¿Están todos desquiciados en el ministerio de Transportes? Me refiero a los cargos políticos, en absoluto a los funcionarios y contratados que llevan a cabo su trabajo con honradez y conocimiento. Y más en concreto a la Secretaria de Estado, antaño presidente de ADIF, que fue quien lanzó el globo sonda.
El globo sonda no es otro que vuelta a la carga con los peajes en autovías que ya habían anunciado meses atrás, pero con la variedad de que la cuantía de dicho peaje dependerá del nivel de renta del usuario.
Como decimos, demencial. El gobierno es insaciable en su afán recaudatorio para luego gastarlo en canonjías, chiringuitos y memeces. Ahora va a resultar que un usuario rico gasta más pavimento, alumbrado, quitamiedos, etc que un usuario pobre. El desquicie que reina en el ministerio de esa desquiciada que es la ministra de Igualdad parece haberse trasladado también al ministerio de Transportes y sus responsables.
De ahora en adelante, a las pegatinas del pase de la ITV y la del tipo de vehículo según sus emisiones, habrá que añadir una tercera que exponga públicamente y en un lugar bien visible su condición de rico, medio rico o pobre.
La medida, de llevarse a cabo, hace saltar por los aires todos los principios hacendísticos y fiscales que el que suscribe estudió en 4º y 5º de la carrera y que rigen en cualquier economía solvente, ya que la tasa es socialmente es injusta y económicamente abusiva y confiscatoria. Confiscatoria tanto para ricos como para pobres y absolutamente inconstitucional.
En FTF ya dejamos claro nuestra postura respecto de implantar peajes en las autovías ante la primera andanada de por el entonces ministro Ábalos, coincidente con la inmensa mayoría de los institutos y servicios de estudios económicos. Un no rotundo, porque entre otros muchos argumentos la casi totalidad del parque de autovías españolas ya han sido pagadas con nuestros impuestos y los de nuestros mayores cuando fueron construidas, así como su mantenimiento anual.
Señora Secretaria de Estado, el horno no está para bollos, o lo que es lo mismo, el bolsillo de los españoles, viajeros o no, no está para memeces y mucho menos para repagar algo que ya está pagado y repagado y cuya recaudación encima sería malgastada.
Si creen que con esta medida van a derivar viajeros y mercancías al ferrocarril, aviados van.
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