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La opinión de FTF

13 enero, 2019

Ahora, carpetazo a lo que queda del tren

No sólo es el carpetazo a la instrucción lo que parece que corre prisa, sino que también ha saltado a los medios el interés en hacer desaparecer los restos del Alvia siniestrado que se encuentran depositados en un solar de la localidad de A Escravitude de Padrón.

Se ha convertido en habitual enterrar los trenes cuando estos se han visto implicados en actos violentos, sean de terrorismo, accidentes, etc. Eso ocurrió con los trenes de los atentados de Atocha en que a Renfe se le dieron instrucciones de que se deshiciese inmediatamente de los cuerpos del delito o las pruebas de cargo, como queramos llamarlo. Esta instrucción la ha oído quien esto escribe con sus propios oídos y visto con sus propios ojos a quien lo decía.

En este blog hemos venido sosteniendo desde antes de que se produjese el accidente de Angrois, que el tren S-730 es un aborto, adefesio, frankenstein, hecho de retales o como cada cual quiera llamarle. Que un buen tren como es el S-130 lo han convertido en un tren que no tiene un pase desde el punto de vista de la más mínima coherencia funcional, dinámica y ferroviaria ya que el híbrido ha perdido todos los aciertos que adornan al 130 como son su adaptación y agarre a la vía, su liviandad y su mayor capacidad adaptativa a las curvas de radios cerrados para velocidades que otros vehículos ferroviarios no superarían.

Todavía no está cerrada la instrucción de la causa y sería posible que en vista oral fuesen necesarias nuevas pruebas o pruebas complementarias y ya la Administración y vaya usted a saber quién más, ya se quieren deshacer del tren, cuando existen serias dudas en si las taras y pesos de los coches técnicos y las cabezas tractoras eran acordes o no a las especificaciones y normativa.

Un perito o el sursum corda puede decir que ya se han practicado todas las pruebas habidas y por haber, pero los plazos y las fases procesales han de cumplirse para preservar las garantías pertinentes a las partes personadas en el juicio. Lo que decimos es de primero de Derecho.

¿Por qué el empeño del juez Lago no solo en dar carpetazo a la instrucción, sino en permitir que se destruyan posibles nuevas pruebas del tren S-730?  Por el momento no tenemos respuesta a esta pregunta, pero produce hilaridad los argumentos esgrimidos por Renfe del elevado coste del almacenamiento del material siniestrado. Por otra parte, pronto hará tres años, que el fiscal Roma ya se dirigió al juez en el sentido de no oponerse a la petición de Renfe de acceder a los restos del tren para proceder a su desguace y destrucción.

Nuestra posición es que mientras no haya una sentencia firme es necesario preservar los restos del tren S-730 ya que el proceso se encuentra en una fase procesalmente todavía inicial. Es lo mínimo que se puede exigir para garantizar una correcta investigación de los hechos, cumplir lo que al respecto dice la ERA y el mínimo respeto a las víctimas y sus familias.

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