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La opinión de FTF

17 enero, 2008

Libres, solidarios y comunicativos


Por
José Enrique Villarino


Pudiera perecer que estas tres palabras atañen sólo a condiciones y atributos de nuestra vida civil y política. Raras veces se mencionan en los manuales de negocios y en la literatura económica aunque creo, cada vez más, que son aplicables a la empresa en el pleno sentido de su acepción. Las empresas deben estar formadas por personas libres, solidarias y comunicativas y, si ello es así, el resto de condiciones para el éxito se dan casi por añadidura.

La libertad es, ante todo, nuestra razón de ser última. Lo que nos define ante los demás como singulares, únicos. Es, por tanto, un bien muy preciable, un activo esencial para desarrollar negocios libres y viables. Personas libres en la empresa quiere decir empleados y dirigentes sin miedos ni ataduras mentales, sin prejuicios, responsables sobre sus cometidos. Ser libres en la empresa es decir aquello que pensamos y hacer que nuestras ideas sean competitivas con las de los demás. Luchar porque se lleven a efecto. Ser libres en la empresa es hacer que los demás lo sean también para que puedan y todos tengan la oportunidad de expresar sus opiniones. Ser libres es también exigir que haya canales de comunicación no mediatizados, imprevisibles, sin ateromas, limpios. Libres son aquellos que tienen libre albedrío, que piensan y repiensan las cosas, que renuevan, innovan –hacen de nuevo- las cosas. Son más libres los más imaginativos, aquellos que son capaces de crear en vez de repetir.

En las empresas son necesarias personas solidarias que sepan compartir los recursos. Estos serán de esta forma mucho más eficientes. Solidarios son aquellos que además de compasivos son capaces de hacer más con menos. Ni que decir tiene que esto resulta esencial en una empresa cuyos recursos los depositan, solidariamente, fruto de su trabajo, el resto de los ciudadanos. Son necesarias personas solidarias que compartan sus conocimientos con todos, donde no haya cajones con papeles amarillentos por el secretismo que, falsamente, pretenden blindar sus conocimientos y erróneamente asegurar el puesto de trabajo. Solidarios con el proyecto empresarial. Solidarios también –por qué no- con el mercado. En las empresas son necesarias personas solidarias con los clientes, capaces de intuir, sentir y comprender sus necesidades, capaces de saber respetar sus derechos, tantas veces ignorados sino eludidos.

Comunicativos. Y comunicados. Para ello tiene que existir información veraz, accesible a todos,la que nutre la comunicación. La información en la empresa es equivalente a la información que reside en las neuronas de los seres vivos. La comunicación es la sinapsis, la capacidad de transferir y recibir información cada empleado y de todos entre sí. La información no es, como tantas veces se dice y presume,poder. Es algo más bello y noble.Es riqueza,conocimiento. La comunicación es memoria, amistad, comprensión, futuro. Sin comunicación todo es silencio, autismo y un final: alzheimer. La imposibilidad de dar razón de uno mismo. Sin información y comunicación democrática una empresa está abocada al fracaso, a la muerte. Lo resumió un anónimo muy certeramente: "los acontecimientos cuando no se escriben, no se cuentan o no se recuerdan es como si no hubiesen existido".

Para que existan empresas libres, solidarias y comunicadas es necesario que las empresas dispongan de directivos igualmente libres, solidarios y comunicativos, además de competentes. Sobre todo líderes, abiertos, apasionados por la innovación, cercanos, positivos.


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A modo de despedida de mi etapa laboral, las líneas anteriores van dirigidas a todos mis amigos, amigas y compañeros de RENFE antes y hoy RENFE Operadora, a mis compañeros de AUTOPISTAS CONCESIONARIA S.A,y también amigos de los años de consultoría, EDES e INITEC y del Instituto Nacional de Industria, a mis compañeros de estudios y amigos de nuestra Facultad de Economía de la Universidad Complutense, muchos de ellos, ilustres docentes, funcionarios y políticos, a la mayoría de empleados de SERCOLSA, a todos los consultores que nos han ayudado, a los compañeros de otros organismos públicos y de transporte –Consorcios de Transporte, concesionarias, etc- a los alumnos que como becarios me han encargado que tutelase en el Master de Economía Industrial y Transporte de la Universidad Carlos III, a todos aquellos que hemos compartido el afán de trabajar por un transporte mejor y más eficiente. Con todos, he compartido buenos momentos y gracias a todos he podido seguir aprendiendo cada día buenos hábitos profesionales y mejores personales. También, -por qué no- a los clientes que siempre, siempre han sido el último vértice de nuestro interés. A mi familia, a la que no he citado antes por eso de que los de casa ...A todos, quiero daros las gracias esta noche y desearos lo mejor personal y profesionalmente.

Hasta siempre, aquí sigo a vuestra disposición:
jevillarino@yahoo.es


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