienen una repercusión importante. No quiero decir que no se pueda opinar, claro que sí, ahí está la libertad de expresión, pero creo que hay que tener prudencia".

Además, fuentes fiscales consultadas por El Mundo explican que la prohibición de dirigir censuras o felicitaciones a los poderes públicos prevista en el Estatuto orgánico del Ministerio Fiscal (EOMF) se refiere "obviamente" a los casos en que se hace en el ejercicio de las funciones de fiscal pero no en una actividad pública en la que, además, no se actúa en representación de la institución.

Anónimo dijo...

Pedro Sánchez e Inés Arrimadas acuerdan seguir negociando sobre el estado de alarma. Sánchez no quiere perder el mando único y plantea que la quinta prórroga del estado de alarma sea de un mes en vez de 15 días.
Manifiesto contra la vuelta a la normalidad: los millonarios Bardem, Almodóvar, Bosé o Madonna dándonos lecciones progres.
La lluvia no impide una nueva manifestación contra el Gobierno en Madrid al grito de “Libertad”. Numerosos manifestantes vuelven a incumplir el distanciamiento para protestar en Madrid contra el Gobierno.